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Descubriendo a Forrester

Drama Conocido en su barrio por su condición de solitario, Forrester es un hombre cuyo misterio y excentricidad son casi míticos. Cuando Jamal, un destacado estudiante y atleta negro logra colarse en su apartamento con una cartera repleta de trabajos literarios, de manera inesperada e insólita, se establece entre ellos una relación altamente provechosa. (FILMAFFINITY)
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
24 de junio de 2007
70 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¡Golpea las teclas, por el amor de Dios!"

Una historia de literatura, de superación, de desesperación y sobre todo, de amistad. A través de la relación de un joven negro y de un viejo escritor huraño (por cierto, basado en la figura de J.D. Salinger, quien tan sólo publicó una novela en su vida, "El guardián entre el centeno") somos testigos de la historia de uno de los personajes, desde mi punto de vista, más maravillosos de los últimos años.

Una deliciosa fábula acerca del temor que nos inunda a todos respecto a mostrarnos ante los demás, que tiene su máximo exponente en un genial Sean Connery en el papel de William Forrester, que jamás habla con nadie ni sale de su apartamente. Un juego de chiquillos y un poco de azar (¡vaya, si parece salido de la cabeza de Paul Auster!) hará que su vida se cruce con la del joven Jamal Wallace, interpretado por un muy agradable Rob Brown. La aparición en escena de un despótico profesor de literatura (F. Murray Abraham) provocará la caída del mundo que con tanto tesón se ha fabricado el bueno de Forrester.

Todo ello salpicado de conversaciones tanto literarias como filósoficas, ante la máquina de escribir o entre viejos libros llenos de polvo, o, como una de las más escenas más destacables, ante unos recipientes de sopa.

Lo dicho, una magnífica película sobre la amistad, los recuerdos, y que a través de la magia de la literatura nos habla intensamente de la vida, una vida en la que la clave, al igual que en la literatura, es vivir, no pensar.
BGIL77
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27 de julio de 2008
57 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
...querrán saber qué pienso de esta película, de su director y guión, todo ese rollo de cinéfilo, pero no tengo ganas de hacer eso con esta cinta.

Verán, "Descubriendo a Forrester" es de esas historias que, al terminar, te hacen sentir ganas de hacer algo. Lo que sea. Sé bien que a algunos le entran ganas de escribir a máquina.

No creo que éste sea un repelente relato sobre la amistad y el talento, la discriminación y el mérito personal. Pase que trate de dos tipos talentosos que se hacen amigos, pase que uno sea un joven y el otro no, pase que al leer la sinopsis todo suene a tostón sensiblero. Eso, ja, es bien cierto. ¡Pero es espléndida! Literatura & Cine. Cada cosa colocada en su sitio.

Y algo más, oculto. Si uno engancha con la película es capaz de escuchar grandes lecciones susurradas -más allá de la sonoridad del guión- por las teclas de una máquina de escribir. Es una de esas películas que se hacen un hueco en el bagaje de uno. Y luego está lo que ustedes quieran ver o no. Si quieren ver a Salinger, pueden hacerlo. Si quieren emocionarse, también pueden.

Un papel singular para Sean Connery, magnífico como hombre agotado y como mentor. Una banda de sonido cuidada, espacios para pensar. Una pieza de cine fundamental para el que gusta tambíén de buenos libros. Libros cuanto más polvorientos mejor.
elumano
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3 de febrero de 2010
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
La reciente muerte del escritor D.J.Salinger me hizo recordar que "Descubriendo a Forrester" estaba inspirada en la leyenda sobre este notable escritor que vivió recluido a pesar de su fama. Con esa motivación, decidí revisionar esta película para además encontrarme con un casi irreconocible Gus Van Sant cuando aún no era un director conocido por sus actuales marcas de estilo.
Evitando demandas legales, el guión cambia nombres de personas y títulos de libros pero lo esencial permanece como para imaginar libremente que pudiera haber sido del encuentro entre un Salinger maduro, escéptico y desconfiado de las relaciones humanas salvo la literatura.

