Pagafantas

Qué sorpresa me acabo de llevar con esta película aitá.

No podía ni tan siquiera pensar en ponerme a verla con unas premisas tan angustiosas en una película española (y no española también), como son las siguientes:

-La palabra chistosa que conforma su título
-Su cortísima duración.
-El típico argumento de película para adolescentes de polígono que presenta su sinopsis.
-El actor del programa de gags de la tele que hace de protagonista.
-Los actores de la otra serie de gags, que hacen como secundarios.
-Unos cuantos actores de series antiguas de la tele al borde del retiro.
-Y para completar el cocktail: una tía buena y Michel Brown. Todo esto con el guión de un novato y dirigida por él mismo.

Con todo esto, de no ser porque me dio por ver ‘No controles’, la segunda obra de Borja Cobeaga con su correspondiente sorpresa, evidentemente jamás habría visto ‘Pagafantas’. Craso error.

Magistralmente plasmado el concepto de comedia alegre con la que evadirte y pasar un rato riendo sin caer en la tontada fácil, boba e insustancial manteniendo coherencia y dignidad en todo momento.
Gracias Don Borja por no clavarme el cuchillo al final del cuento, rindiendo a las chicas a los encantos de los ‘pagafantas’. Muchas gracias.

¿La selección de actores? Pues bien. Unas cuantas caras conocidas de actores consolidados que accedan a sumarse al proyecto para los papeles de reparto para que den publicidad y anuncio (‘yo odio dar consejos pero te voy a decir una cosa…’). Algún cameo de los cómicos del panorama actual para alguna escena clave (‘¡Le estabas mirando el culo a lo loco!’). Julián López, apostando sobre seguro. La chica protagonista, sobre la que declino opinar pues mi amor por ella pone en entredicho mi objetividad. Un Michel Brown ideal para hacer de sí mismo. Y bueno, un protagonista que ojalá tuviera la misma gracia que Julián López pero que tampoco está mal y que además, no pasa nada, luego llega la academia como loca por promocionar las poquitas comedias de calidad que salen en la patria y ¡toma! Nos le da un Goya al actor revelación. Igual es porque trabaja el personaje en una tienda de revelado. Álex De la Iglesia es un cachondo y Don Borja Cobeaga es la ostia y consagrada.

Habemus comediam.

Antes de ver esta cinta había leído halagos sobre ella por parte de la crítica especializada como estos: «Ingenioso humor… una película extraordinaria… un soplo de aire fresco… una divertida e inteligente comedia… unos diálogos chispeantes». Para mí, lo más desconcertante no es esto, sino que después de tragarme este bodrio he comprobado que muchos cinéfilos opinan igual, así que me pregunto si habré visto la misma película.

La película que yo he visto es un truño, una cosa que no hay por donde cogerla, vamos. De verdad os digo que he visto incontables bazofias fílmicas en Antena 3 que son infinitamente mejores que “esto”. ¿El pagafantas, la cobra, el koala, el lémur?... ¿pero qué mierda es esto? ¿Eso hace gracia? ¿Es que nos hemos vuelto todos locos o qué? Por el amor de Dios, pero si es preferible ver “Física y Química” o “Pasión de gavilanes” antes que esta basura (lo digo totalmente en serio).

“Pagafantas” va de un pringado que anda detrás de una chica guapa y que se come un mojón. Ese sería su guión resumido de forma esquemática (eso junto con 3 videos en plan friki total donde se explica el “comportamiento” de dicho pringado). Quiero aclarar que no es una película ofensiva o con gags humorísticos de mal gusto, lo cual se agradece, pero de verdad que no puedo darle más nota a este producto porque es nefasto en todas y cada una de sus facetas. Y lo más flipante de todo es comprobar que hay un nutrido grupo de personas que parecen haber añadido a su vocabulario palabras como “pagafantas”, “que te hagan la cobra” y demás estupideces (me parece un ejercicio de esnobismo o frikismo sin precedentes).

Luego, tenemos el tema del humor. No se trata de que sea humor inteligente, ni absurdo, ni rebuscado, ni forzado, ni nada por el estilo… simplemente es que no hace gracia, eso es todo. Los supuestos puntos graciosos son tan previsibles y ridículos que producen justo el efecto contrario. Mucha culpa de ello la tienen sus dos protagonistas, ya que el chico es tan jodidamente patético que no te puedes identificar con él, a pesar de que hayas vivido situaciones similares, y la chica es tan histérica y tan odiosa que tres cuartos de lo mismo.

En definitiva, que esto es un chiste de película (al menos para mí no es cine) y por supuesto no esperes ver nada que te haga pasar un rato más o menos entretenido. Lo único bueno que puedo decir sobre ella es que es la película con el slogan más bien puesto de la historia del cine: “No se puede caer más bajo”... y además de verdad.

Si bien la película tiene un inicio prometedor, no deja de ser un producto para un público recién entrado en la adolescencia. Calificar esta películita de "fresca","innovadora","atípica", y "buena", me parece tremendamente excesivo.

He de decir algo de los personajes: ninguno es creíble en absoluto. Para empezar el personaje (o personajillo diría yo) de Gorka Otxoa, es el que interpreta en la serie "Cuestión de Sexo", es decir, innovación: 0. Por otra parte resulta dudoso que un hombre más cercano a los 30 que a los 20 tenga un comportamiento tan ridículo, a pesar de la evolución del personaje en el tramo final, que resulta ser un espejismo, puesto que acaba involucionando al mismo patetismo del principio.

