Haz click aquí para copiar la URL

Saltburn

Drama. Thriller. Comedia Mientras lucha por encontrar su lugar en la Universidad de Oxford, el estudiante Oliver Quick se ve arrastrado al mundo del encantador y aristocrático Felix Catton, que le invita a Saltburn, la extensa finca de su excéntrica familia, para pasar un verano inolvidable. (FILMAFFINITY)

Estreno: 22 de diciembre 2023 en Prime Video.
1 2 3 4 5 10 17 >>
Críticas 84
Críticas ordenadas por utilidad
22 de diciembre de 2023
251 de 299 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me he acercado a Salburn sin tener mucha idea de qué esperarme. El tráiler resultaba muy llamativo, pero las críticas profesionales no han sido demasiado amables con el nuevo trabajo de Emerald Fennell, aunque eso tampoco es de sorprender. Cuando un realizador debuta de manera tan contundente como lo hizo Fennell (su primer largometraje, Una joven prometedora, tuvo una enorme acogida que se acabó materializando en un Oscar al mejor guion original), no es poco común que se lleve unas cuantas hostias cuando estrena su segundo trabajo. Le pasó a Kenneth Lonergan con Margaret, a Shyamalan con El protegido o incluso al mismísimo Orson Welles con El cuarto mandamiento, películas a las que el tiempo ha tratado bastante bien y que se han acabado reivindicando con el paso de los años. Tal vez sea demasiado pronto para determinar si Saltburn va a pertenecer a este mismo grupo dentro de una década, pero tengo que decir que por lo menos yo me lo he pasado del carajo viéndola.

Ni la premisa de la película ni su desarrollo son algo nunca visto, no nos vamos a engañar. Uno no puede evitar pensar en el Mr. Ripley de Patricia Highsmith (por la caracterización de su personaje protagónico), en la Retorno a Brideshead de Evelyn Waugh (por la premisa y porque el mismo Ollie la menciona en una línea de diálogo) o en la Teorema de Pasolini (por el desarrollo de su historia), y una parte de mí estaría encantado de saber lo que pensaría Pasolini si viera la lluvia de testarazos de perversión y libertinaje con la que nos embiste Saltburn durante dos horas. Tal y como le sucedió en su debut, Fennell sigue brillando como guionista cuando da rienda suelta a su sentido de la ironía y del humor negro, del que aquí hace gala en múltiples ocasiones a modo de pasajes deliciosa y malévolamente divertidos y sugerentes. Es cierto que sigue flaqueando cuando le da por hacer tirabuzones argumentales o cuando intenta ponerse más sobria de lo necesario, pero seamos honestos, una película que decide guardarse una canción como Murder on the dancefloor para su escena final tampoco es que sea el paradigma de la seriedad. Su manera de caricaturizar y de burlarse de la clase social a la que pertenece la familia de Felix es de todo menos sutil, pero nadie ha dicho que la sutileza sea condición sine qua non para alcanzar la grandeza. Scorsese nunca ha sido sutil. Ni Park Chan-wook. Ni Tarantino. Ni Ruben Östlund. Ni Spike Lee. Al final lo que importa no es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas, y desde luego Fennell sentencia con cada escena, pero no lo hace desde la condescendencia, sino que sus ideas, en lugar de acariciar, te electrocutan.

Y si a nivel narrativo Saltburn es una descarga eléctrica, qué decir de su aparato visual, la mejora más evidente con respecto al trabajo anterior de Fennell. Probablemente se haya notado la presencia de Linus Sandgren como director de fotografía (colaborador de confianza de Damian Chazelle), pero el ojo de Fennell para la composición, la narrativa visual y la exuberancia cromática no deben ser desestimados. La cámara, vigorosa y dinámica, capaz de hacer virguerías pero también de quedarse clavada cuando la escena lo requiere. El montaje, vibrante y tenso, tan afilado en ocasiones como la pluma que escribió el guion. La apropiadamente ampulosa puesta en escena, que da vida a un castillo señorial y opulento pero también lleno de espacios vacíos, un mastodonte de otra época donde la familia Catton, con sus sirvientes y sus ceremonias, parece vivir su vida ajena a los vaivenes del mundo real, un aislamiento que se hace más acusado con la elección de ese ceñido aspect ratio de 1.37:1.

