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El padre de la novia

Comedia George Banks, un hombre maduro pero de espíritu joven, no acaba de aceptar que su hija de 22 años, para él todavía una niña, se vaya a casar. Aunque todos creen que el novio es un chico estupendo, precisamente esto lo convierte en enemigo de su futuro suegro, que tiene miedo a perder a su hija para siempre. A eso habría que añadir el disparatado coste de la boda. (FILMAFFINITY)
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
25 de abril de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin comparar "El padre de la novia" con la película original, personalmente me encantó esta película. Me gusta mucho las comedias románticas profundamente elegantes e idealistas que me hacen reír sin mostrar escenas ordinarias, con escenas bellas y personajes simpáticos.
Esta película tiene momentos de carcajada y muchos padres de chicas en edad de casarse podrán verse reflejados en el papel principal.
Como detalle a destacar, el inolvidable personaje de Martin Short, "Fronk", el clásico gay adorable que pone la guinda a una película amable y familiar, tan al estilo de los trabajos de Nancy Meyers.
Para encontrar un defecto, diré que tiene escenas extremadamente melosas. En el intento de hacer una película que muestre la melancolia y la belleza de un momento tan tierno como la boda de una hija, se pasan edulcorando los diálogos. Demasiados "Te quiero, papa" y "Te quiero, hija".
Pero aun así, una muy recomendable comedia, especialmente para los que gusten de este tipo de películas, que seguro que no olvidarán, especialmente porque hasta la última escena, en que escriben el clásico "The End", te deja un excelente sabor de boca.
Ochentero
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14 de agosto de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo, de pequeño sobre todo, en el que Steve Martin me caía mal, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que es una actor de comedia de talento y ya me cae mucho mejor. Me pasó lo mismo con el recientemente fallecido Robin Willliams (una autentica pérdida). Diane Keaton está hasta buena de lo bien que luce en este film, mucho mejor como abnegada esposa que como viejuna de coño inquieto.

Es una comedia de las llamadas blancas que son las que suele realizar Martin, y la verdad es que te llena de ternura y es adorable. Martín Short, un buen actor de comedia, sacado del "Saturday Night Live" deja su saber estar con su papel de organizador del evento. Me resultó un buen contrapunto para aligerar tanta gesto facial de Martin y la ternura de Keaton, que está de diez. Hace un personaje que enternece incluso más que el familiar de Macaulay Culkin ese que han puesto de hijo del prota.

Lo que si puedo decir de malo es que alargan mucho una historia que tiene poca enjundia. Porque la trama no deja de ser que se te case una hija y como se organiza la ceremonia. Martin es el total protagonista y nada más. No es un film en el que hayas de romperte el coco para entenderlo. Es una de esas comedias ligeras y amables para una sábado por la tarde de Antena 3. Puedo destacar una aceptable B.S.O., una Kimberly Williams encantadora y alguna escena que desentona y se carga un poco la peli: como la ocurrencia de usar a los niños de la fiesta como aparcacoches.

Aceptable, recomendable y tierna. Me emocionó, sí, debo tener el día "chica".
axlyerin
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17 de marzo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por regla general no soy amiga de los remakes de películas, sobre todo de aquellas que ya tuvieron éxito en su tiempo y estaban bien tal y como estaban, pero con “El padre de la novia” tuve que hacer una excepción: la versión de 1991 me gusta más que la original de 1950. Por supuesto, no estoy queriendo decir que Spencer Tracy lo hiciera peor que Steve Martin (¡Dios me libre de insinuar tal cosa!) pero éste último me parece un actor ligeramente mediocre y aquí hace un gran papel. Quizás porque hace de lo que sabe hacer, de él mismo. Con otras palabras, el papel de padre agobiado y un poco patoso le da la excusa perfecta para lucirse, y la clave está en que Steve Martin no intenta emular a Spencer Tracy, le da otro toque, ese suyo tan personal que bien conocemos, que provoca la risa fácil.

