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Rockefeller Plaza (30 Rock) (Serie de TV)

Serie de TV. Comedia Serie de TV (2006-2013). 7 temporadas. 138 episodios. Liz Lemon (Tina Fey), la principal guionista de un show de televisión que consiste en sketches cómicos, debe enfrentarse todos los días a su arrogante nuevo jefe (Alec Baldwin) y a la estrella del programa, al tiempo que trata de conducirlo y conseguir el éxito televisivo sin perder los nervios... (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
31 de agosto de 2008
27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenimiento, esa es la palabra que define esta serie. Entretenimiento basado en grandísimos personajes y mejores interpretaciones. Entretenimiento y humor, mejor dicho.

Y es que el reparto de esta serie no deja de sorprender nunca. Desde la desquiciada Liz Lemon hasta el enigmático chico de los recados. Pasando por el carisma de Jack Donaghy y el indescriptible Tracy Jordan... Podría seguir con los guionistas, la repipi actriz coprotagonista, el caricaturizado director general de GE, el cínico jefe de los conserjes, las inumerables estrellas invitadas, el desgraciado príncipe europeo, larguísimo etc.

Gags hilarantes, situaciones absurdas que pueden llegar a desconcertar al espectador más ortodoxo pero sin dejar de ser una sitcom con todos los defectos y virtudes que esto conlleva. No deja de sorprender y, aunque a priori parezca lo contrario, no cae en clichés típicos de sitcom.

Entretenimiento, humor, personajes grandiosos (sí, en plural), guión exquisito, donde se notan las influencias de la mejor Tina Fey de Saturday Night Live, con una coherencia necesaria para una sitcom de esta envergadura.

Obligatorio seguirla en versión original subtitulada
Soilzord
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26 de enero de 2009
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues si, conforme vas viendo la serie compruebas que cada detalle está cuidado al máximo y que los personajes se han desarrollado de forma magistral, porque creo que no hay ni uno sólo que esté haciendo bulto. Y que además el producto se parece asombrosamente a su mamá, el que conozca un poco a Fey (artísticamente hablando) sabrá que es ella misma la que ha parido esta grandísima serie dejándose todo en ella, ofrenciendo mucho de su persona a Liz Lemon, riéndose de si misma y con algun acceso de BrigetJonismo, eso si, mucho más inteligente y sutil que la Bridget original.

Esta comedia, que a pesar de parecer coral por el protagonismo que adquieren en un momento u otro todos los personajes no es de reirte hasta llorar como Little Britain o IT crowd, porque tiene el mérito de en un minuto ser capaz de combinar chascarrillos dignos de torrente, sátira política, sketches surrealistas y toda la ironía del mundo, cuidadosamente entrelazado para que encaje a la perfección. Es una serie que a la primera hace reir, pero si se ve otra vez una escena vuelves a encontrar un detalle cómico nuevo.

Los actores y el guión son de primerísima calidad, con un Baldwin en un rol cómico que no conocía pero que borda. A diferencia de buena parte de las series, va mejorando con el tiempo ya que la segunda temporada "pierde" la poca vergüenza y se desmelena, ofenciéndonos más gags y mucho más salvajes que en la anterior.

No me extraña que esté teniendo tanta repercusión en USA porque es de lo mejorcito que hay en estos momentos en las pantallas.
miss_takanawa
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13 de diciembre de 2008
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso, que reirse es bueno para la salud, y con esta serie es imposible no reirse. Tina Fey ha creado una comedia brillante, con personajes hilarantes (baldwin está magistral) que llenan la pantalla con unas risas aseguradas. Todo transcurre en un set de la NBC (filial de una filial de una empresa de pelucas...), donde la Fey dirige un programa en directo. Baldwin es el responsable de la NBC y de la división de electrodomésticos de la corporación...
La primera temporada no tiene desperdicio: ironiza sobre todo lo imaginable, desde las relaciones interpersonales a la furia patriotera yanqui.
La mejor sit comedy del año: humor inteligente a raudales. Muy recomendable.
juanson
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2 de abril de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver episodios de “Rockefeller Plaza” es como comer pistachos. Empiezas a meterte uno en la boca y, poco después (bueno, pasadas unas horas o días), observas incrédulo un amasijo de cáscaras amontonadas. ¿Su secreto? Tiene el enloquecido ritmo de la screwball y el órdago de sumergirse en lo imprevisible. No es de extrañar que su creadora y actriz principal sirviese de enlace con su formación en el humor a través del “Saturday Night Live” con la agilidad de la improvisación en el gag.

Me gustan muchos sus vientos de screwball porque realmente la serie se basa en comadreo de un directivo con mucha personalidad y una disparatada y solitaria jefa de guionistas. Mentor y ‘mentada’ reunidos en conversaciones sobre la búsqueda de planes para el futuro y estabilidad emocional. Ese alterne con la ‘alta sociedad’ se contrasta con los actores de un programa que engendra situaciones surreales y guiños con una realidad televisiva palpable. Poca diferencia existe entre los devaneos cómico- “Ginger y Fred” de Fellini y los realitys paródicos que aparecen en “Rockefeller Plaza”. El estilo realista evitando las risas enlatadas y sumando los exteriores a la convivencia dota de luminosidad la propuesta. El aluvión de personajes es notable y no extraña que secundarios tan carismáticos y peculiares como Kenneth Parcell o Frank Rossitano arrastren su propio club de fans.

Se basa en esa suma de elementos: diversidad de personajes y situaciones, ráfagas de humor explosivo, diálogos ácidos y corrosivos y muchos cameos de conocidos en el ámbito televisivo y cinematográfico. ¿Qué le falla? Pues como siempre ese afán de meternos más de veinte episodios por temporada, de encajar con la finalidad de la audiencia, sus diálogos y referencias muchas veces no son del todo entendibles para un espectador foráneo y, sobre todo, tantea demasiado con lo naif.

Digamos que “Rockefeller Plaza” se queda en una agradable sitcom de consumo, tan a veces surreal como sofisticada, sobre el mundo televisivo y la mordacidad manifiesta del ridículo catódico y en crisis. Sin ideas, desde luego, no existe futuro y permanencia en el recuerdo. Parece que la pérdida del trono en los Emmy a la Mejor Serie de Comedia en su cuarta temporada, tras el monopolio de las tres anteriores, ha supuesto una renovación parcial en su quinta entrega. Dos episodios marcan una evolución dentro de la serie e incluso del formato. “Live Show” rompe la linealidad y se sumerge en la sitcom tradicional pero formulando la espontaneidad del directo en un doblemente más difícil todavía y “Queen of Jordan” nos propone otro tipo de punto de vista a través de un reality de uno de los personajes secundarios que enfoca a la serie matriz. Dos puntos de vista interesantes para una reformulación de la comedia de situación de incandescente y cosmopolitas sonrisas.
Maldito Bastardo
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3 de agosto de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que verla con el mando en la mano para pulsar "pause" y disfrutar los diálogos, porque a tiempo real apenas da tiempo de buenos que son.

Los cuatro personajes principales son una delicia así como sus interpretaciones. El mayor acierto de la serie, sin duda, es la capacidad para reírse de sí mismos de los personajes (y de los actores).
Germán
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