Tokyo Zombie

Sakichi Satô es el director de esta comedia disparatada a más no poder. Al mismo tiempo también es el famoso Charlie Brown de Kill Bill vol.1. Se da por supuesto que ese papel le afectó la cabeza, porque si no no hay explicación posible para esta película de zombies orientales surgidos de una montaña de basura más alta que el Monte Fuji. Si a esta demencia le sumamos dos actores de los más respetados en Japón (Tadanobu Asano,Ichi the Killer y Sho Aikawa, conocido por la trilogía de Dead or Alive), y que se basa en un famoso (al menos allí) manga;lo que obtenemos es un producto de lo más apetecible para los amantes del cine de terror cómico. Dialógos y situaciones al estilo surrealista japonés, se entremezclan con el típico film de zombies. Aunque, eso sí, aporta algunas ideas frescas al género. No podía acabar esta crítica sin mencionar la que, desde mi humilde y de corto recorrido punto de vista, es la mejor escena/situación en una película de zombies. Cuando uno es mordido por un zombie se convierte en uno de ellos. Correcto. Pero ¿qué pasa si te muerde una abuela-zombie con su dentadura postiza? La solución en su sala de cine favorita.

Puede que el manga de Yûsaku Hanakuma funcione porque, entre otras cosas, no lo he leído y no puedo opinar (es triste decir eso) pero su adaptación cinematográfica es simplemente patética. Le falta algo o mucho para convencer plenamente. Pone elementos para que la parodia funcione pero ésta no arranca nunca. Siempre se queda a medias. Acartonada como un zombie romeriano en movimiento.

Parece mentira que Sakichi Satô, guionista y colaborador de un enfant terrible como Takashi Miike, haya dirigido una película tan escasamente explosiva y tan poco terrible.
Tal vez sea por otro terrible error: ¿no eran y se comportaban ya los japoneses como zombis? Me recuerda a un vídeo japonés que circuló por la red en el que unos padres o los propios presentadores del programa, rodeados de cámaras que televisaban todo, simulaban un ataque zombie en el interior de su humilde morada. Los niños preparaban trampas, ayudados por sus padres/periodistas, para liquidar al putrefacto visitante. Por supuesto, nada salía bien.
Si “Tokyo Zombie” tan sólo tuviese el 10% de gracia que ese vídeo más le valdría el asegurado visionado.
No vean un película tan muerta de humor.