Un grupo de jóvenes del Bronx acostumbra jugar al baloncesto frente a un viejo departamento desde el cual se sienten observados por un huraño personaje. Casi como una travesura, uno de ellos (Jamal) trepa un día por la escalera de incendios para acceder al departamento desde donde se advierten mirados. Este incidente permite al joven deportista con inclinaciones literarias conocer a Forrester, el escéptico escritor recluido por propia voluntad. Entre ellos se establece un progresivo vínculo de afinidades que alternan entre el gusto por el deporte y por la literatura. Un vínculo de profesor-discípulo que recuerda tanto al "Club de los poetas muertos" como a la versión de "Perfume de mujer", protagonizada por Al Pacino.

La película transcurre siguiendo los tópicos previsibles, donde nos cuesta reconocer a Van Sant, porque se nota mucho que es una obra inicial de un director que sólo aspira a un producto digerible y aceptable. Tiene su momento emotivo, un poquito de nostalgia, otro de sensiblería y su cuota de suspenso como para conformar a todos, pero con ese tema y ese director, queda sabor a poco. El trabajo de Connery es notable, el resto del elenco simplemente correcto. Como curiosidad vale ver, casi al final, en un papel muy secundario a un joven Matt Damon, a quien aún no le había llegado el protagonismo de la década siguiente.
Claro que Van Sant habría podido llegar más lejos de lo ofrecido en su historia, porque la figura de Salinger tiene el suficiente misterio como para haberla profundizado con resonancias más originales. Pero en esta etapa al menos Van Sant descarta correr este riesgo y se conforma con pintarnos una liviana postal de Salinger ajustada a los mitos que siempre circularon sobre él y que solo funciona como excusa para darle un toque misterioso a la historia. El resultado es una imagen evanescente y lejana del escritor, como para ser deglutida en un restorán de comida rápida.
rouse cairos
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10 de diciembre de 2010
41 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Yo, afroamericano, tengo 16 años, soy un genio, tapo la boca al que ose mencionar el inicio de una frase literaria, aunque sea el profesor de literatura, pues he leído muchos, muchos, muchos libros a mi edad y entiendo de todas las asignaturas posibles, aunque viva en el Bronx, aunque esté todo el puto día jugando al baloncesto, deporte que ejercito con superioridad sobre cualquiera, es decir, soy dos genios, además no fumo, ni me drogo ni bebo alcohol, sí, aunque viva en el Bronx, y me paso el tiempo que me queda libre escribiendo y escribiendo, con categoría, con calidad, pero como sé que puedo mejorar voy a ver si ese viejo que he conocido y parece una eminencia literaria me corrige mis escritos y me ayuda a ser un gran escritor.

-Yo, escocés, quizás de la tercera edad, autor de un solo libro (pero qué libro, y si no acércate a la biblioteca y verás que la veintena de ejemplares que tienen están prestados, tendrás que ponerte a la cola), vivo encerrado en mi piso, no salgo ni a comprar, que me traigan la compra a casa, ¿véis?, ahora me traen calcetines nuevos, no hablo con nadie, enciendo los dos televisores (aunque estén en la misma línea de observación) pues soy muy especial, o muy raro, como os apetezca, me paso el día haciendo anotaciones aunque no las vaya a leer nadie, y observo con los prismáticos a esos jóvenes negros que están jugando al baloncesto a todas horas.

-Yo, estadounidense de Kentucky, me gustaba la pintura pero viendo que no me iba bien decidí hacer cine, que da más dividendos aunque no seas una lumbrera. Junté al negro y al escocés y decidí hacer una película sobre la amistad, el compromiso, la literatura y escogí a Salinger de inspiración. Espero que les guste.

-Yo, espectador amante del cine, enemigo de la cursilería, las ñoñadas, las mentiras y la pedantería, condeno a Gus Van Sant a la pena de reclusión de por vida en el cajón de directores pestiños. Que se cumpla la condena.
BAKUNIN
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9 de diciembre de 2006
39 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película del género "Pedagogía-ficción", un canto a la literatura, la motivación del alumnado y la amistad intergeneracional, o sea, un poco como "El club de los poetas muertos" en versión clases particulares, con minorías étnicas y ambientación proletaria. Blandita, un poco ñoña y previsible, tiene un mensaje tan reconfortante y un optimismo tan genuinamente norteamericano que sorprende verla firmada por un supuesto heterodoxo (casi pongo heterosexual, qué lapsus) como Gus van Sant. No está mal, sobre todo para verla en un autobús de la Continental-Auto (como fue mi caso), cuya selección cinematográfica suele ser bastante más indigesta (así tengo yo la media de votaciones que tengo).
Macarrones
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