¿Quiere usted bailar conmigo?

Esta película de la mítica Brigitte es etérea como una burbuja de jabón, y desaparece de la memoria casi con la misma celeridad que estalla. Se trata de una comedia tontita pero simpática, con su pequeña dosis de intriga (hay un cadáver de por medio), diálogos simplones, situaciones manidas, música adecuadamente parisina y un erotismo tan tímido que te dan ganas de echar una lagrimita. Éramos tan inocentes, tan pequeños y tan inocentes... Brigitte hace los mohines que se esperan de ella, baila con bastante corrección, se desnuda lo justito, o sea, casi nada, y dirige la función con arrolladora personalidad, bien rodeada de secundarios emblemáticos del momento como Darío Moreno, inmensamente popular en la Francia de los 60, Henri Vidal, que sucumbió a un infarto nada más terminar el rodaje, y el mismísimo Serge Gainsbourg, lo más parecido a Nosferatu que he visto en mucho tiempo. Dawn Addams, traviesa pelirroja que nos abandonó espantosamente joven, enseña un pezón si eres lo bastante rápido para verlo.
Si alguien quiere saber los motivos del rotundo éxito de Brigitte Bardot, que se asome a esta vieja película y se hará una idea de lo que significó esta encantadora mujer para los niños, adolescentes y adultos que la adoraban. Sólo por eso vale la pena echarle u n vistazo. (FILMAFFINITY)