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Amor sin barreras

Musical. Romance. Drama Moderna versión de "Romeo y Julieta". En el West Side de Nueva York, un barrio marginal, se disputan la hegemonía dos bandas callejeras: los "sharks" son puertorriqueños, y los "jets", de ascendencia europea. El jefe de los primeros es Bernardo, que vive con su hermana María, la cual acaba de llegar a Nueva York. Una noche, en un baile, coinciden los dos grupos y se desencadena una violenta pelea. (FILMAFFINITY)
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Críticas 100
Críticas ordenadas por utilidad
22 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El musical West Side story (1961), o Amor sin barreras, presenta una historia de amor entrecruzada entre integrantes de distintos bandos juveniles. En algunos cuadros presenta un gran trabajo de montaje y una estética cercana al videoclip. El film ganó el Oscar a mejor película.

Por Nicolás Bianchi

Para el próximo diez de diciembre está anunciado el estreno de la reversión de West Side story que será dirigida por Steven Spielbierg en lo que será su primera incursión en el género musical luego de 50 años de carrera. La nueva película deberá pulir el conflicto juvenil, pero principalmente racial, que se expresa en el clásico de 1961, así como también es probable que modele algunos personajes, como la discriminada Anybodys (Susan Oakes), una joven que quiere integrar una de las pandillas pero es apartada por ser considerada “rara”.

Las calles de New York son el escenario del enfrentamiento entre dos grupos de jóvenes. Los Jets, blancos, descendientes de polacos, irlandeses e inmigrantes de otros países europeos tienen como rivales a los Sharks, de origen puertorriqueño. Detrás de ambos un detective de policía, Schrank (Simon Oakland), intenta mantener un orden imposible de sostener.

En un baile nocturno la pareja protagónica de la película se conoce y enamora. Tony (Richard Beymer) es amigo de los más significativos miembros de los Jets mientras que María (Natalie Wood) es la hermana de Bernardo (George Chakiris), el líder de los Sharks. Ambos viven un amor prohibido. Aquí no hay Montescos y Capuletos sino blancos y latinos, pero sí se conserva el aire trágico de la clásica obra de William Shakespeare.

Lo menos logrado del film son los diálogos que se cortan con pequeños musicales, a menudo cuadros solistas de los personajes principales, mientras que el mayor esplendor de la película se encuentra en las grandes escenas. La secuencia previa a la pelea entre bandas, en la segunda parte del largometraje, es brillante. Se trata de un videoclip montado en el que cada uno de los personajes que son relevantes para la trama expresa su punto de vista y sus sentimientos por lo que está por acontecer.

En West Side story, dirigida por Jerome Robbins y Robert Wise, hay un costado clásico pero también un aire renovador, una mezcla propia de principios de los 60, cuando las principales rupturas en la cultura por parte de la juventud están por emerger. Así, la película retrata a la juventud como un actor que se presenta escindido del resto de la sociedad, lo cual no es por completo una novedad pero sí una característica que va a ser cada vez más frecuente en el cine. Los jóvenes, a su vez, son presentados como un riesgo y una corriente de energía que los adultos conservadores no pueden contener.

Otro rasgo propio de los personajes jóvenes se sienta en el vestuario. Los Jets visten las típicas zapatillas de lona y chaquetas tipo baseball, a diferencia de varios de los Sharks que todavía usan zapatos. La música, sin embargo, se mantiene dentro de los cánones clásicos con alguna variante por el género del mambo, que la película liga sobre todo a los personajes boricuas.

Entonces, en varios sentidos West Side story es una película significativa que marca un momento de la historia de la producción cinematográfica, una bisagra entre el período clásico y la renovación de los 70. El aire juvenil va a ser un componente perdurable, de aquí en más, en los musicales. Queda cómo incógnita de qué manera Spielberg va a readaptar la obra, que es una tragedia romántica shakesperiana pero con elementos propios de la década del 60.
El Golo Cine
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21 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Montesco y Capuleto, en este filme, en vez de familias son bandas callejeras. No viven en Verona como en la célebre obra de Shakespeare sino en Manhattan, y sus piques los hacen bailando al ritmo de la música de un clásico: Leonard Bernstein.

Fue un musical de enorme éxito que adaptó de Broadway la historia de Romeo y Julieta, con unos clamorosos números de baile. Esta obra conseguiría nada menos que diez Oscar (la 2ª película de la historia en su época con más estatuillas, tras "Ben Hur"). Pertenece ya a la historia de los grandes musicales del cine.

