Huachicolero

Con su ópera prima, el realizador Edgar Nito pretendía dar a conocer al mundo un hecho que se estaba gestando en su estado natal, Guanajuato, como lo es el robo de combustible realizado por el crimen organizado, a base de ordeñar los ductos mediante tomas clandestinas al que se ha denominado como “huachicoleo”, la realidad pronto lo alcanzó ya que en los meses recientes se volvió una noticia principal.

La historia que Nito escribió junto a Alfredo Mendoza es una de tantas que suceden de manera lastimosa en nuestro México actual, con el telón de fondo del huachicoleo, la película del realizador guanajuatense explora el acotado universo de un adolescente que pronto se da cuenta que las oportunidades para los jóvenes en este país son por demás escasas.

Lalo (Eduardo Banda), es un joven de 14 años, estudia la secundaria y es dedicado y responsable, él vive con su madre a la que ayuda en labores varias. Lalo se siente atraído por Ana (Regina Reynoso), una compañera de la escuela, a la que un día se decide a declarársele, pero Ana lo rechaza y sus amigas le sugieren que le demuestre sus sentimientos con un regalo, como por ejemplo un iPhone, ante la imposibilidad de juntar el dinero para comprarlo, Lalo se une a un grupo que se dedica a extraer gasolina de manera ilegal.

En un relato que va del thriller al drama social e incluso con algunas notas que lo acercan al western, Nito narra una historia de amor adolescente que denuncia el fallido estado en que vivimos, en un contexto desolador al que debe enfrentarse una parte de los jóvenes mexicanos que viven en zonas rurales o marginales.

Lo notable del debut en el largometraje de Nito es el rigor de su narración, la creciente tensión lograda en una atmósfera que se torna desasosegante, la sólida construcción de su personaje y el notable trabajo con sus intérpretes, en un reparto que mezcla no actores con actores profesionales.

Un relato firmemente construido, elocuente y contundente, con personajes que exudan humanidad, narrado con buen pulso que consigue ser lo mismo emotivo que desgarrador.

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“Huachicolero” coge el nombre del término utilizado en México para hablar de las personas que se dedican al robo y venta ilegal de combustible. El estreno en dirección y guion de largometraje de Edgar Nito pone el foco en una grave y actual problemática que sucede en México: jóvenes de entornos poco favorecidos se suman a bandas criminales para tener oportunidades que de otra manera les serían vetadas. Es el caso de Lalo, un adolescente que vive con su madre, una mujer que se desvive en el trabajo para poder mandar a su hijo a la escuela de pago. Las diferencias económicas con sus compañeros de clase son palpables y Lalo pronto accede a hacer de huachicolero para conseguir dinero. Potente y natural drama social al que cuesta acceder de inicio, pero que va en ascendente hasta su demoledor desenlace. Revuelve conciencias.

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Huachicolero es una conmovedora historia con mucho material de la triste realidad mexicana, como un inocente adolescente por conseguir la aceptación de la chica que le gusta y poder comprarle un buen celular, se mete en el contrabando de gasolina, relacionarse con ese tipo de gente y sus hormonas le llevará a drásticas consecuencias, todo contado con un guión muy digno de resaltar del debutante Edgar Nito y Alfredo Mendoza.

La película es un thriller muy entretenido, hay veces que ciertas producciones mexicanas a pesar d eu bajo presupuesto nos cuentan una gran historia y eso es lo que importa, este es otro caso.

Reseña:
Ópera prima de Edgar Nito, la película Huachicolero es un retrato de lo que sucede en el negocio ilegal y venta de combustible en México. El guión de la película fue escrito en 2016, mucho antes de que el tema fuera noticia nacional, y tema en boga. La película tardó 3 años en poder ser exhibida hasta 2019 en el festival Tribeca en Nueva York, en donde ganó el premio de mejor nuevo director. En México no ha tenido estreno en salas, salvo una participación en el Festival de Cine Morbido en 2019. Estuvo nominada a mejor ópera prima entre otras 3 categorías en los Premios Ariel 2020.

