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Los fenómenos

Drama Una mujer que vive desde hace tres años en una furgoneta aparcada en la costa de Almería, ve cómo su pareja desaparece precisamente el día en que iba a empezar a trabajar. Recogidos los bártulos, regresa con su bebé a su pueblo natal, Ferrol, en La Coruña. Al principio, tiene enormes dificultades para encontrar trabajo, pero acaba consiguiendo un puesto de peón de albañil. Superada con coraje la dureza del oficio, pronto su cuadrilla ... [+]
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
24 de marzo de 2014
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Presentada en el 17 Festival de Cine de Málaga, Los Fenómenos (de título original Os Fenómenos) nos narra una historia que sin presentar nada nuevo, tiene la cualidad de introducir a una mujer como reflejo de una sociedad que pasó (y sigue pasando) una mala época tras la llegada de la crisis y el desastre que supuso la bancarrota de entidades en relación a la verdadera crisis del ladrillo. Lola Dueñas es el punto de inflexión en un recurso que ya hemos visto anteriormente con la diferencia de que es una mujer en un mundo de hombres. ¡Y vaya mundo!. Imaginémonos por un segundo lo que tiene que ser para un hombre inexperto meterse como peón de albañil en una obra en la que todos los profesionales le hacen novatadas y lo cargan en demasía. Pues ahora coloquemos a una mujer en ese mundo, aguantando lo peor con tal de encontrar una salida para su hijo pequeño. Lo realmente curioso y logrado de la historia es ver la evolución de ésta mujer para acabar haciéndose un hueco en ese mundo.

Pero la película va mas allá cuando trata de hablarnos de otro cebo en el que gran parte de la gente ha caído. El cebo de la prosperidad, es decir, el anhelo por tener una casa y de como hoy día es casi una misión imposible mantenerla, siendo muchos obligados a venderla o finalmente acabar desahuciados. Neneta es una victima que tratando de salir de su ahogo, y con el deseo de tener un techo propio, comete una "imprudencia" en un tiempo tumultuoso, mostrando una vez mas a través de la película, el gran numero de personas buenas que son atrapadas en su propia trampa.

Los Fenómenos es el nombre que adquiere esa cuadrilla de obreros albañiles de Galicia. Son un reflejo fiel del humor implícito que tienen por el norte, teniendo una forma de entender el mundo a su manera a pesar de que cada uno de ellos tiene sus problemas personales, como Josué, el personaje Testigo de Jehová o Balboa, el que capitanea a su equipo y quien acaba ablandándose al comprobar lo dura y buena mujer que es Neneta. La cuadrilla al completo superará los altibajos de la historia con su humor y son una pequeña muestra de aquellos hombres que tras la debacle de la construcción tuvieron que dejarlo todo y volver al mar. Sin embargo, la película, a pesar de tener buen ritmo, decae levemente en su tramo final, donde curiosamente aparece de nuevo Luis Tosar en lo que parecía un simple cameo ya que solo lo vemos al principio de la película. Como ya hemos dicho al principio, lo negativo de la obra es que precisamente no ofrece nada nuevo ya que nos retraerá a otras historias españolas como Los Lunes al Sol, por mencionar una, historias sobre la decadencia humana y personas encerradas en un mundo sin posibilidades. Por lo demás, una historia que merece la pena, bien interpretada y entretenida gracias al humor de la cuadrilla.

•Lo Mejor: Lola Dueñas y lo que pasa su personaje para hacerse un hueco en ese mundo de hombres

•Lo Peor: No ofrece nada nuevo

•Calificación: 7/10
Por Dante Martín
@Cinebsonet
www.cinebso.net
obidantenobi
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3 de junio de 2014
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La jornada se abría con cierta expectación con el pase de Los fenómenos, segundo largo de Alfonso Zarauza, que se atreve a contar algo todavía en pañales en nuestra cinematografía: el inicio de la crisis económica y, por ende, social que todavía arrastramos en la actualidad. Para ello, Zarauza pone en el centro de su película a una joven madre que, buscando dar sentido de una vez por todas a su renqueante vida, entra a trabajar como peón en el sector de la construcción. Desde ahí, situados en el mismo ojo del huracán desde el que se propagó a todos los lados la fatal tragedia y aún a riesgo de que lo que se nos va a contar pueda sonarnos a tópico dada su trascendencia mediática, por todos conocida, Zarauza pone en pie un pormenorizado drama con notables tintes sociales que supera las crónicas informativas para centrar su mirada en el drama interno de los personajes, dando forma en su conjunto a una película necesaria y oportuna, cuyo guión tiene múltiples aristas y frentes narrativos, componiendo con todos ellos una ficción compacta, que ofrece una visión escrutadora de los inicios de la crisis.

Recorrida toda ella por un entrañable y desopilante humor, Los fenómenos puede y merece adscribirse al mejor cine social parido aquí, de ese que saca las miserias del contexto para contraponerlas a la inocencia de las víctimas de la injusticia; aquel en el que la emoción del drama sacude y remueve sin excesos, sin imposturas y donde las risas fluyen con naturalidad y absoluta cotidianidad, como la vida misma. Se le puede achacar cierta irregularidad en el perfilado de algunos personajes, pero es un error que tampoco ensombrece las virtudes alcanzadas por el grueso del film y que, en última instancia, logran soliviantar los trabajos de sus actores. Estos, en conjunto, funcionan en absoluto estado de gracia, respirando mucha verdad todos sus personajes, especialmente el grupo de secundarios destacados que comanda admirablemente Miguel de Lira, aunque claramente sea Lola Dueñas la que literalmente se salga de la pantalla, componiendo una Neneta que será muy difícil de olvidar. Su trabajo huele a premio de interpretación y Los fenómenos debería figurar (y a lo grande) en el palmarés final.
Juanma
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26 de febrero de 2015
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es raro el día en el que no vemos un telediario sin que aparezcan noticias de desahucios. Desde que hace unos años estallara la burbuja inmobiliaria, nuestro país ha vivido y no deja de vivir momentos de verdadera angustia y desesperación. Familias que han tenido que abandonar sus casas porque no pueden pagar hipotecas y otros tantos gastos. Personas que vivían del ladrillo y que ahora, a causa de la precariedad laboral no han tenido más remedio que asumir situaciones realmente delicadas e incomodas. Ya sean aquellos que han tenido que volver a casa de sus padres u otros a los que no les queda otra que vivir en la calle.

La película “Los fenómenos”, dirigida por Alfonso Zarauza es el retrato de ese tiempo. El director, nos ofrece la visión desde dentro, a través de la inmersión del personaje de Lola Dueñas (Neneta) en el crack del ladrillo. Neneta es una mujer luchadora. Después se haber sido abandonada por su novio y con su hijo a cuestas pone rumbo a buscar trabajo. Su búsqueda acaba en el ladrillo. La construcción es su aliada.

Neneta recorre un camino que hemos recorrido muchos de nosotros. La estabilidad como objetivo. Pero, ¿a qué precio? Sin duda, lo más interesante de la película radica en la manera de radiografiar el boom inmobiliario pero, sobre todo, en la perspectiva autocrítica que vertebra el relato. Esto se puede apreciar de manera evidente en algunos momentos de la película. Un ejemplo: uno de los albañiles pidiendo al compañero que llame por teléfono porque él no tiene saldo, eso sí, el Jeep le espera al lado de la obra. Algo habremos hecho mal. Alfonso Zarauza va más allá de la simple crítica al sistema, él afina su puntería para subrayarnos una verdad nada complaciente.


Chapó.
allbreu
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29 de marzo de 2014
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Los fenómenos” hace un paralelismo perfecto entre el auge y el declive en la vida de muchas personas ligadas al boom del ladrillo y su posterior caída.

El autor trata el tema de la burbuja inmobiliaria, sin buscar culpables, sin recalcar quienes son los buenos o los malos y explica prácticamente como si de un documental se tratase, como fue el proceso de principio a fin.

Comienza con una interesante historia de desamor, donde una chica, Neneta, se ve forzada a abandonar su bohemio sueño de ser nómada en una furgoneta para tener que regresar a la vida del trabajo y la estabilidad en Ferrol, su ciudad natal. El comienzo de esta nueva vida, se mezcla con el triángulo amoroso formado por un antiguo amor, el padre de su hijo y ella misma, a la vez que coincide con el comienzo de la hora dorada de las construcciones donde se ve envuelta de lleno. Al principio todo es esperanzador, lleno de promesas y sueños que pronto se verán truncados por el trágico desenlace al que todo estaba abocado.

Aunque la película sea un drama en toda regla, se mantiene una línea de humor continua que alterna con las sensaciones de tristeza y forma un cocktail que engancha de principio a fin.

La fotografía y los bellos encuadres son también un punto destacable que ayuda a recalcar la intensidad de cada escena.

Lola Dueñas destaca en el rol de Neneta, el interesante personaje principal de esta película que le mantendrá atento a la pantalla y le hará salir de la sala con una mezcla de emociones.
Andreuxki
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12 de diciembre de 2014
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta vez no hay excusa. Con películas como Carmina y Amén, Magical Girl o La Isla mínima tenemos el ejemplo perfecto de a qué podemos llamar “buen cine español”. Aquello de aclamar la mediocridad abalados por el pretexto “está por encima de la media” ya no es válido. Y gracias a este hecho, podemos decirlo sin tapujos: Los fenómenos no es para nada una mala película, pero tampoco se encuentra entre lo mejorcito del cine español. Incluso podemos decir (oh, alegría!) que no se encuentra entre lo mejor del cine español de este año. Se trata, aun así, de una película que compagina a la perfección modestia y valentía. Pues a pesar de su honestidad (respecto a sus intenciones), logra tocar muchos más temas de lo que se acostumbra a esperar en una cinta de esta clase. Lo que aparta esta película del terreno de las joyas es que Alfonso Zarauza no nos dice nada nuevo. Y lo que lo acerca a la sección del buen cine es que, a pesar de todo, estamos ante una película que consigue esta harmonía tan difícil de mantener, vista en ocasiones en el cine de Loach, entre la denuncia social y el retrato de personajes complejos.

Zarauza no nos cuenta nada nuevo, de acuerdo. Pero sí nos habla de una realidad vigente, de destino francamente desconcertante. Y lo hace sin olvidarse de pagar el peaje que todo buen producto de denuncia reclama: para retratar al entorno, más aún si es para criticarlo, hay que retratar primero al personaje (este tipo de cine que simpatiza con la filosofía “critíquese a usted antes de criticar lo que le rodea”). En este aspecto, el director cumple a rajatabla con los requisitos, sin temor a mostrar las imperfecciones del personaje interpretado por Lola Dueñas; sin temor, incluso, a no esconder la posibilidad de que parte del socavón económico que está apunto de sufrir sea responsabilidad suya. Y una vez hechos los deberes, ahora sí, se nos habla de los catastróficos resultados de una crisis económica que, como el director apunta, se veía venir a la legua. Pero incluso entonces lo hace sin perder de vista a su personaje, pues a pesar de mostrarnos cómo este topa de narices con fuerzas mayores, sus actos y decisiones jamás se convierten en algo secundario. Se trata de una historia en la que aparece la crisis, sí, pero ésta nunca llega a convertirse en la protagonista.

A pesar de todas sus virtudes, Los fenómenos también cuenta con algunos defectos. Uno de ellos es que en ciertas ocasiones pueden identificarse sus hilos con demasiada facilidad. Me refiero a ciertas secuencias en las que el diálogo o la actitud de los personajes parece más interesada en cumplir su función argumental que en resultar creíble. Pienso, por ejemplo, en el chapucero diálogo sobre el vegetarianismo entre Neneta (Lola Dueñas) y uno de los obreros, o en el la precipitada resolución de la historia de amor entre la misma Neneta y Furón (Juan Carlos Vellido). En el fondo no son más que pequeños baches que tampoco resultan demasiado molestos, pero sí que en cierta forma evidencian este carácter de producto menor. Como si la película buscara conscientemente encontrar un equilibrio entre aciertos y defectos, tratando de situarse en un terreno neutral. Es por todo ello que la nueva película de Alfonso Zarauza resulta agradable de ver e incluso de recordar, si bien su acabado no reluce como una de las mayores joyas que vayamos a encontrar.

http://cinemaspotting.org/2014/12/12/los-fenomenos-alfonso-zarauza/
Martí
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