Esta comedia ligera, que retransmiten 4 veces al año en horario de 17:00, es una de las clásicas a la hora de que padres y novios se enfrenten a su propia boda. Si ahora todas las novias ven “Planes de Boda” para inspirarse, antes veían “El padre de la novia”. El argumento es muy sencillo: un padre recibe con horror la noticia de que su jovencísima y adorada hija va a casarse. Todo lo que conlleva la organización de la boda (conocer al yerno, a los consuegros, al wedding planner, los gastos de la celebración y convite…) provocan poco menos que úlceras de estómago en nuestro tacaño e hipocondríaco protagonista.

El guión es muy obvio así como la ejecución que Charles Shyer hace de ella, pero ello no va en detrimento de la película, que en parte es una sátira hacia el escandaloso e indecente gasto que acarrean las bodas, así como el acontecimiento social que supone, en caso de que la familia sea de clase bien; y en parte es una enseñanza, consecuencia de nacer ser vivo en el planeta Tierra: los peques vuelan del nido. Ley de vida.

[...]

Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
Damarela
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30 de agosto de 2008
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta ahora no había visto esta película entera, tan solo fragmentos y las canciones. La vi mientras esperaba para irme al teatro, en la cadena Cuatro española. No he visto la película original, pero esta es algo aburrida. Steve Martin es simpatiquísimo, pero la historia en sí resulta monótona, con un ritmo algo apagado, con chistes bastante pobres y con poco protagonismo de la pareja que se iba a casar.

Enseña un poco a aceptar las realidades y a ser tolerantes y progresistas en el sentido de que hay que aceptar los cambios, el proceso evolutivo de las cosas. En este caso, enseña a aceptar la ley de vida, todos nos moriremos al igual que nuestros hijos pueden ( algunos no ) irse de casa algún día y nosotros no podemos retenerlos. Tienen derecho a hacer su vida y a seguir el camino deseado para su futuro.

La película está bien para verla un sábado o domingo por la tarde con toda la familia, pero para mí no es histórica ni la mejor película de Steve Martin ( ¿tan canoso era ya por aquel entonces? ). En cuanto a fotografía, decorados, manera en que reflejan la preparación de las bodas y lo que supone más algún gag gracioso aunque previsible mejoran un poco la calidad de la película, pero eso, que no aporta demasiado.

No me enrrollo más. Un 5'5 y va de chuta.
rafiky
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21 de octubre de 2008
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que yo sepa, a la película de Vicente Minnelli ni le hacía falta un remake, pero como la moda es la moda, y ya a comienzos de los 90 lo de hacer remakes estaba en alza, pues dicho y hecho. "El padre de la novia", versión edulcorada, tontorrona y estúpida protagonizada por Steve Martin, es la típica película que ponen un sábado por la tarde cada 5 meses, y que, por no haber nada más, te acabas tragando. Y yo, tras haberla visto dos o tres veces, me reafirmo en que a cada visionado, me va pareciendo cada vez más cursi y boba (y no por Steve Martin, que, curiosamente, se controla un poco y ofrece algo de carisma, al igual que Diane Keaton, que tiene tablas y se nota), sobre todo por un guión más irreal y fantástico que un supuesto híbrido entre Matrix y Mortadelo y Filemón, con escenas absurdas y risibles, que pretenden hacer pasar por graciosas y ocurrentes. La ñoñez, tontería y lloriqueos de Kimberly Williams se hacen tan insoportables que hace que desees que salga en escena cualquier psicópata de turno, y se la cargue, al igual que al tontín de su novio. Las típicas dudas, nervios y equívocos que sufren todas las parejas de novios (ricos y con pasta, en este caso, si no, ya me dirán cómo lo harán para casarse la tipa con... ¿19 años?), se convierten en imbecilidades supinas, como cuando la novia se enfada con el novio, porque éste le ha regalado una cafetera. En fin. Es perfectamente ideal para verla con los ojos semicerrados, haciendo la digestión en el sofá, porque ni siquiera la intervención histriónica de Martin Short salvará este espectáculo.
Feisal
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