La película tiene una trama aparentemente sencilla. De la mano de su protagonista Lalo de 14 años, quien se ha enamorado de una chica de su Telesecundaria, Ana. Ella le ha pedido que le compre un celular Smartphone de última generación para conquistarla, sin embargo, hay otro chico mayor que siempre la espera fuera de la escuela, Rulo quien con una pandilla de amigos enamoran a las chicas del barrio. La trama sube de nivel cuando Lalo busca a toda costa encontrar un trabajo que le permita juntar el dinero para comprar el celular, mientras por la zona se desatan asesinatos que parecen estar ligados al crimen organizado. Lalo vive sólo con su madre, y apenas tienen dinero para subsistir, entra en juego entonces la relación de contar con dinero para apoyar en los gastos de la casa o gastar el dinero para conquistar a Ana. Mientras el tío de Lalo se debate entre la vida y la muerte en el hospital, la tensión sube, así cómo los crímenes que rodean el tráfico de combustible. Se desatan manifestaciones por el incremento del precio en las gasolineras, y parece ser un problema urgente de atender por parte del gobierno.

Lalo por su parte ha entablado una pequeña relación con Rulo, el otro pretendiente de Ana. Rulo invita entonces a trabajar a Lalo en la extracción ilegal de gasolina, en donde por las noches salen a perforar ductos y llenan tinacos de gasolina que son transportados a diversos puntos de la zona en donde se vende cómo cualquier otra mercancía.
La policía sigue algunas pistas y parece estar cerca de los ladrones de gasolina y los grupos que se disputan su control, que se supone es el móvil principal de los crímenes que azotan la región. Lalo entonces participa activamente en el negocio, obteniendo rápidamente ganancias que en cualquier otro trabajo a su edad no podría conseguir, pero no todo saldrá bien para él y su familia, la relación con Rulo y el trafico de combustible han llegado a un punto de quiebre, y los días de Lalo están contados.

Comentario:
Desde el título la película enfrenta al espectador a un deseo de ver de que va la historia, supone un reto entonces de la película misma llenar algunas expectativas, ya que es un tema delicado y polémico en México, el Huachicoleo (robo de gasolina) fue destapado masivamente en el año 2019, justo a la par que se estrenaba la película en el Festival de Tribeca. Filas enormes por la escasez de gasolina en todo el país, protestas contra el alza de precios, debates, conversaciones y primeras planas de los diarios más leídos, tocaban el tema como el acontecimiento coyuntural y de más relevancia del momento, en ese contexto se exhibía la película de Nito, sin embargo los medios locales o las redes sociales no hablaban de la película, ésta pasó casi des apercibida, es hasta que fue nominada como mejor ópera prima en los premios mexicanos Ariel 2020, que fue un poco más vista, dado que la academia habilitó una plataforma digital para poder ver las películas participantes en esa edición, dado que por motivos de la pandemia de Covid-19, no había actividades presenciales, y es justo cuando pude ver la película, al contrario de cómo señalé al principio, sin ningunas expectativas, de hecho pensaba que estaba a punto de ver una película “palomera” que es como decimos cuando queremos ver una película simplemente para pasar el tiempo, que no incomode o exija demasiado al espectador, pero vaya sorpresa, la película tiene un estética visual muy contundente que me atrapó desde los primeros minutos, con una fotografía y composición visual similar a Heli de Amat Escalante, con ambientes grises y fríos, silencios largos que generan incomodidad e incertidumbre en el espectador.

Huechicolero tiene una estructura clásica, un romance frustrado que conduce a la tragedia, cierto, pero el segundo tema que corre de fondo (incluso metafóricamente es interesante como tema oscuro) y todo el contexto en que envuelve la historia, afecta directamente a la trama principal, un inocente enamoramiento en la adolescencia, arrastrado por una problemática social que trasciende lo local.

Quizá el no tener ninguna expectativa seria por la película haya sido el motivo principal por lo que la película me sorprendido para bien, sin embargo, tanto el trabajo técnico como el guión y las relevantes actuaciones que le dan un toque de hiperrealismo y naturalidad a la historia, se merecen que la película tenga una difusión importante y una mención en las conversaciones, tanto para hablar y profundizar sobre el tema, cómo para hablar de la nueva ola de cineastas y del cine mexicano que notoriamente va en ascenso, no en vano Edgar Nito ha sido reconocido como una gran promesa en la dirección. Esperamos pronto conocer su siguiente proyecto del joven director Guanajuatense.
Mientras tanto, Huachicolero es una película que vale muchísimo la pena ver.

Abraham S. / CINE CALMECAC