Es una cinta apoteósica, genial, maravillosa y cuanto diga es poco. Los más rumbosos bailes sobre el asfalto de las calles neoyorquinas que imaginarse puedan. Toda la película de principio a fin es un regalo y la dirección de Wise, la coreografía de y Robbins, los títulos de crédito de Saul Bass y la música-Bernstein son una delicia para los sentidos.

Protagonizada por actores y actrices, bailarines/as como Natalie Wood, Richard Beymer, Gorge Chakiris, Rita Moreno, Russ Tamblyn, Simon Oakland, Ned Glass, William Bramley o Tucker Smith, entre los más importantes. Un reparto de lujo.

Un musical único, una cinta de lujo bellamente montada, impresionante, nunca antes se había visto algo así, violenta y plagada de emociones.

Historia de amores pandillescos que no ha perdido con el paso del tiempo. La película sigue manteniéndose tan lozana y hermosa como el primer día. Un clásico.

Para mí todo es perfecto en esta obra y aprovecho esta entrega para aconsejar a los más jóvenes que la vean.
Kikivall
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27 de mayo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la sinopsis: «... los "sharks" son puertorriqueños, y los "jets", de ascendencia europea.». ¿Quiere decirse que los puertorriqueños (en buena parte descendientes de españoles) no son de ascendencia europea?, ¿por tener parte de la población algo de sangre negra, ¿son africanos?, ¿tenía Natalie Wood aspecto de africana?, ¿tenía George Chakiris (hijo de griegos) aspecto africano? Si no es así, ¿por qué hacían de puertorriqueños?

Es penosos comprobar cómo los prejuicios norteamericanos son implantados aquí sin más. Alucinante
jeeves
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10 de agosto de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los musicales más emblemáticos de la historia del séptimo arte en el que prácticamente todos los temas que cantan, y por descontado bailan, son altamente reconocibles, no solo por cualquier aficionado al cine, sino también por cualquier persona que haya entrenado mínimamente su oído sinfónico.

Canciones como "María", "America" y "Tonight" ponen la piel de gallina mientras nos asombran con una deslumbrante escenografía llena de colores vistosos, dejándonos con la sensación de estar presenciando, en vivo y en directo, una obra de teatro de Broadway.

La historia shakesperiana en la que se basa no deja mucho margen para sorpresas, y el escaso desarrollo de sus personajes, incluido un amor fulgurante surgido de la nada, no debe impedir que nos dejemos llevar por una película que tiene los ingredientes necesarios para hacernos vibrar tanto por dentro como por fuera.

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Cine de Patio
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25 de noviembre de 2017
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Admito que no soy demasiado fan del cine que no sea contemporáneo, que los clásicos de la historia del cine que son anteriores a la década de los 70 no logran conectar demasiado con mi espíritu cinéfilo... aunque por supuesto contadas excepciones son inevitables; "Un tranvía llamado deseo" (1951), "Con faldas y a loco" (1939), "Ciudadano Kane" (1941), "Matar a un ruiseñor" (1962), "El planeta de los simios" (1968)... son solo unos pocos ejemplos de estas excepciones... que seguramente lo son gracias a que supieron aportar algo más que lo bisoño, mojigato, pueril e ingenuo del cine de la época, y supieron ofrecer en su conjunto una maestría inusitada tanto a nivel argumental como actoral.

Pues bien, "West Side Story" también es una de estas excepciones, un clásico por derecho propio del Séptimo Arte, indispensable de ver al menos una vez en la vida, y disfrutable y reflexivo en varios visionados. El prolífico genio Robert Wise se bautizó en el género musical en la pantalla grande con gran maestría (luego perfeccionaría su visión del género con "Sonrisas y lágrimas" (1965). Sé que muchos consideran superior a "West Side Story" (además de que ganó más Oscars que "Sonrisas y lágrimas"), pero para gustos los colores) narrándonos una nueva (y me atrevería a decir que la mejor) visión del clásico shakespiriano "Romeo y Julieta". Esta vez, los rivales no son los Montesco y los Capuleto sino dos bandas callejeras rivales del Nueva York de los 50: una banda de nativos americanos hijos de inmigrantes polacos, xenófobos y supermacistas que creen ver peligrar sus puestos de trabajo y Status Quo con la nueva oleada de inmigrantes, y otra banda de inmigrantes puertoriqueños que no toleran que los que se hacen llamar nativos tengan en la sociedad más oportunidades y salario que ellos. El racismo, la violencia y los extremismos afloran para enfrentar a estas bandas que no podrán soportar como nace el amor romántico entre el miembro de una de las bandas (Richard Beymer) y la hermana del líder de las banda de Puerto Rico (Natalie Wood).

