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No todos pudimos madurar

Drama. Romance Los recuerdos de una época mejor invaden la vida de un hombre cuando recibe la solicitud de amistad de un viejo amor.
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
7 de noviembre de 2021
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película arranca de menor, muy menor a mayor, No lo niego, varias veces pensé en dejar de verla, pero ya tenia mas de 40 minutos y por consiguiente aguante. Valió la pena, es que al principio todos los actores se me mezclaban, y no entendía demasiado hacia donde apuntaba la película, Pero pero pero.... con el correr de los minutos mi ojo se fue adaptando y me comenzó a engancharse mas y mas.

Es una película que te hará pensar, reflexionar, que te muestra lo tirano y desalmado que es el tiempo. Me dejo con un sabor amargo y una opresión en el pecho de saber que uno no tiene retorno y que nuestras decisiones nos condenaran al resultado fina.

La película me gusto comencé pensando puntuarla con un 4 y termine poniéndole un 9, tal vez exagerado... Pero al final de cuentas no todas las películas te dejan congelado frente al televisor aferrado a tu copa de vino y pensando que habría sido si....
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
guardian2003
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15 de noviembre de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine asiático siempre es una compañía a la reflexión más íntima de nuestros sentimientos, es un efecto que sabe siempre manejar de excelente manera el cine proveniente de aquel continente. En este caso nos trasladamos a Japón bajo la mano del director Yoshihiro Mori en un drama sobre el tiempo y todo lo que dejamos atrás y nunca aprovechamos y que después no podemos recuperar.

Este drama es bastante cansador cuando lo vemos. Parte cocinando todo a fuego lento y cuesta un poco intentar entrar en el camino que propone su director. La forma en que nos va contando esta historia en todo momento en retroceso hace que nos cueste entender cada personaje salvo nuestro principal. Ahora cuando te permites entrar en la propuesta vas comprendiendo cada punto que el director te está mostrando.

La historia realmente es bastante profunda y hace pedazo cualquier intento por tener algo de positividad a la hora del desenlace que uno quisiera. La película que se acompaña de forma maestra por las desgracias más impactantes en la historia de Japón desde 1994 hasta 2020, incluida la pandemia del Covid19. Es ahí en donde la magia del cine japones hace su trabajo y su director se luce brindándonos estos pequeños relatos del tiempo y demostrarnos las malas decisiones que uno puede tomar en este caso nuestro protagonista.

El paso del tiempo no perdona y cuando llegamos al clímax final de la película con una secuencia realmente brutal y un dialogo que te rompe el corazón en retrospectiva. Entendemos como a veces el amor puede marcar nuestras decisiones futuras en la vida. Sin caer en spoilers, pero realmente aquel dialogo final es en donde nuestro cerebro explota y te deja helado frente a la pantalla haciendo funcionar nuestro cerebro y todas nuestras emociones.

Una película brutal, actuada de forma extraordinaria y contada de una manera en donde cada episodio va entrando como un puñal en la vida del protagonista y en donde como espectador llegas a compadecer por las malas decisiones que pudo tomar, todo esto luego de reflexionar con los créditos frente a los ojos.

Una apuesta que vale la pena ver en Netflix y cautivarte con una reflexión personal sobre nuestras decisiones y que no volverán.

¡Simplemente es una chica común!
Yoamoalcine
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17 de enero de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Occidente tenemos a Horacio con el tempus fugit; en Oriente el mono no aware, la sensibilidad de lo efímero. Como en aquel famoso haiku de Bashō (Mi mente evoca/multitud de recuerdos/¡estos cerezos!) el tiempo no espera a nada y a nadie. Y a veces se tarda toda una vida en comprender esto. No todos pudimos madurar de Yoshishiro Mori es un ejemplo sublime sobre esta idea. Una cinta construida a ritmo lento, como la propia vida, como la propia historia.

Los fans del cine asiático verán en la parte técnica un homenaje muy claro a Peppermint Candy: una película que avanza constantemente mediante saltos en el tiempo hacia atrás. No un flashback hasta llegar al momento presente, sino que pide un esfuerzo del espectador, que tendrá que recordar los símbolos del presente para ver cómo llegan hasta ahí desde el pasado. Pero a diferencia del largometraje coreano, esta película no pretende tener tintes políticos ni una crítica social: es simplemente una historia de amor y madurez que presenta a su protagonista, el señor Sato, obsesionado con la idea de los adultos comunes, de convertirse o no en la persona que uno quiere ser. Una idea que, en mayor o menor grado, todo el mundo puede compartir.

A partir de ahí, hay un trabajo magnífico para ver cómo ha llegado el personaje a ese punto. Una vida marcada por las ilusiones juveniles que se resisten a escurrirse entre los dedos. Por el primer amor, lo que deja dentro y no consigue escapar. Por las batallas perdidas y las batallas que uno aún no sabe que va a perder: en cualquier caso siempre la misma guerra. Las elecciones vitales de Sato le llevan adónde está, pero ¿le llevan dónde querría estar? ¿en qué punto se tuerce todo? ¿Qué hacer cuando descubres que el tiempo te ha adelantado por la derecha? Es fantástica, de verdad. Con los personajes bien construidos y los trabajos de amor perdidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Of The Assumption
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