Y sin embargo, el punto fuerte de la película, en mi opinión, no está ni en el muy sólido (aunque algo manido) guion ni en el más que notable apartado visual, sino en las fabulosas interpretaciones de uno los elencos más potentes del año. La máxima de que no hay nadie mejor que un actor para dirigir a otros actores parece volver a cumplirse con Fennell, que sabe sacar el máximo provecho de todo su reparto. Secundarios de lujo como Richard E. Grant y Carey Mulligan dejan su marca con sus breves intervenciones. Jacob Elordi, que con su imponente físico tiene la mitad del trabajo hecho, conquista a la cámara haciendo de Felix, tal vez el más cuerdo de todos los personajes de este universo enfermizo. Rosamund Pike deslumbra por completo como Elspeth en el que probablemente sea su mejor trabajo desde Perdida, y además tiene pinta de pasárselo de maravilla siendo tan mala bicha. Y lo de Barry Keoghan es un recital de principio a fin. No existe otro actor en su generación tan sintonizado con lo raro, lo retorcido y lo inquietante. Keoghan (quien tampoco es un intérprete particularmente sutil) resulta hipnótico retratando a un Oliver ambivalente, poco fiable (como nos hacer saber la cámara desde la primera escena) pero fascinante de contemplar. Ya sé que los premios no significan nada, pero aun así me va a dar mucha lástima ver cómo los Oscar lo ningunean en favor de otras actuaciones mucho más académicas y previsibles cuando, en mi modesta opinión, tanto él como Pike deberían ser unos nominados indiscutibles.

En resumen, Saltburn tiene todas las hechuras de futura película de culto, y estoy convencido de que va a dejar indiferente a muy pocos. Es el trabajo que una cineasta que busca, por encima de todo, pasárselo bien con una dosis obscena de morbo y mamoneo. Es tan indecente, tan lasciva, tan demencial y tiene tan poca vergüenza que, si no entras en su rollo, te echa a patadas sin miramientos. Pero también creo que los que, como yo, os metáis de lleno en la propuesta de Fennell encontraréis un trabajo tremendamente disfrutable, con grandes interpretaciones por parte de todo el reparto, una explosiva puesta en escena y una trama morbosa, estimulante y bien contada a pesar de algunas cabriolas narrativas que están algo cogidas con pinzas y de ser tan delicada como una patada en el pecho.

Calificación: Notable/Imprescindible
Dabi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de diciembre de 2023
181 de 234 usuarios han encontrado esta crítica útil
*No era sencillo tras Una joven prometedora

Tiene que ser muy complicado enfrentarse a tu segundo largometraje tras el éxito de tu debut, pero aquí Emeral Fennell sale más que airosa con Saltburn. Una historia que poco tiene del relato de venganza tan perspicaz y poco tratado que excelentemente personificó la siempre estupenda Carey Mulligan. Es cierto que la directora británica sigue por la senda de la provocación y que no se olvida de añadir a su creación un toque de venganza. Puede que simplemente justicia poética. Aunque aquí el cogollo de la cuestión versa especialmente sobre la clase.

Saltburn es la lujosa finca de una familia de súper ricos. De esos que de tan ricos tienen que pensar en formas de pasar el rato. Felix (Jacob Elordi) es el hijo que estudia en Oxford y que entabla una peculiar amistad con Oliver (Barry Keoghan) un chico de otra clase social que también estudia allí. El caso es que tras contarle Oliver su supuesta penosa vida familiar, el chico guapo y extremadamente rico invitará al pobre y recatado a su mansión. Lugar lleno de lujos y excesos con personajes tan llamativos como el de la madre, Elsbeth (Rosamund Pike), una especie de antigua modelo o influencer.

