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Los indestructibles 3

Acción Gira en torno a la aparición de Stonebanks, el otro fundador del grupo conocido como Los Mercenarios, en la vida de Barney. Sus caminos se separaron cuando este se convirtió en traficante de armas, por lo que Barney se vio obligado a intentar matarle. Los Mercenarios se enfrentarán a este villano mientras se debaten entre las viejas y las nuevas tácticas de combate. (FILMAFFINITY)
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Críticas 120
Críticas ordenadas por utilidad
19 de agosto de 2014
42 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si se habrá hecho con esa intención o me lo estoy imaginando, pero pinta haber en "The Expendables 3" uno de esos momentos de guiño en donde los actores parecen hablar cuestiones propias a través de la boca de sus personajes. Es en ese breve diálogo cuando Harrison Ford (Drummer) y Sylvester Stallone (Barney Ross) se estrechan la mano, despidiéndose:

SLY: "Trabajar con usted no está mal"
HARRISON: "Hace años que no me divertía tanto"
SLY: "Divertirse es bueno"

A lo mejor de esto es en el fondo de lo que termina tratándose esta saga que resucitó a los viejos dinosaurios del músculo y el sudor: de hacer algo por el placer de hacerlo, de divertirse y pasárselo bien con colegas frente a la pantalla, algo así como era el Rat Pack de los años 50 (salvando las distancias, claro =) ).

Y para su maestro de ceremonias y organizador, fue toda una rebelión. En una época donde los héroes de acción eran imágenes metrosexuales, como Johnny Depp con aros y maquillaje de sombra de ojos, o un nuevo James Bond llorón y sensible que salía del mar contoneándose en malla imitando a Ursula Andress, Stallone pateó el tablero y se colocó en la posición de abanderado del regreso de "los rudos". Fue incialmente con "Rocky Balboa" (2006), dónde este nuevo Sly empezó a incluir algunos paralelismos sutiles como si fuera un director de "qualité".

No, no me peguen, en serio lo digo. El regreso del viejo boxeador para enfrentarse contra un boxeador pendejo, podría verse como el regreso del viejo héroe de acción para ver si puede medirse con los nuevos exponentes. Cuando al final de la pelea, el envejecido Rocky saludaba sonriente a su público, era en realidad el viejo Stallone saludando a su fans, diciéndoles: "Gracias por no olvidarme" -cosa que se ratifica con aquellos créditos fuera-de-la-historia de fanáticos subiendo la famosa escalinata. Y aunque estas se tradujeron como "Los Mercenarios" en España y "Los Indestructibles" en Latinoamérica, la traducción correcta sería algo así como "Los Descartables" o "Los Prescindibles": todo un meta-sentido de este nuevo Sly. ¿Quienes son los descartables a los que hace referencia el título? ¿Estos mercenarios, o los actores que los personifican, a los que Hollywood exprimió y luego desechó cuando se volvieron "señores grandes"?

Cuando se anunció la primera entrega de este loco proyecto de Sylvester, los críticos se burlaban y todos vaticinábamos lo peor. Pero el éxito de taquilla demostró que Stallone no se equivocaba en su corazonada: el público anhelaba la acción de los 80, extrañaba a los rudos.

Acá volvió a retomar el tema "jóvenes versus viejos", ya dentro del argumento. Y aún así, debemos decirle: "Gracias Sly, pero no alcanza". Porque este tercer episodio adolece del mismo problema que los dos anteriores: la falta de un mejor guión. Sly necesita un guionista que a los balazos le agregue humor efectivo y argumento chispeante, como aquellos "clásicos" truchos y simpáticos de antes... Tango & Cash, El Demoledor, Cobra... Solamente apilar viejas glorias, como Barney Ross apila la plaquitas metálicas de los soldados muertos, no es suficiente.

No hay spoilers, solamente comentario sobre las nuevas incorporaciones, y un chiste de yapa para asegurarme el voto positivo:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Giskdan
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16 de agosto de 2014
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una primera entrega que sorprendió por su frescura, pese a basarse en el cine de acción de los 80 y una digna secuela, esta tercera parte se deja llevar demasiado y corre peligro de llevar a la franquicia a un camino sin salida. Los motivos son los siguientes:

-Protagonismo del nuevo equipo. La gracia de la película es ver a héroes de acción de los 80-90 "recuperados" 30 años después. Darle casi un tercio de la película a los nuevos y jóvenes componentes es un desperdicio.

-El todo no suma más que las partes. En una película tan coral se corre peligro de que no todos los actores tengan sus momentos de gloria. En esta sucede quedando gran parte del reparto desaprovechado, se tienen demasiados momentos de miga, que intentan aportar a la trama, que realmente no debería de estar muy desarrollada y quitan tiempo para esto.El equipo se está haciendo demasiado grande, es cierto, una solución sería el no incorporar tantas novedades de golpe, los personajes de las anteriores entregas aún pueden dar mucho de sí, no hace falta tanta novedad.

-Falta violencia explícita. Imagino que será por rebajar su calificación de edad y que así pueda acudir más gente a las salas de cine. Stallone con su última película de Rambo puso el listón alto en el tema de la violencia, las armas hacían realmente el daño que deben, lo que posibilitaba imágenes muy impactantes. En la primera entrega de Mercenarios esto se mantuvo pero se ha ido perdiendo con el paso del tiempo.

