Asesinos múltiples

Si tienes estómago échale un vistazo. Si eres amante del Cine, también. Aquí comprobarás que el puto país de Alicia de las maravillas en el que vives otorgando notas superiores al seis a engendros como los de Jack Sparrow está tan acabado como tu córtex cerebral. Si quieres ver como se mueve una cámara, como pasarlo mal, y como funciona de verdad el sistema penitenciario de los llamados países civilizados, entonces échale un vistazo a esta película, y recuerda que Jack Sparrow no es más que una personita amariconada y amarillenta que pudre tu cerebro hora tras hora, día tras día, para que no puedas pensar demasiado y el día en que lo hagas te pongas una camiseta del 15M para tirarte a las calles a hacer el Jack Sparrow. Maricón.

Que sí, que le he puesto un cuatro.

Pero no un cuatro por pertenecer al cajón de lo que, según esta web, se considera “suspenso”. Y es que también en esta misma web se le asigna una etiqueta a cada numerito en las votaciones. Sí, el sistema existe por algo. Le he puesto un cuatro por REGULAR.

Y qué es regular, preguntarán algunos, ansiosos por encontrar en esta cinta la oportunidad de salvar a Uwe de su bajuno estatus como director. Para mí, pues esto no es más que una opinión, la palabra regular implica cierta uniformidad, nada demasiado “allá”, sin grandes contrastes ni elementos destacables. Como la carrera del susodicho, vamos.

Me parece regular porque no cuenta nada que no hayamos escuchado previamente, porque únicamente dos de las cuatro interpretaciones son buenas. Tras los cinco primeros minutos raro, repito, raro sería que aún se preguntase el espectador quién es el malo.

Regular por el inexistente cuerpo penitenciario que ¿vigila? la prisión y esos interrogatorios que responden mejor a la palabra entrevista. ¿Te apetece un cigarrillo mientras me lo cuentas?

Regular porque tira más de fotografía – perfecta, eso sí - que de giros de guión.

Y finalmente, irregular – ¿se le podría considerar un mérito? – porque es la primera vez que una misma cinta me recuerda las palabras cinismo, demonización, demagogia y asco al mismo tiempo, formando todo una agridulce y diáfana amalgama que ni el propio Uba se atrevería a tragar si le obligasen (reglamentario guiño).

Ah, y regular porque me sale de las gónadas. Al igual que esta crítica.

PD: dedicado a Fullpush