*Los que muchos quieren y solamente unos pocos tienen

Desde el principio son claras las referencias que Saltburn comparte con otras obras como por ejemplo El talento de Mr. Ripley. Con ese impostor que se cuela entre el brillo y el esplendor de un ecosistema de gente rica y guapa. Queriendo pertenecer de algún modo a un mundo que nota inaccesible. Es cierto que aquí no hay un Jude Law reluciente, pero el aparentemente apocado e introvertido Tom Ripley tiene mucho del Oliver creado por Fennell. Siempre deslumbrado por la popularidad y atractivo de Felix. Dispuesto a utilizarlo casi todo con tal de hacerse un hueco en la pirámide.

Y si para ello hay que utilizar el sexo, aquí la cinta tiene muy claro que a este tipo de círculos se entra con todo o no se entra. Por lo que Olivier se servirá de su cuerpo como un arma para acceder a los lugares más insospechados. Ya que entre este tipo de personajes el exceso parece la norma. O al menos lo que muestra Emeral Fennell (que de esto debe saber por sus orígenes) es una especie de abandono festivo en el que las fiestas, el alcohol y todo tipo de desfases se van sucediendo. Sin ningún tipo de barrera. Ya que el estrato social aquí retratado no tiene más preocupación que la de pasarlo bien. Preocuparse de sus hortensias. Meterse con los caros cuadros que adornan sus paredes interminables. Y si eso, advertir a sus invitados de que se afeiten, aludiendo a la fealdad de las barbas.

*Pero de repente el pobre se destapa

Por eso, cuando los personajes de Saltburn se dan cuenta de que están ante un lobo con piel de cordero ya es demasiado tarde. Porque son incapaces de prevenir nada. Sus vidas les resultan tan ajenas a cualquier tipo de peligro o dificultad que se sienten imbatibles. Nunca piensan que alguien pueda osar arrebatarles el lugar de privilegio que durante siglos han ostentado y por ello viven si alcanzar a sentir preocupación. Pero para su sorpresa los ricos malcriados y despreocupados también pueden tener depredadores dispuestos a ir hasta el final y arremeter con todo.

Ese será el caso de Oliver, que aquí está magníficamente interpretado por Barry Keoghan. El papel que hace este actor es absolutamente inquietante. Te lo crees desde principio a fin. Gracias seguramente a ese físico tan particular que le permite transitar desde la aparente inocencia hasta la enajenación. No desmerece tampoco la interpretación de Jacob Elordi como el guapo y deseado Felix. Es realmente interesante como el guion traza la relación entre ellos dos. Pudiendo ser amor. Teniendo mucho de deseo. De un deseo enfermizo y torturador por encajar y ser visto.

Y como madre una Rosamund Pike divertida y muy distinta a sus roles habituales. En un ejemplo de gran dirección de actores. Todos ellos resultan creíbles y dan el tono. Aunque si por algo destaca la película es por su humor muy negro y su estilo indudable. Se percibe gran preocupación por crear secuencias de belleza innegable. Algo que Saltburn logra plenamente. Teniendo momentos de un disfrute total. Desde los inicios en Oxford hasta ese final inolvidable con un Keoghan en cueros recorriendo cada estancia de la lujosa finca. Es cierto que el guion no tiene la profundidad o los giros de su debut. Más o menos te vas haciendo una idea de lo que va a suceder. Los mayores esfuerzos están puestos en la forma, pero el resultado es tan disfrutable que te vas enganchando sin remedio.

