The Righteous Gemstones (Serie de TV)

Los Gemstone nos narra las vergüenzas de una familia televangelista, que en vez de predicar la palabra del señor en televisión por devoción, lo hacen por la fama y para seguir engordando su patrimonio multimillonario. Al igual que en las otras obras de McBride para HBO, estamos ante una serie protagonizada por unos personajes muy grises. Jesse Gemstone, encarnado por McBride, es el hijo mayor de la familia. Es un tipo sin pelos en la lengua, manipulador, prepotente, vamos, lo que viene siendo un autentico gilipollas. Recuerda mucho al personaje protagonista interpretado por McBride en Eastbound & Down, Kenny Powers. Solo que este, quizá tenga un punto de humanidad que no tenía Powers.

En el primer capítulo nos encontramos con que el bueno de Jesse es extorsionado por un grupo de matones que le exigen un millón de dolares a cambio de no difundir un vídeo en el que se ve al heredero del imperio religioso en una suite de hotel, llena de putas en pelotas y esnifando coca con sus amigos. Para evitar la desgracia que eso podría traer a su vida profesional y familiar, y lo más importante, no decepcionar a su "Papi" (John Goodman), con la ayuda de sus dos hermanos (Adam Devine y Edi Patterson), Jesse hará lo inimaginable. Esa será la trama central que nos guiará durante toda la temporada, con dosis de humor, drama y toques de genero mafioso. También tendremos arcos secundarios muy interesantes como el protagonizado por Walton Goggins como Baby Billy Freeman, tío de la familia, que sólo busca enriquecerse a través de la fama de la familia Gemstone, con la excusa de que se lo deben por rencillas pasadas. Goggins al igual que en Vice Principals, está brillante.

Estamos ante otro producto televisivo brillante nacido de la colaboración entre el humorista Danny McBride con el canal de suscripción HBO. Otra serie con el sello McBride, políticamente incorrecta y no una comedia al uso para todos los públicos. Si te gustó Eastbound & Down o Vice Principals, o el trabajo del grupo de amigos de McBride, James Franco, Seth Rogen y compañía, aquí tienes otra joya con la que te echarás unas buenas risas.

Hace poco que me enteré del inminente estreno de esta comedia en exclusiva para HBO (que tiene algunas novedades interesantes, pero cuyo catálogo en general deja bastante que desear).

Pues bien, tenía bastantes ganar de embarcarme en esta loca aventura, protagonizada por el desternillante Danny McBride (que también dirige, escribe y produce), el fabuloso Adam DeVine o el siempre genial John Goodman, siendo los protagonistas de una sátira sobre los telepredicadores y la religión cristiana en los Estados Unidos. Casi nada.

Pues bien, he tenido oportunidad de ver el episodio piloto (de una hora de duración), así como el segundo capítulo (de media hora), y puedo confirmar que estamos ante una comedia hilarante, con mucha mala leche y que no va a dejar indiferente a nadie. Pero vayamos por partes.

Por un lado tenemos la dirección de McBride que, sin ser ninguna maravilla (tampoco se espera) resulta correcta y lograda en muchos momentos. Se sabe jugar muy bien con el montaje y los momentos de más humor, desde luego.

En cuanto al guion, estamos ante una historia desternillante, pero con crítica a la religión cristiana y a los predicadores de aquel país, que en realidad son mafias aprovechándose de la desesperación de los más necesitados de un golpe de fe. La serie sabe captar muy bien todo ese mundo, sin renunciar a la comedia y las risas, y con unos personajes geniales, sobre todo su protagonista.

Y es que el bueno de McBride se ha reservado el mejor personaje de la serie. Tonto no es. Suyos son los mejores diálogos y escenas, y su interpretación es genial, seguramente una de sus mejores. Lamentablemente, DeVine no tiene un personaje tan redondo, y aunque la actuación es divertida en muchos momentos, queda un poco eclipsado y desaprovechado, y no se le saca todo el talento que tiene este joven showman.

En cuanto a John Goodman, de nuevo ofrece una interpretación estupenda, ya que es uno de esos actores que ya no tiene nada que demostrar, es un papel complejo y con matices, siendo un secundario de lujo. El resto del reparto está a la altura de los protagonistas, siendo secundarios ridículos y tronchantes, como se espera de una serie de estas características.

