Suspiria

SUSPIRIA es una rutilante editorial de moda de terror que, además, es la mejor película de LUCA GUADAGNINO desde IO SONO LÁMORE. Una película grosera, finísima, hipnótica, sexy, excesiva, que no sabe parar (tiene como tres finales). Lo único que me sobró de toda la película es su empeño en enmarcarse en un contexto político-social, vacuo intento de GUADAGNINO por epatar con el circuito de cine de autor europeo, temeroso de ser acusado por este de haber realizado una mera película de terror y así poder justificarse como cineasta en un cine pretendidamente "relevante".
Burda cobardía disfrazada.
También renuncia al misterio de la trama, destapando el pastel demasiado pronto. Pero lo importante y sorprendente es que en esta nueva versión del clásico de ARGENTO (modélico remake pues tiene lo que todo remake debe tener; un nuevo punto de vista acerca de una misma mitología) hay gran horror, buen gore, splatter y buen terror de arte y ensayo entre JODOROWSKY, KENNETH ANGER y ZULAWSKI. Y además se las ha ingeniado por colar como feminista una de las películas más misóginas de los últimos tiempos.
No os la perdáis!

La película toma los lineamientos principales de la original, los resitúa, los re-historiza para finalmente abrir otra historia y otras historias. Sin embargo, se mantiene lo fundamental: el horror sublime de ese Aquelarre fabuloso. Un Aquelarre entendido como una forma de construir contrapoder. Contrapoder femenino.
Luca Guadagnino, por supuesto, lleva todo más allá, le da más vigor textual pero si solo fuera eso casi que no sería nada. Guadagnino le agrega surrealismo gótico, pone a la danza en el centro y trae al nazismo a la vez. En simultáneo va mostrando múltiples formas del amor y de la oscuridad. No abandona el romanticismo, esta su veta, aunque casi vejada y sobre el final absuelta. Tiene romanticismo pero de otro orden, algo más visceral. Es una película visceral. Es bella, tiene angustia, pero al final es bella porque es una obra de arte alucinante.

Es normal que cuando alguien se enfrenta a la tarea de realizar un remake de la obra maestra (absolutamente imperfecta) que Argento realizó en 1977 se le ocurra la idea de que puede mejorarla. La obra de Darío poseía unas virtudes únicas que la confirman como una obra singular no solo dentro del género sino del cine en general, pero también poseía una serie de falencias que impiden que haya envejecido algo mejor. Guadagnino pretende rehuir del original en todo momento, pretende ser un creador tan único y especial que trata de recordarnos continuamente que no estamos viendo un remake, sino una obra que únicamente comparte título y un punto de partida similar a su homónima de 1977.

Y eso esencialmente es lo que Guadagnino pretende en su relectura del clásico: dar lugar a un film que en ningún momento pretende parecerse ni homenajear al original, dando la sensación de que esta obra magna casi que se avergüenza de la comparación con una otra más "simple" como la surgida de las mentes de Argento y Nicolodi, y sobre todo que se siente mucho más inteligente. Inteligencia que pretende mostrar en un enfoque más psicológico e introspectivo que en la original, mostrando personajes aún más desdibujados (no se entienden ni las motivaciones de la protagonista ni de las antagonistas por los que el acercamiento interno forma parte del artificio); o en una trama de intriga comandada por el personaje del anciano (inexistente en la original) y que es incapaz de aportar nuevas luces a una historia predecible. Cabe destacar que su subtrama personal ni siquiera aporta nada más allá de rellenar más minutos de metraje, por si 152 fueran pocos para la historia que aquí se plantea.

