Golden SunInteractivo

Con lo difícil que es hacer una crítica notable (o profesional) de un libro, y más quizá de una película o de una serie, no quiero imaginarme de un videojuego narrativo. Vamos sumando elementos: a la historia y personajes/actuación (que para mí siempre será lo más importante) se añaden la música, la fotografía y el espacio, el encuadre, la luz, el color, etc.; siguiendo en lo cinematográfico con el montaje y los movimientos de cámara; y por último en los juegos, con la jugabilidad y las mecánicas. Además, en este caso se trata del género de rol, que destaca por la importancia del desarrollo narrativo y la construcción de mundos.

Dicho esto, vaya por delante que intento hacerle justicia en unos cuantos párrafos a esta obra maestra absoluta que es Golden Sun (1 y 2), pero siento que todo lo que diga es poco. Primero, para ser de GBA, con las limitaciones que conllevaba, Camelot nos regaló esta joya con un universo, una profundidad, unos valores y una elegancia difíciles de encontrar hasta en consolas de sobremesa. Por supuesto hay defectos que se pueden criticar, desde los pitidos como voces, pasando por diálogos excesivos, hasta subtramas que no son tan interesantes. Pero no voy a hablar de las pocas cosas negativas habiendo tantas tan positivas.

En cuanto a la historia, empieza con un desarrollo más clásico, pero en la segunda parte da un giro que huye del manido maniqueísmo y nos eleva a un plano de complejidad y matices, que nos permite entender mejor las consecuencias de los desequilibrios de energía y poder. Aquí lo importante no es tanto la vida personal de los protagonistas, que también, sino su misión de ayudar a salvar un mundo al borde de la destrucción pasando por los problemas particulares de los pueblos y sus habitantes. Casualmente, a los pocos años se estrenó la serie de animación “Avatar: La leyenda de Aang” (2005-2008), otra obra maestra con la que guarda muchas similitudes.

Pero gran parte de la magia de Golden Sun reside principalmente en eso, la magia. Aquí no tenemos Hogwarts, ni superhéroes de Marvel, ni otros sistemas mágicos inventados ad hoc que carecen de atractivo o fundamento. Tenemos algo mucho más natural, poético y misterioso: la psinergía o habilidades psíquicas, que a su vez se basa en los 4 elementos y la alquimia. De hecho, lo genuino es cómo en diferentes lugares te encuentras otras cosmovisiones y maneras de entender o llamar a estos poderes; así como la integración y la importancia que tiene la psinergía en la vida cotidiana, los combates y las leyes que rigen el planeta Weyard.

Respecto a eso, la grandeza de Weyard, una Pangea idealizada, está en su historicidad y universalidad, en que bebe de fuentes ricas, de muchísimas culturas ancestrales, civilizaciones antiguas, mitologías y elementos legendarios orientales y occidentales, para así crear una minuciosa selección y adaptación exquisita de algunas de las más fascinantes e influyentes de la historia, dotándolas de autenticidad y encanto. Prácticamente todo lugar, objeto, arma o criatura tiene mínimo una referencia detrás, ya sea real o fantástica, nada es gratuito. En este sentido, Lemuria se lleva la palma, pero Prox o las invocaciones no se quedan atrás.

Por último, la música merecería también una crítica aparte. Directamente es una de las mejores bandas sonoras que se ha hecho jamás. Es increíble la calidad que hay tanto en canciones principales como en secundarias que suenan solo en una ciudad o en un momento (como la de Sole). Motoi Sakuraba, a sus pies. Para un pequeño análisis profesional, os recomiendo el que hace “8-bit Music Theory”, y para lo demás, la wiki de Golden Sun Universe. Y hasta aquí puedo leer. Ojalá de esto se hiciera una serie o algo en condiciones.