-Menos humor, pero de más calidad. Otro de los alicientes es el de escuchar las chanzas que se lanzan los protagonistas, en esta película quedan muy deslucidos porque los han intentado meter con calzador. Sería más conveniente espaciar más los gags pero incluirlos mejor en la acción.

En conclusión, si no se cambia esto que he comentado, la franquicia puede quemarse rápido. Con todo, esta entrega triunfará en taquilla pero veremos si sigue siendo un valor en alza.
Butulia
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28 de agosto de 2014
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento; parece que Seagal no da el perfil. Ni está convocado para la próxima. Pero sale Banderas haciendo del gato con botas, dando piruetas por los aires con un chute de la leche. Bien Banderas. A paso legionario del novio de la Muerte ante su amigo Sly.

Lo malo de esta tercera parte es que el elemento sorpresa está ausente totalmente. Carece del momento épico necesario para el romanticismo. "Sylvestre" dice que empieza la fiesta e hila el argumento sin complicarse, incluso carga a todos prácticamente con la misma historia de ser los únicos supervivientes de una unidad y les hace llevar a cuestas el mismo complejo de culpabilidad. Sly no se moja. No están los años para florituras con los guiones.
Pero bueno, ahí está el simpático Wesley que va a ingresar a una cárcel de máxima seguridad por evadir impuestos. Otro gran fichaje para la temporada es el de Mel, ese carismático actor que tan bien nos lo ha hecho pasar, digan lo que digan; un gran acierto.

Y es que Sly es un sentimental, se acuerda de sus amigos y los vuelve a llamar para recordar viejos tiempos y buena música, eso sí, sin desviarse de la profesionalidad que debe tener todo buen cineasta y por eso, si ha sido necesario, larga a Willis y ficha a Harrison Ford antes que se cierre el mercado. Que la pela es la pela.

Me encanta esta gente sin complejos, y más porque sé que jode a mucho carca que los tacha de mil cosas (alguno incluso se burla de que están mayores… ¿Por qué no dirán lo mismo de Clint Eastwood o de Michael Caine? Al fin y al cabo cada uno hace su cine).

No sé si esta gente habrá triunfado en todos los aspectos de la vida, pero como yo no soy juez no los pienso calificar; hay que vivir y dejar vivir y si no... Ojalá algún mercenario te ayude.
floïd blue
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14 de agosto de 2014
32 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pelicula decepcionante, sobre todo después de lo que me gustaron las partes anteriores. Decepcionante por todo lo que le falta y por lo que tiene.
Le falta:
- La acción que tenían las anteriores.
-El sentido del humor de las anteriores.
-La falta de sentido del ridículo de las anteriores.
- Las frases lapidarias de las anteriores.
Tiene:
-Personajes desaprovechados. Tanto el Mel Gibson, como la nueva incorporación de Wesley Snipes podian dar más juego y sin embargo se quedan en poca cosa. Aún así son lo mejor de la película.
-Tiene a Banderas, cuya presentación es bastante buena (aunque ni la mitad de buena que la de Snipes al principio que es posiblemente lo mejor devla película) pero después se vuelve demasiado empalagoso queriendo ser gracioso.
-Tiene mercenarios nuevos a modo de relevo generacional cuando la gracia de las películas era ver a umos viejetes dando estopa. Aparte que son un lastre.
-Tiene demasiado tiempo muerto presentando a esos nuevos mercenarios.
- Tiene un toque paternalista que no es lo que uno espera en este tipo de películas.
Lo mejor:
-Snipes y Gibson, aunque como ya dije podían dar mas juego.
- El inicio
-Y la media hora final donde por fin hay la acción que nos racanearon durante toda la película.
jesus
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16 de agosto de 2014
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que la trama es mejorable, que la puesta en escena parece deslucida si se compara con el blockbuster medio actual, que se echa en falta la sangre de entregas pretéritas y que el CGI a veces parece un tanto low cost.

Pero claro -- luego está Antonio Banderas (hilarante), un recuperado Snipes sacando de su interior su vena más Simonphoenixiana, Fraser pasando por ahí, el puñetero Harrison Ford tomándose con decisión un papel en años (solamente hay que ver las miradas que le echa a Sly nada más conocerle) y un Gibson que se come la peli si esfuerzo en una sola escena (sí, la de la camioneta).

Y... que quieren que les diga: están mayores, sin duda. Pero las arrugas de sus rostros reflejan un pasado (algo que en el Hollywood actual, lleno de niñatos, ya no abunda) y son expertos en estas cosas desde hace eones. Arnold y compañía llevan zurrando al personal desde hace décadas. El cine de acción es ELLOS.

También está el tono de la pieza: en una era de planetas simios serios, de hombres de acero que se toman en serio y de toda clase de cosejas enloquecidas que pretenden ser shakesperianas, Sly y sus muchachos no se toman en serio. Una lección que el cine actual parece, salvo notables excepciones, haber olvidado.

¿Pegas? Sí. ¿Perdonables? Sí.

Y este largo, por lo entretenido que es a ratos, incita a ella.

Disfrutable.
metabaron
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