Los gags son repetitivos, veáse la reiteración en las frases del "Tito" del protagonista o las caídas y el tartamudeo del protagonista, recurso popularizado por este actor en la serie antes mencionada.

El personaje de Sabrina Garciarena es tremendamente antipático y nuevamente, su comportamiento imposible de identificar si no se imagina uno que la muchacha tenga 14 años.

Se salva Julián López, gracias a esas particularidades que han hecho de él y todos los humoristas de La Hora Chanante un grupo de comediantes originales y fantásticos. Sus expresiones, su dominio del tempo de la comedia, la pausa.

Por otra parte esta película muestra algo que jamás pensé que sucedería en este país, y es aproximar nuestra comedia a la americana, pero a la peor versión de la comedia americana, con bromitas para quinceañeros y caídas y choques para la carcajda fácil de bebés.

Se puede tragar con la compañía adecuada, es decir, sirve de excusa para pasar el rato con alguien que te agrada y cruzar alguna mirada de complicidad, pero está fuera de toda duda que es una película bastante mala, por no decir mediocre.

No es humor irreverente (a pesar del reclamo de poner a Julián López y Ernesto Sevilla en el cartel), ni inteligente, ni brillante, ni absurdo. Resulta un producto patético, con un final que no concluye nada, y que te lleva al mismo inicio infantil de adolescente frustrado.

Me resultó simpática tal vez, porque me alegra ver en la pantalla grande las primeras apariciones de lo último decente en humor de este país, dos de los chicos de "Muchachada" y "Chanante".

Es díficil apoyar el cine español si que lo que se presenta es este tipo de producto.

El humor es una de las cosas más serias y que más trabajo y originalidad demanda, y esto es un cuento al que sólo le falta mostrar a dos niños peleando por una piruleta.

Esta película debería durar no más de cinco minutos, quizás repartidos en varios trozos entre sketches que no tengan nada que ver con él. Dura más de una hora: primer error.

El guión es una mezcla de tópicos (realmente cutres) con unos personajes planos que no van a evolucionar, y no lo hacen. El chaval que de bueno es tonto, la chica explosiva que es muy cariñosa y le quiere como amigo, el mismo chaval 30 años después, aún esperando a la misma chavala 30 años después (la madre y el "tío" félix)...
Hasta aquí nada que objetar: utilizar tópicos como punto de partida puede ser un acierto, si luego los retuerces hasta convertirlos en algo original y sorprendente... cosa que en Pagafantas NO pasa: segundo error.

Toda la película (en realidad, todo el sketch) se divide en partes que se inician con el vídeo ruso de "la cobra", "el koala", "el lémur"... pero ni siquiera esos vídeos son lo bastante graciosos: la chispa está ahí, pero no llega a saltar. ¿Son rusos de verdad los protagonistas? No, son españoletes disfrazados. Pues a qué vienen los carteles en ruso. No, eso no es ir de gracioso porque vamos a entenderlo y disfrutarlo, eso es meter la gamba. Los vídeos tampoco tanto: tercer error.

Mención aparte merecen los tremendos bandazos de guión de "son unos chavales estupendos" a "no me chilles que no te veo" sin ninguna lógica aparente, de comedia o no, la estética de teleserie cutrelux, el desaprovechar a actores talentosos como Óscar Ladoire o Kiti Manver, o incluso a no tan talentosos pero sí divertidos en lo suyo, como el protagonista (Vaya semanita) o la mitad del elenco de Muchachada Nui.

Mención aparte a la explosiva muchachita argentina, un encanto, pero por culpa del director/guión hace chistes sin gracia sin parar, para que nos riamos de lo mal que lo hace pero que el chico buenazo se ríe. ¿No es eso retorcer un poco las cosas? ¡Pues repite lo mismo unas cien veces!

Mezclar elementos de comedia "de aficionados" tipo Muchachada Nui con sketches más clásicos como Vaya Semanita y sumarle algunos ingredientes de comedia rancia española de los sesenta y setenta, un director novato, actores de teleseries... es que suena ya a mejunje horrible. ¿Cómo iba a funcionar eso?

Sí, habrá vendido lo suficiente, teniendo en cuenta que está hecha con dos duros y que a cierta parte del público le habrá gustado, pero a ver, pudiendo hacer algo bueno, por qué hacerlo mal...
Queridos productores, gran parte de culpa la tienen ustedes: dejen de meter baza en los guiones. España no es Hollywood, la televisión no es el Cine (yo no pago 8 euros por ver un sketch de Vaya Semanita vs. Farmacia de Guardia) y ustedes son unos aficionados. Estense quietos y denle el dinero a quien quiera crear. Gracias.

Sólo diré esto, es una de esas películas que si de casualidad puedo ver (sin pagar claro está), observo durante un tiempo coherente para valorarla sin cometer injusticias (más de media película, pero no mucho más) y así, escribir alguna crítica de este tipo y que la media de las notas sea equilibrada. Por ello, gracias al pagafantas y esta nueva corriente del cine español que puede compararse con las excelentes películas de Berlanga, Buñuel, Erice y todos aquellos maestros que ya parecen pasados de moda porque te hacían pensar y disfrutar del cine. En fin, a seguir así, pagafantas.