Fíjate si es listo Guadagnino que se permite el lujo de dividir su obra en varios capítulos y un epílogo (este último vuelve a no aportar absolutamente nada, para sorpresa general). El director se empeña en que admiremos aquí una obra maestra que además de ser absolutamente inexistente empeora en casi todos los aspectos al film original. Si bien es interesante la ampliación que hace de su propia mitología y que el reparto se encuentra bastante inspirado (inquietantes Tilda Swinton y Angela Winkler, difícil hacerlo mejor), Guadagnino convierte el clásico del terror en una obra pedante y con una semilla intelectual que sobraba por completo. Renuncia completamente al recargado y complejo estilo visual de su predecesora (aquí las formas y los escenarios poseen una estética incluso feísta, lo cual resulta una maniobra más que torpe para intentar alejarte aún más de la original) y somete al espectador a una tortura durante 2 largas horas y media en la que no existe ningún aliciente para disfrutar. Ni la trama de intriga posee sorpresa alguna al quedar desvelado desde un primer momento el trasfondo del asunto, ni el sexo soterrado que existe entre ambas protagonistas llega en algún momento a explotar (quedando en el aire todas sus miradas y confesiones), la música inquietante de la original aquí ni se cita (curioso teniendo en cuenta que se trata de una de las mejores BSO del cine de terror), y sobre todo ni el film es capaz de divertir o entretener (con una lentitud exasperante en el desarrollo de la trama, injustificada por completo), y donde el miedo brilla por su ausencia, quedando únicamente reducido a un par de explosiones gore como la del desenlace. Una escena que sí debía mejorar el akelarre de su antecesora y que aquí se salda con un sinfín de momentos ridículos y absolutamente forzados.

Merecidísimo fracaso en taquilla para una película que ni siquiera gustó al propio Dario Argento, acusándola de destruir el espíritu de la obra original. Luca Guadagnino cometió el error de creer que estaba por encima de su antecesora y del propio espectador, y si bien hay que alabar su intento de crear algo nuevo y distinto, el saldo final es una obra encantada de conocerse a sí misma que al resto nos dejará absolutamente fríos, aburridos e indiferentes.

·LO MEJOR: Tilda Swinton y Angela Winkler.

·LO PEOR: Su incapacidad para transmitir algo más que aburrimiento. El momento akelarre es ridículo.

La nueva Suspiria intenta ser declaradamente artificiosa y efectista al igual que la original; pero con una formula distinta. El resultado es que la original es una película de hora y algo que no deja de manipularte y hacerte sentir desde el primer minuto, y, sin embargo, este remake en unas tres horas no te consigue adentrar en su mundo, quizá por una formula repetitiva o una dirección demasiado preocupada de la técnica, pero no consigue fluir.

Otro tema, como ya se ha dicho mucho es que toca demasiados temas, más de los que puede abarcar. Al final, es muy probable que uno no acabe de entender que pretende esta película, ni cuál es su juego.

Pese a eso, se agradece el arriesgado intento y es una película visible para los amantes de la temática. Tiene secuencias bastante buenas, especialmente las de las coreografías. Tilda Swinton y Dakota Johnson hacen un buen dúo.

Parto de la base de que no he visto la original, de Dario Argento, producida creo que en el '77. De modo, que lo que pueda encontrarme en este nuevo remake es completamente nuevo para mi.

Entrando en materia, quiero explicar mi caso;
"Suspiria" estrenada el año pasado y dirigida por Luca Guadagnino (Call me by your name) la vi a finales de diciembre de 2018. Y tal fue el caso, que necesité de un segundo visionado para, de algún modo, entenderla mejor.
Tras esperar 3 meses largos (ese fue el margen que me dí) volví a verla de nuevo. El problema fue que me dejo casi la misma sensación. La de mi no entender, concretamente, no entender el final de la cinta.
Después de terminarla, me hice la misma pregunta; ¿de qué narices va esto?

Tal vez sea porque no es mi tipo de cine, no lo sé, quizá necesite varias lecturas, no digo que no. En tal caso, cuando quiero ver cine no me veréis viendo éste tipo de producto, siendo honesto.

Si algo tiene esta nueva Suspiria que me encanto fue la dirección, esta parte hace subir enteros a la película, el uso de los planos, el encuadre que usa Guadagnino, la fotografía (bellísima), como cambia de un primer plano a un plano aéreo. La banda sonora es muy llamativa, me dejo boquiabierto.

Pero, en contra de todo eso, tienes una narrativa que es comprensible (medianamente, en mi opinión) salvo cuando la cosa se desmarra de mala manera. Los primeros 45 min creo que puede entenderlo cualquiera. A partir de los 90 min de metraje, la comprensión del espectador es puesta a prueba, dando fogonazos. Pero sus últimos 25 min... de verdad que procuré estar atento al más mínimo detalle pero no he podido, hay fue cuando ya me perdí en el relato. No acabé de entenderla. Quizá si la cinta hubiese durado algo menos, podría haber sido más llevadero, pero creo que esto no es para mi.
Puede que de aquí a un tiempo muy lejano, vuelva a verla, pero no prometo nada.

Una curiosa propuesta que se mueve entre el thriller psicológico y el terror. Con imágenes muy perturbadoras.