*Conclusión

En resumen, Saltburn es una película muy recomendable sobre una familia de ricos malcriados en la que se cuela un joven extraño. Siempre es tarea dificultosa afrontar una segunda película, más si viene precedida por un éxito como Una joven prometedora, pero aquí Emeral Fennell sale victoriosa. Apostándolo todo a su estilo apabullante y muy atractivo, la película se lee como un retrato sobre la clase. Sobre ese lugar que solamente unos pocos pueden disfrutar. Un retrato sobre la pelea por encajar. Por ser aceptado en un mundo elitista y absurdo. Sobre el deseo que puede tornarse locura. Una estupenda película protagonizada de forma salvajemente fascinante por Barry Keoghan.

Escrito por Laura Tabuyo Acosta
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de diciembre de 2023
93 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, ¿Kristin Scott Thomas se ha retirado? ¿Ha muerto Emma Thompson? No, sólo son demasiado viejas para hacer de madres de Jacob Elordi. Mejor Rosamund Pike, con la que se lleva escasos dieciocho años, que seremos feministas pero no hermanitas de la caridad, eh, Emerald. Las viejas, al Imserso.

Respecto a todo lo demás, nada de sutilezas, porque para qué cerrar una historia que estaba siendo abrumadora con una simple decepción, un alejamiento natural por el paso del tiempo o cualquier otro elemento emocional, no, mejor muertes a mansalva y psicópatas tan psicópatas que monologuean solos. Nivel Joker, vamos. Se adjunta escena final*(1).

Alguien debería explicarle a la guionista y directora que los relatos de perversiones ya son radicales de por sí, por lo que piden una base sólida; si no, corres el riesgo de que todo parezca gratuito. Que es lo que pasa aquí. Querían imitar a "El talento de Mr. Ripley", pero se olvidaron de la humanidad y de la coherencia de aquella. Aquí el malo es malo porque sí, no tiene siquiera motivos económicos*(2).

"Saltburn" cruza las líneas de lo asumible para cualquier obra adulta, lamentablemente. Uso tal término porque la primera hora y media es fastuosa, celestial, casi poética, en la que una premisa sencilla estaba siendo tejida con un buen gusto sobresaliente y unas escenas que quitan el hipo*(3). A propósito, "Saltburn" pone cachondo al personal sólo por cómo está rodada e iluminada.

Y actuada. Barry Keoghan no sorprende si ya lo has visto en otros lados. Es un actor de rostro y presencia salvajes. Jacob Elordi, por su parte, goza de un perfil matador. Ya tardaban en explotar a semejante adonis que, además, actúa con naturalidad. Obviando lo suyo, Pike también está estupenda gracias a un guion cuyos diálogos son los mejores, auténticos puñales verbales siempre dirigidos a quiénes no están presentes, pues educada es un rato*(4).

Con todo lo dicho, reconozco que estoy cabreado como una mona con "Saltburn" porque te seduce, te imbuye y te deleita en su desarrollo, porque es una obra que está viva, que se sabe festiva y que mereció un final menos bochornoso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jaime Flores
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de diciembre de 2023
75 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película narrada en una mezcla de vacuidad, superficialidad, frialdad, provocación y un tono oscuro que se va oscureciendo cada vez más. La perspectiva de la distancia social con la élite inglesa inicialmente está bien lograda, y no se vuelve loco presentándote a los personajes, lo que es de elogiar.

Pero presenta fallos radicales que la hacen suspender. La crítica la haré con spoilers en la zona correspondiente, dado que son fallos de este tipo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lewis
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de diciembre de 2023
68 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo tantas criticas positivas para esta película. Se hace larga hasta la extenuación, muchos tramos aburridísima y un final absolutamente inverosímil. Te pasas media peli esperando que pase algo interesante, y cuando al final empiezan a pasar cositas, pues ni fu ni fa. Desde el inicio de la peli, solo con la elección del actor principal, ya se intuye lo que puede pasar. Con verle la cara , ya se ve que ha este tío se le va la pinza.
Nada es tu decisión, pero hay muchas otras pelis más interesante para perder más de 2 horas viendo esta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
neo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 10 17 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow