Al descubierto: La pelea entre los Detroit Pistons y los Indiana Pacers (TV)

La pelea entre los jugadores de los Pacers y los Pistons en la cancha de estos útimos, y en la que se vieron involucrados muchos espectadores, es uno de los eventos más infames de la historia del deporte moderno. Trascendió el mundo del baloncesto ya que este tipo de situaciones, mayoritariamente negativas, es de las pocas en las que los medios generalistas se hacen eco. Lo mismo pasa con las caídas en ciclismo, los boxeadores o luchadores que quedan KO necesitando hospitalización, los atletas que sufren una deshidratación, etc. ¿recordáis la patada de Eric Cantona a un espectador que le increpó?... pues eso.

El documental no sólo muestra el incidente plano por plano desde las distintas cámaras que lo registraron sino que cuenta con las entrevistas de los protagonistas (Ron Artest, Ben Wallace, Jermaine O'Neal, Stephen Jackson, Reggie Miller, espectadores, policías, investigadores, etc.) añadiendo el contexto adecuado a lo que sucedió, por qué sucedió y las consecuencias que tuvo.

Bastante completo y ameno de ver, no añade grandes novedades a los que conocen la historia pero sí es un material interesante que puede verse con carácter crítico 16 años después de que sucediera.

Sólo añadir que en las dos últimas temporadas, la película ha cambiado mucho en la NBA ya que se han expulsado muchos aficionados de los pabellones por su comportamiento inapropiado hacia los jugadores, equipo técnico o trabajadores de la NBA. Comprar una entrada no te da derecho a insultar, amenazar o agredir a nadie.

Con un formato que le da un ambiente de lo más interesante, entremezclando imágenes reales del momento narrado con entrevistas en la actualidad, Secretos del Deporte: La bronca entre los Detroit Pistons y los Indiana Pacers es un documental con mucha dosis de credibilidad, tratando de que el espectador saque conclusiones por sí mismo y narrando los hechos con la distancia suficiente como para no tomar partido ni condicionar. El uso de las alternancias entre los comentarios y las imágenes clave está muy bien logrado, consiguiendo dotar de más tensión los momentos cruciales de la historia y se nos acerca una polémica que quedó anclada en el tiempo y en la historia de la NBA.

El documental es sobre todo para aburridos de la NBA que ya han visto de todo, y este, es uno más.

Nos mete en los entresijos de la considerada una de las mayores broncas de la historia de la Nba.

No porque jugadores se zurraran, que era bastante habitual en esa época. Sobre todo porque la contienda llegó a las gradas y allí zurró todo el mundo, jugadores con jugadores, jugadores con aficionados, gente que pasaba por allí, ... un auténtico broncón que partió de un pique entre los 2 mejores equipos de la conferencia Este ese año, que eran los Indiana Pacers y los Detroit Pistons.

Cuando 2 plantillas están muy equilibradas, se conocen, han competido tantas veces, no se sorprenden, pues ¿Qué queda?, medirse a palos.

Y es lo que hicieron. Ron Artest por la época el mejor defensor de la Nba, y algo alterado psicológicamente, necesitó una simple cerilla para encenderse y liarla con una falta innecesaria.

A partir de ahí, unos empujones y basta, pero, no paró, la grada de Detroit empezó a tirar de todo y esto supuso que el propio Ron Artest, Stephen Jackson (otro broncas) y Jermain O´Neil (el pardillo que picó), se tiraran a la grada a liarse a tortas con aficionados.

Entre todos, Reggie Miller, grandioso jugador, inteligente donde los haya, que solo podía calmar sin lograrlo a todos.

Y esto es el documental. Análisis fotograma a fotograma, emoción a emoción, y casi puñetazo a puñetazo, y las consecuencias que les conllevó.

Desde luego si es recordada por todo buen aficionado a la NBA y supuso un antes y un después de las broncas en la Nba.

Entretenido (y morboso) reportaje sobre un sonoro altercado en la NBA que no terminó en tragedia porque Dios no quiso. Por fin se les da voz a los protagonistas de aquel incidente para que escuchemos sus versiones, justificaciones, disculpas (pocas) y relato sobre las consecuencias.

Yo lo recuerdo perfectamente porque mis colegas y yo éramos muy aficionados al baloncesto (esos piques al NBA 2k2 de Dreamcast...) y apenas unas horas después de que ocurriera la cosa, uno de mis amigos me contó que lo había visto en directo de madrugada. Y claro, ese día fue la comidilla.

Pa quien no conozca los hechos (en Youtube hay un vídeo del partido comentado por Daimiel en riguroso directo), todo sucede en la temporada 2004-2005, en un partido de la liga regular disputado en Detroit entre el equipo de esta ciudad y el equipo de Indiana, cuando este último llevaba una clara ventaja y el encuentro estaba a punto de acabar. De improviso, uno de los jugadores estrella de Indiana –el mentalmente inestable (por decirlo de forma suave) Ron Artest– le propina a Ben Wallace (del equipo contrario) una fortísima colleja en una jugada en que ya no tenía sentido un contacto tan estrecho, pues el partido estaba sentenciado. Y además, en favor del conjunto del jugador agresor. El agredido Ben Wallace manifiesta un terrible “encabronamiento” y le devuelve a Artest una buena hostia en toda la cara que envía a este último varios metros hacia atrás. Ahí empieza una pelea como de vez en cuando se ven en los encuentros deportivos.

El verdadero follón llegó cuando el mentado Ron Artest, en medio de toda la turba confusa propia de estos encontronazos (ya con el equipo técnico dentro de la cancha intentando sin éxito aplacar ánimos), se tumba sobre la mesa de los árbitros en un gesto chulesco e infantil. Los aficionados de Detroit (la ciudad estadísticamente más peligrosa de Estados Unidos) se calientan ante esta provocación, y a Artest le cae un vaso de cerveza en el pecho. El jugador se avalanza de forma refleja y furiosa contra los aficionados que le tiraron el vaso, y ahí sí que sí es cuando se lía. Durante muchos minutos se produce una tangana más propia de una película de Bud Spencer entre docenas de espectadores y los jugadores de Indiana Stephen Jackson, Jermaine O’neal y el psicópata que empezó todo esto.