Las minas del rey Salmonete

Divertida comedia de los populares cómicos Abbott y Costello que en aquel momento se encontraban en la cumbre de sus carreras debido a la película ''Abbott y Costello contra los fantasmas'' (1948) que supone su obra maestra. El dúo estaba de numero 1º en taquilla 1942 y se mantuvo entre los 10 primeros hasta 1952. Por desgracia en España estos no son tan conocidos como en América a pero a muchos les sonara debido a que esta película precisamente suele venir con colecciones de cine clásico en los periódicos. Con ella me reí un montón, la vi durante una noche en laque antes habia visto otra película de comedia ''La casa encantada'' (1943), que resulto bastante aburrida y lo pase bastante mejor con esta que aunque este lejos de ser una obra maestra puede hacerte divertir en una tarde en la que no tengas nada que hacer.

Otras películas de interés: Noche en el trópico (1940), Reclutas (1941), Abbott y Costello en la Marina (1941), ¡Agárrame ese fantasma! (1941), Crimen a medianoche (1942), Pájaros de cuenta (1942), Pistoleros sin pistola (1943), Abbott y Costello en Hollywood (1945), El pequeño fenómeno (1946), El fantasma huye (1946), Abbott y Costello contra los fantasmas (1948), Sangre y harina (1948) Abbott y Costello contra el asesino (1949), El cazador cazado (1951), Abbott y Costello contra el hombre invisible (1951), Jack y las habichuelas mágicas (1952), Perdidos en Alaska(1952), Abbott y Costello contra el capitán Kidd (1952), Abbott y Costello contra el Doctor Jekyll y Mister Hyde (1953), Abbott y Costello van a Marte (1953), Abbott y Costello contra la poli (1953), Abbott y Costello contra la momia (1955 ).

Bud Abbott y Lou Costello (el gordo) fueron famosos allá en su tierra haciendo gracias: el gordo de tonto y el otro de listo.
Con la idea de que el Sr. Livingtone (Costello) tiene memorizado un plano de África donde figuran el sitio donde se encuentran unos espectaculares diamantes, se monta un safari confiando en que este tío sea capaz de llevarlos.
Costello muestra su portentosa capacidad para gesticular y temblar como si estuviera muerto de miedo, que lo hace bien, pero aparte de dos escenas contadas, no divierte en exceso.
La película, para hacerse una idea, reúne a lo tonto: paisajes de escenas de Tarzán, chimpancés de El mundo perdido y King Kong, episodios de George de la Jungla y actuaciones de Ángel Cristo (en sus buenos tiempos, claro).

Flojísima comedia del ya de por sí limitado y nada estimulante dúo cómico Abbott y Costello, enfrascados en una ingenua aventura en una África de cartón piedra, con los cocodrilos de mentira más torpes y patéticos de la Historia del Cine y un mono grandullón inenarrable. En su momento pudo tener un mínimo pase pero estamos ante un bodrio de tebeo para preescolares más que ante una comedia par una un espectador que merezca tal nombre.

Los que ya peinamos alguna que otra cana podremos recordar aquellos tiempos en los que en la tele teníamos un programa para niños llamado Los Chiripitifláuticos, en el que mandaba el Capitán Tan, que siempre empezaba sus batallitas con un: " En mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo..."

Pues bien, esta película del salmonete solamente supera por milímetros la bajísima calidad de ese antiguo programa infantil. Vamos, que casi están a la par.

No se entiende que un crítico le haya regalado 7 puntos, cuando esta película no hay por dónde cogerla, mala de solemnidad.

Básica, directa, intrigante, forzada, absurda, mediocre, irregular y decepcionante comedia de aventuras salvajes, que resulta ser una trampa letal, para aquellas personas que busquen pasar un buen rato con la pareja de moda de la época para la comedia: Bud Abbott y Lou Costello.

La personalidad y los intereses de los personajes protagonistas, queda presentados con claridad y su intervención a lo largo de la trama, no llega a resultar convincente.

Algunas situaciones de la trama y su desarrollo, se antojan forzadas e insostenibles.

Lo que pretende ser simpático y desenfadado, termina siendo algo ridículo y bochornoso.

Las minas del rey salmonete, queda como un ridículo e insoportable relato de aventuras que pierde gracia y sentido, de una forma precipitada.

Toda una decepción salvaje sin gracia.