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Los productores

Comedia Un productor de Broadway, que está en la ruina, y un contable organizan un plan que consiste en estafar a varias ancianas con el fin de recaudar fondos para financiar una pésima obra musical. El inevitable fracaso de la obra les permitiría quedarse con todo el dinero (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
14 de octubre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los productores contiene alguno de los ingredientes necesarios para ser considerada una comedia notable. Un guión ágil que contiene momentos hilarantes con una dupla artística que derrocha complicidad y comicidad. Y es que, para su primer trabajo en la gran pantalla, Mel Brooks contó con dos monstruos de los escenarios.

Por un lado, Zero Mostel, actor con amplia experiencia en el teatro y en el mundillo de los night clubs neoyorkinos en los que demostró sus capacidades y dotes para los monólogos. Con una carrera que fue interrumpida por la acusación del Comité de Actividades Antiestadounidenses, que obligó al cómico judío a declarar ante dicha comisión y provocó su ausencia de los escenarios durante al menos diez años, la década de los 60 y 70 constituyeron sus años de mayor éxito y reconocimiento. Su papel, como extravagante y truhan productor teatral, le va como anillo al dedo.

Por su parte, Gene Wilder está perfecto como el tímido y nervioso contable, arrastrado por su socio a los azares y consecuencias de una estafa para la que parece no estar preparado. El intérprete de Milwaukee, que fue nominado como mejor actor secundario por su papel en la cinta, repitió con Brooks en otros dos títulos, uno de ellos El jovencito Frankenstein que le aupó como uno de los mejores comediantes de la historia.

Con una galería de personajes estrafalarios que incluyen a un pésimo director gay -Christopher Hewett-, un antiguo nazi -Kenneth Mars- que añora los años del Tercer Reich y que es el autor del guión teatral de Primavera para Hitler, y un hippie -Dick Shawn- que da vida al Fürher en la obra de teatro, la película es un cúmulo de situaciones jocosas que hacen las delicias del espectador. A su vez, se trata de un homenaje al mundo del teatro, no solo por la historia que cuenta, sino por la forma en que es contada, con unos veinte primeros minutos rodados en una misma habitación, escena que parece sacada directamente de una función sobre las tablas. En dicha escena, el personaje que interpreta Zero Mostel rompe varias veces esa cuarta pared tan típica del mundo teatral dirigiéndose a la cámara como si hablase directamente con el espectador.

Un título más que recomendable del cual se hizo una nueva versión en el año 2005 y que, a pesar de ser un digno remake, careció de la frescura y, sobretodo, del carisma aportado tanto por su director como esa descomunal pareja protagonista, irrepetible, que tenía el original.


Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Daverunner
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21 de mayo de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia musical que supuso el lanzamiento profesional del cómico Mel Brooks al que le auguraba una posterior década de éxitos tan sonantes como "El Jovencito Frankenstein" y "La Última Locura". El cineasta de origen judío contó con un dueto de actores adecuado para su primera farsa sobre el mundo del espectáculo, concretamente el de Broadway.

Zero Mostel (Golfus de Roma) y Gene Wilder (fetiche de Brooks pero que ha aparecido en films como "Empiecen la Revolución sin Mi" y "La Mujer de Rojo) interpretan respectivamente a un productor en decadencia y un contable aburrido con ganas de llevarlo a juicio por las deudas fiscales del primero. Finalmente se asocian como Bialystock & Bloom cuando el productor consigue convencerle después que Bloom le haya propuesto estrenar una obra proclive al fracaso financiada con una gran suma de dinero si quiere así evitar problemas con Hacienda. Con el presupuesto extraído de los cheques de ancianas viudas que Bialystock convence que todavía en el otoño de la vida presumen de encanto y atractivo, los dos socios emprenden llevar a los escenarios la obra musical "Primavera para Hitler" escrita por un alemán de tendencias patrioteras exiliado en Nueva York, Franz Liebkind (Kenneth Mars). Pero el espectáculo debe contar con un cantante y dan con Lorenzo St. Dubois, alias "LSD" (Dick Shawn) y una troupe de coristas dispuestos a garantizar que el musical no estará en los escenarios más de un día.

