LOLA

Lola es una brillante propuesta de ciencia ficción con envoltorio de found footage, que mezcla ingredientes tan sugerentes como viajes en el tiempo, cultura popular, diversidad o nazismo.

El film parte de una premisa conceptualmente lúcida (la posibilidad de captar emisiones audiovisuales del futuro desde el pasado), pero el film no se queda ahí. Arriesga en su desarrollo dramático introduciendo temas de diversidad, cuestiones éticas, paradojas temporales, ucronías...

Una maravilla originalísima, que suplen su falta de presupuesto con hallazgos visuales e imaginación, fusionando material de archivo y metraje actual (lo cual la emparenta directamente con films como Zelig (1983)).

Al final estamos ante una original e inteligente propuesta de ciencia ficción vintage, que sirve como homenaje al poder de las imágenes para transformar el mundo.

Una atractiva obra que arriesga en concepto y forma con resultados sugestivos.

Sorprendente por el tema y las formas. Mantiene el interés del espectador que se encuentra entre el documental y la ficción, la realidad y la trama, el pasado y el futuro. Con apenas personajes, la historia se desarrolla de manera ágil en todo momento e invita a seguir viéndola, sin que sea posible predecir lo que va a pasar ni cómo va a pasar. No es posible hablar de ella sin desvelar parte de su encanto y su carácter sorprendente; no es un film al uso, no se parece a otras, no pretende innovar pero innova. Aunque de entrada no resulte atractiva ,se trata de una película altamente recomendable.

En ocasiones se encuentra uno con películas inclasificables, como esta, que en menos de hora y media (frente a gran parte de las obras actuales, que parece que tienen que sobrepasar las dos horas de metraje, cuando no los 180 minutos) te cuentan una historia original, no solo por el argumento, sino sobre todo por la forma.
Blanco y negro, encuadres y fotografía similares al cine mudo, y dos encantadoras hermanas protagonistas que rompen todos los clichés.
Se supone que ha sido rodada con bajo presupuesto, pero la mezcla de escenas documentales con Churchill o Hitler con otras de ficción propias de la peli está perfectamente integrada, dando sensación de continuidad y verosimilitud.
Si estáis hartos de ver películas estadounidenses llenas de clichés, tópicos... "americanadas" en fin, dadle una oportunidad a esta joyita, con la que, por cierto, he disfrutado tanto como cuando vi la Blancanieves de Pablo Berger.

Un entrelazado de ciencia ficción y drama histórico, la película narra la intrigante travesía de dos hermanas, Thomasina y Mars, quienes dan vida a Lola, una máquina capaz de interceptar transmisiones del futuro. Situada en el trasfondo de 1940, la película adopta la estética de un falso documental de metraje encontrado, trazando las vicisitudes de las hermanas y su invento.

Las interpretaciones de Emma Appleton y Stefanie Martini en los roles de Thomasina y Mars resultan excepcionales. Las actrices logran transmitir eficazmente las emociones y tensiones que sus personajes enfrentan, mientras luchan por mantener en secreto su invención y asumen las consecuencias de sus decisiones. Los personajes emergen sólidamente construidos, y la relación entre las hermanas se desarrolla de manera conmovedora y convincente.

La dirección de Andrew Legge merece aplausos. La película adopta una narrativa de metraje encontrado que se siente auténtica y realista. La cinematografía se destaca por su excelencia, encapsulando una estética vintage que se integra perfectamente en la época retratada.

Los efectos especiales, aunque sobrios, son efectivos. La máquina Lola se presenta como un dispositivo simple pero cautivador, dotado de autenticidad y realismo. El diseño de producción es impecable, recreando con éxito la atmósfera de la época.

La edición es destacable, manteniendo un ritmo dinámico y emocionante que retiene el interés del espectador en la trama. A pesar de su duración de 80 minutos, la película logra plasmar una narrativa completa y satisfactoria.

Se erige como una obra cinematográfica cautivante y creativa, es una inmersión efectiva en una historia convincente, incluso en su corta duración.

En el 2021 se encuentra una misteriosa grabación de ochenta años de antigüedad; en ella se cuenta la historia de dos hermanas que lograron diseñar una máquina que permitía recibir retransmisiones emitidas en el futuro.

Por suerte, todavía aparecen de cuando en cuando historias originales capaces de sorprender, hechas con pocos medios y mucho ingenio.

El guion, impecable, nos sitúa en plena II Guerra Mundial, elucubra un pasado alternativo, mezcla a Bowie y Dylan con Churchill y Hitler, y mientras presenta a personajes encantadores, profundizando en su desarrollo. No sólo convence el ensayo sobre viajes en el tiempo, sino que logra que te importe lo que sucede a esas protagonistas imperfectas y soñadoras. Las interpretaciones te cautivan. Se nota frescura y ambición. Además, que la película sólo dura 79 minutos, y eso, hoy en día, ya es digno de elogio.