El drama está pues servido entre todos los personajes que no pueden o no quieren convivir en paz, las complicaciones serán obligatorias entra la pareja protagonista... y el espectáculo y el baile están asegurados en la trama gracias al material de base trasladado desde Broadway.

Es cierto que "West Side Story" no es un film perfecto y no llega al nivel de obra maestra como otras cintas (como "El padrino" (1972), "La lista de Schindler" (1993) o "Million Dolalr Baby" (2004))... ¡es más! ni siquiera soy capaz de percibirla como el mejor musical de todos los tiempos (aunque sí se encuentre entre los mejores), pues algunas lagunas sí que pesan sobre la cinta. Y éstas son principalmente... una acotación en su desarrollo argumental (que tan solo se centra en la temática de la rivalidad de las bandas (en ocasiones excesivamente redundante) y en la trama romántica (bastante ingenua y superficial, porque no decirlo)) dejando de lado la posibilidad de ser una cinta con personajes con más aristas y con un argumento de mayor amplitud en sus dimensiones y subtramas (me vienen a la mente musicales como "Chicago" (2002) o "Sonrisas y lágrimas" del propio Wise). Otra de sus trabas para resultar una cinta culminante es que no todos sus temas musicales tiene el mismo nivel de excelencia (siendo algunas canciones olvidables ("Something's Coming", "Officer Krumpke"))... precisamente en obras como "Grease" (1978), "Sonrisas y lágrimas" o "Chicago" no es posible encontrar un solo número que no resulte asombroso ni un solo tema musical que no sea una obra maestra en sí mismo.

Son estos dos aspectos los que hacen del film algo notable y no de matrícula de honor (esos dos aspectos junto al hecho de que ciertos números musicales de larga duración (y a pesar de que éstos sean de lo más inspirados) impidan que la trama avance con mayor fluidez, y que la cinta tan solo cuente con (con permiso de Rita Moreno, que está sencillamente brillante y se come la pantalla en cada aparición y baile. Un Oscar más que merecido el suyo) interpretaciones solventes pero no carismáticas y tan sentidas y sutiles como en otros films del género (evidentemente aquí no nos encontramos con Julie Andrews o Christopher Plummer)).

Sin embargo las virtudes determinan más el destino de la cinta que sus defectos. Y, la potente temática del extremismo entre clanes (ya sean étnicos, políticos o sociales, lo mismo da para la reflexión que el film logra transmitir) plasmada con madurez, franqueza y claridad en la pantalla (aportando un drama a ratos desgarrador y una potente meditación en el espectador), la gran batuta de Wise (el director decide no enredarse en ediciones imposibles y deja ver al espectador las vistosas y elaboradas coreografías, que ya imprimen ritmo e intensidad por si mismas a la cinta (casi todos ellas, con permiso de las baladas), pero eso no evita que su edición y elección de planos (donde destacan los contrapicados y los cenitales) tengan la precisión de un maestro relojero), la solvencia interpretativa (destacándose Moreno que va más allá de los méramente solvente), el diseño de producción y sobretodo la puesta en escena de varios números musicales sencillamente brillantes ("América" o el baile en el gimnasio) son algo más que suficiente como para que "West Side Story" hechice en casi todo momento y nos deje con un sabor de boca de lo más sabroso respecto al cine con mayúsculas.

En cuanto a musicales (no cuento las cintas animadas) no llega a las cotas de Grease, Chicago, Sonrisas y lágrimas, Mary Poppins (1964) o Hairspray (2007), pero supera a musicales aceptables como La La Land (2016), Moulin Rouge (2001) o Mamma Mia (2008)

Lo mejor: Sus números musicales dinámicos y su puesta en escena por parte de los bailarines e intérpretes. Rita Moreno (brillante bailarina, y el carisma y la calidez personificadas, logra dualidad en su personaje)
Lo peor: Su acotación en el desarrollo argumental.
Spark
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