"Los Productores" fue objeto de un "remake" bastante extenso en el año 2005 y contó con la presencia de Nathan Lane y Mathew Broderick.
Natxo Borràs
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23 de setiembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
166/05(06/09/16) Prometedora ópera prima del humorista Mel Brooks, aunque el tiempo no le ha hecho bien, posee buenos momentos que alentaban que podría tratarse de un cineasta de punch, pero su posterior obra en vez de recoger lo mejor de su debut tiró por los vicios de ella. Es ante todo una cinta envejecida por el tiempo, que denota un novel realizador tras las cámara, alguien que fraguó su carrera entre los teatros, la radio y la televisión, en la que fue creador de la mítica serie “Superagente 86”, y que aquí despliega una plana dirección, demasiado influenciado por el teatro. Es una sátira irreverente escrita y dirigida por Brooks, un ataque y a la vez un homenaje al teatro, una mordaz crítica a un público multiforme al que nos e sabe realmente que es lo que le gusta y que le aborrece, obtuvo Mel el Oscar al mejor guión original, asimismo Gene Wilder fue nominado a mejor secundario. Está protagonizada por un inmenso en todos los sentidos Zero Mostel, su papel está inspirado en Benjamin Kutcher, un productor de Nueva York, que financió sus obras tras acostarse con mujeres de edad avanzada, siendo base para Max Bialystock, compartiendo protagonismo el susodicho Gene Wilder en su segundo papel en cine, un actor con el que he sufrido una curiosa metamorfosis, de niño me hacía gracia, pero con el tiempo su histrionismo y sobreactuación me han llegado a repeler, lo curioso es que he visto este film como un tributo a su memoria, recientemente fallecido(29 de agosto del 2016 a los 83 años), sobre todo por lo que me hizo disfrutar en películas como “Sillas de montar calientes”, “El pequeño Frankenstein” o “Locos de remate”, y repito esto fue de niño. Más tarde se rehízo “Los productores” con éxito por Brooks como un aclamado musical de Broadway , esta versión fue adaptada para una película homónima en 2005 protagonizada por Nathan Lane y Matthew Broderick.

Max Bialystock (Mostel) es un productor teatral, produce sus fracasos de obras con las aportaciones de viejecitas ricachonas a las que saca dinero como gigoló. Un día recibe la visita de un contable de hacienda, Leopold "Leo" Bloom (Gene Wilder) para comprobar sus libros, al final entre los dos terminan planeando una estafa, recaudar fondos del “arsenal” de ancianas de Max para producir un fracaso asegurado, uno que dure más que una representación, así con el remanente huirán a Rio de Janeiro (Brasil). Así se ponen a buscar la peor de las obras posibles. Tendrá importancia en la historia Franz Liebkind (Kenneth Mars), un autor teatral nazi, Roger De Bris (Christopher Hewett), director cuyas obras "cierran en el primer día de ensayo", Lorenzo San DuBois, conocido como LSD (Dick Shawn), un actor flower power, y Ulla (Lee Meredith), secretaria sueca de Max.

Es una comedia satírica que hace burla del teatro, del público de este, de los críticos, del amor libre, de la homosexualidad, de los gigolós, del amor a la tercera edad, de los juegos eróticos, de los nazis, de los hippies, de los musicales, de Hitler, el culto al líder, del travestismo, y sobre todo del sueño Americano. Una farsa con gran ritmo, ayudada por su escaso metraje, mezcla hábil de varios tipos de humor, el negro, el sexual, el gestual, el machista, el fetichismo, el slapstick, el de diálogos, el delirante surrealista, llevando al límite (cuando no sobrepasando) muchas situaciones, en lo que es un desarrollo en dientes de sierra donde alterna buenos momentos con otros ridículo-fachosos.

Posee un arranque atractivo, con clara influencia teatral acontece todo en una habitación, donde se encuentran los dos protagonistas, Max y Leo, presentándose sus dos personalidades, Max un amoral, vicioso, estafador, y Leo, un apocado, tímido e histérico contable, aquí acontecen alrededor de 20 minutos chispeantes de humor, en este bloque se dejan entrever recursos de comedia que uti8lizará Brooks en su cine posterior, me refiero a romper la cuarta pared. Luego viene un bloque en el exterior, una especie de “juego de seducción” de Max hacia leo por diferentes lugares de Manhattan, siendo el zenit de este tramo una especie de orgasmo visualizado de modo vibrante en la que puede mejor escena del film, tras la tarde intentando Max convencer a Leo sobre todo con el motivo de que rompa con su ordinaria existencia, por la noche se encuentran frente a la fuente en el Lincoln Center, la música se eleva y Leo proclama "Quiero todo lo que he visto en las películas!", y a continuación, la fuente con sus múltiples caños surge cual orgiástica eyaculación de felicidad. El tercer bloque es un tour de forcé descacharrante, es el casting para la producción teatral, un hilarante desfile personajes estrafalarios a cual más) primero convencer a un extravagante dramaturgo seguidor de Hitler que cuida palomas y lleva un casco nazi, luego viene el fichaje de un travestí director de teatro, este con un amaneradísimo ayudante, siendo culmen el casting para elegir al protagonista de la obra. Luego está el cuarto bloque la representación y consecuencias, aquí flojea bastante, las buenas ideas se han agotado, y parece un mal cartoon, transitando entre lo predecible y lo caótico, e implosiona sobre sí misma en un final anticlimático.