En conclusión, quizás es pronto para dar una valoración general sobre la serie, habiendo visto solamente dos episodios, pero creo que son suficientes para intuir que quizás estemos ante una divertida comedia, rabiosamente entretenida y con un reparto estelar y en estado de gracia. De las novedades más interesantes de este año (de momento).

Más críticas: ocioworld.net

Si te gustan las series de Danny McBride, como "De culo y cuesta abajo" o "Vice Principals", os va a gustar esta serie sobre una familia de predicadores tan multimillonaria como disfuncional.

Estamos ante un producto que tampoco busca, al menos no exclusivamente, hacer una crítica descarnada del mundo este de los predicadores en Estados Unidos, pero que aun sin pretenderla lo consigue, sacando a relucir toda una serie de miserias propias de estas pseudosectas cristianas que pueblan el país anglosajón y que desgraciadamente no parece que vayan a parar de proliferar.

Con un humor exagerado en todos los sentidos, tenemos a una familia, los Gemstone, que son famosos y multimillonarios gracias a sus espectáculos religiosos, mientras que en su vida privada vemos que son muy distintos a lo que muestran por fuera, siendo avariciosos, egoístas, infantiles, etc. Particularmente encuentro gracioso el sentido del humor que Danny McBride imprime en sus series, un humor muy bestia y a veces zafio, con un lenguaje grosero y en los que no se escatima en mostrar obscenidades varias, por eso también pienso que no es la típica serie de humor que le vaya a gustar a todo el mundo.

Aparte del propio Danny McBride que es el creador y uno de los protagonistas, el elenco es muy bueno, con un John Goodman haciendo de cabeza de familia y de ser el contrapunto más "racional" dentro de la locura que suponen el resto de personajes. Adam DeVine y Edi Patterson son los otros dos protagonistas y junto al propio McBride componen los hijos del patriarca de los Gemstone, un trío bizarro que no se aguantan entre sí pero a los que las situaciones cada vez más alocadas les unirá.

Como digo, no creo que haya que ver esta serie solo como una crítica a ese mundo del espectáculo de los telepredicadores sino como una comedia alocada con un sello propio, y si os gustan las series de McBride no os podéis perder esta.

Es aceptable mientras la crítica de lo que pueden esconder algunos telepredicadores se haga desde una óptica caricaturesca. Eso me parecía hasta que lo inaceptable apareció en el episodio 3.

Los dos primeros capítulos sugieren la idea de la adaptación de un hecho real que, sin duda y, desgraciadamente, ha habido en la historia evangélica. Recuerdo un documental con pruebas de vídeos en la que los fundadores de esta iglesia española ya desaparecida, salía de retiro espiritual, grababan vídeos orando para convencer a sus feligreses, pero luego se atiborraban de lo mismo que estos sinvergüenzas que educan a sus hijos a base de hipocresías.

La parodia funciona bien, sin ninguna risa por mi parte, pero mucho asombro por la capacidad de simular grandes escenarios rodeados con miles de personas aplaudiendo unos discursos escasamente trabajados, poco creíbles, insulsos y poco grotescos, si es eso lo que se perseguía. Estos papeles te los encuentras aquí, en Telecinco, en cualquiera de sus programas donde, recientemente, un tal Kiko confesó ser cocainómano desde los quince, y ya cumplió los 67. Esta es la catadura moral que buscan en la plataforma televisiva de hoy en día; será porque es la que hace subir las audiencias soltando berridos. Y no es solo ese canal, pero sí el que más. Van a la escoria y la sueltan ahí.

Este es el nivel. Los telepredicadores de la juventud española están en "Mujeres hombres y viceversa", los de la gente madura están en "Sálvame", los engañabobos están en "La sexta noche" o "Al rojo vivo", con asientos ocupados por emisarios encubridores de la maldad de quien nos gobierna o nos gobernó... Y ahí siguen mordiéndose las uñas a la espera de que, en las próximas elecciones, las heridas que hayan podido abrir supuren y ellos venzan de nuevo. Esas intenciones las vemos aquí, en Los Gemstone, a falta de que ningún canal de pago, público o privado saque a relucir las vergüenzas de todo ese entramado mediático. Sólo las plataformas online podrían hacerlo vía su propio interés: destruirlas desde su raíz para tomar ellas el carro de las nuevas generaciones televisivas donde solo le faltan programas de producción propia para tomar el completo relevo.

Actualización: Durante la pandemia, Prime vídeo sacó algunos programas como "Lol. Si te ríes pierdes" y "Celebrity Bake Off España".