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The Oil Fund (Serie de TV)

Serie de TV. Comedia. Drama Serie de TV (2018-). 8 episodios. Programa humorístico centrado en el Fondo de Pensiones de Noruega, cariñosamente llamado Oljefondet. El fondo se creó para invertir la enorme cantidad de ingresos fiscales de la industria noruega del petróleo y el gas. El fondo está ahí para asegurar los costos futuros de los pensionistas y la forma socialista de atención médica gratuita, entre otras cosas. El programa sigue a algunos inversores ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
15 de marzo de 2021
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El Fondo del Petróleo

Para llegar al quid de la cuestión de El gran fondo, hay que conocer previamente algunos aspectos. Noruega tiene grandes reservas de petróleo, cuyas exportaciones producen unas ganancias que van a parar a un fondo que es propiedad del estado. Lo que se conoce como un fondo soberano. Con el dinero del fondo se hacen inversiones para tratar de obtener beneficios, que se emplean en sostener el elevado estado del bienestar noruego. Este fondo se conoce popularmente en el país nórdico como el Fondo del Petróleo, y unos de sus fines más importantes es asegurar el futuro de unas buenas pensiones.

Per Grepp (Thomas Gullestad) es el encargo de invertir el dinero del fondo tratando de obtener la máxima rentabilidad. La cuestión es que a la hora de invertir lo hace guiado, en numerosas ocasiones, sin un elevado sentido de la ética. De tal modo, que invierte en empresas vinculadas al negocio de las armas, que mantienen mano de obra infantil o son inescrupulosas con el medio ambiente… Pero aun así los resultados del fondo son óptimos. No obstante, ante el escaso bagaje moral de Per, se decide introducir a una Directora de Ética en el fondo, Kathrine (Kathrine Thorborg Johansen). Su misión será controlar que el dinero del fondo se invierta en empresas que sean un dechado de buena praxis.

La serie, ni más ni menos, es una pugna entre Per y Kathrine. El primero, representa la supremacía del beneficio por encima de todo, la faceta individualista, un capitalismo casi puro. Ella, por su parte, es el aldabonazo de conciencia, prefiere una economía moral, y es la vertiente socialdemócrata de la sociedad noruega. Aunque no lo parezca, El gran fondo es una comedia. Y, como veremos, bastante divertida.

*Guerra en la oficina

El gran fondo, basa sus dotes cómicas en una guerra de ideales, que se ve refrendada en una serie de continuos sabotajes cruzados entre Per y Kathrine. Per tratará de invertir en empresas de alta rentabilidad pero bajo calado moral, pero sus intentos se enfrentan a la labor de obstrucción de Kathrine. A veces es justo al revés y Per pondrá la zancadilla a la Directora de Ética. El antagonismo llega a tal nivel, que acaba produciendo situaciones hilarantemente absurdas. Ojo, entre otras lindezas, al intento por ofender a los suecos de Volvo, o a la etílica negociación con una empresa rusa.

No obstante, no toda la serie se basa en un tira y afloja meramente económico. Hay un regusto a The office, donde el humor pone el acento en las pequeñas absurdeces de un entorno laboral. Un ejemplo muy arquetípico es el episodio dedicado a la fiesta de navidad. Hay buenos secundarios, como el simpático Odd (Elias Holmen Sørensen), la mano derecha de Per, Bjørg (Marit Andreassen), la jefa del fondo, o la becaria Anna (Evelyn Rasmussen Osazuwa).

El ritmo de la serie es ágil, rápido y certero. Los diálogos son ingeniosos y son capaces de poner en solfa las exageraciones y obcecaciones de los protagonistas. Además, los guiones son los suficientemente ingeniosos como para no recurrir a aspectos soeces u obvios. Más allá de las cuestiones éticas y económicas, hay un divertido factor humano que hace que asuntos de altos vuelos financieros nos resulten cercanos. Es un vitriolo con buen gusto y guante de seda. Pero también hay cuestiones personales sobre el compañerismo, las apariencias, la gestión de los egos…

*La gente de El gran fondo

Uno de los aciertos de El gran fondo es que los personajes nos son empáticos, incluso los más amorales o arteros tienen elementos que hace que no los rechacemos de plano. Porque además no es una serie maniquea. Ni Per es un monstruo sediento de beneficios y rentabilidad, ni la honestidad de Kathrine será siempre acrisolada. Digamos, que El gran fondo ofrece una visión satírica sin hacer sangre. Vuelan los puñales continuamente, pero siempre hay un toque humano colindante, además, con el buen humor.

Las actuaciones dan en el clavo. La química entre los personajes de Per y Kathrine es idónea y sus discusiones y diferencias incluso recuerdan a algunas situaciones de la comedia clásica. A veces El gran fondo roza el peligro de caer en la salida fácil de usar el tópico del romance de oficina, basándose en que los extremos se atraen. Sin embargo, no es un factor que tenga demasiado peso específico. Quizá en el debe del guion pueda señalarse algún lugar común, como que los estadounidenses aparezcan representados como unos cazurros sin ápice de integridad.

Pero en líneas generales el texto es ingenioso, divertido e incluso didáctico. Particularmente para los desconocedores de algunos mecanismos de la sociedad noruega. Decía Ortega y Gasset que la claridad es la cortesía del filósofo. En El gran fondo, se dirimen cuestiones sobre lo colectivo y lo individual, sobre los pros y los contras de los sistemas políticos, y otras sesudas cuestiones. Pero todo ello nos es contando de forma amena y divertida, y con buenos personajes como refrendo.

*Conclusiones

Por formato, por guion y por personajes, El gran fondo es una serie interesante y fácil de ver. Utiliza un reconfortante e inteligente sarcasmo capaz de hacernos reír sin que se nos hurten oportunas reflexiones sobre la ética en la economía, y su repercusión en el bien común. La factura es sencilla y elegante, dando lugar lugar a una sátira divertida que además no olvida el factor humano de los personajes. Una agradable sorpresa, en definitiva.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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27 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un liberalio divorciado y cuarentón (Thomas Gullestad) y una treintañera idealista (Kathrine Thorborg Johansen) ya son para mí la pareja del año.

Los protagonistas de esta miniserie, rodeados de una variada fauna de compañeros de trabajo, parientes y vecinos, encarnan de un modo tan afable como directo las contradicciones de la pulcra y ordenada sociedad noruega.

Una sátira amable que, en episodios autónomos de 25 minutos, confronta capitalismo y socialdemocracia de la única forma posible: con inteligencia y humor. Sin discursos, dogmas o eslóganes facilones. Sin burlarse de nada ni de nadie excepto de la estupidez y la corrección políticas.
Una joya.

Para disfrutarla al máximo, no está de más saber de la existencia del tan inverosímil como real "Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega" (Oljefondet/Oilfund, título original de la serie). Con wikipedia vale.

Si tras el descoloque de los dos primeros capítulos llegas a la negociación con los oligarcas rusos (3), ya no podrás dejarla.
Pepelynx
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