Y es que taras tiene, peca de desequilibrio, donde la acumulación de gags da una galería de irregulares situaciones, llegando en algunas situaciones lo chirriante, donde parece se lo pasan mejor los actores que el espectador, llegando al referido tramo final al esperpento sin pies ni cabeza, un desatino, donde a veces el humor se siente metido con calzador, cayendo en la brocha gorda, algo de lo que abusará en muy exceso el realizador en su obra posterior. La cinta se siente un conjunto de set-pieces y dentro de las mismas hay mejores y peores instantes, donde prima la sobreactuación histriónica pasada de vueltas, un despliegue de sketches desiguales, que por separado dejan buen sabor de boca, pero orgánicamente discurre a trompicones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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20 de abril de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exitoso debut de Mel Brooks en el cine con una alocada comedia que destaca por sus personajes estrafalarios y un argumento de lo más original.

Es uno de los trabajos más logrados de su autor que fue nominado al Oscar por el mejor guion y en 2005 fue objeto de un remake.

Fue también uno de los primeros trabajos de Gene Wilder como actor y el inicio de una fructífera colaboración con Mel Brooks.

Humor marca de la casa a veces algo estomagante pero que se sostiene gracias a la química de su pareja protagonista y a una historia atractiva.
Harold Angel
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20 de mayo de 2009
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Max Biyalistok es un productor de Broadway en la ruina que une fuerzas con un astuto contador. La idea de ambos es forrarse de dinero recolectando fondos para un estreno que sea la peor obra musical del mundo.

Y la obra escogida, "Springtime for Hitler", es un musical que canta alabanzas a Hitler, tiene todo lo necesario, incluyendo un autor neonazi que raya con las juventudes germánicas, con la idea de que la obra sea un absoluto desastre y así quedarse con todo el dinero.

Fue una brutal parodia que en su tiempo arrasó con varias de las convenciones de la comedia hollywoodense y que cimentó el prestigio de Mel Brooks como un maestro del humor negro.

La película tuvo un presupuesto $947,000 y gano un premio Oscar por mejor guión para Mel Brooks y fue nominado para mejor actor de reparto para Gene Wilder.

Mel Brooks (1926 - ), es un guionista, actor y director de cine estadounidense, especializado en el género de comedia.

Durante la Segunda Guerra Mundial, pertenecía al cuerpo de ingenieros de la US Army y es allí donde dio sus primeros pasos de cómico parodiando en la radio del Ejército los mensajes de propaganda nazi que se podían oír en la radio alemana. De vuelta a Estados Unidos, trabajó para televisión escribiendo guiones para series o shows cómicos.

Su entrada en el mundo del cine fue con “The Producers” (1968), siendo el director y el guionista. Da vida a un productor de musicales estafador y a un contable tímido y nervioso que encuentran la más grande estafa jamás creada: producir un musical cuyo fracaso es asegurado de forma de hacer más dinero que con un musical exitoso. Ganó el Óscar al mejor guión en 1969.

Una de sus parodias más conocidas es sobre el clásico “To Be or Not to Be” (1983), en la que interpreta el actor de teatro polaco que durante la Segunda Guerra Mundial tiene que actuar para salvar su vida y la de varios de los que le rodean en dicha comedia.

Mel Brooks también ha sido el productor de “The Elephant Man” (1980) de David Lynch y de “The Fly” (1986) de David Cronenberg (1986). Para producir estas películas, ajenas a su estilo tuvo que crear la empresa “Brooksfilms”, debido al hecho de que el público, viendo en los carteles “Mel Brooks Presents”, pensaría de inmediato en una comedia.

La producción de la serie de televisión titulada "Get Smart" (138 episodios, 1965-1970), protagonizada por Don Adams, ha sido de lo más exitoso en sus logros televisivos. También ha prestado su voz para la serie de animación Los Simpson, interpretándose a sí mismo.
operez
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