Truth Seekers (Serie de TV)

Es una serie entretenida sin más pretensiones. Creo que los guionistas en ningún momento intentaron hacer una serie de terror, no lo es. Es una comedia sobre el tema, que a mí me ha entretenido lo suficiente para que la viese casi de un tirón. Le pondría un 6,5, pero como no se puede votar con decimales. Si te gustan las series que aportan toques de humor, te gustará. No siempre son del todo efectivos, pero te provocan la sonrisa en muchas ocasiones. Respecto al guión, te van explicando dos historias diferentes, una del pasado y otra actual y que al final, como no podía ser de otro modo, convergen. El personaje que interpreta Nick Frost, como un antihéroe, me parece de lo mejor de la serie. Por cierto, creo que a Filmaffinity se les ha caído del reparto a Malcolm McDowell, que tiene un papel secundario pero importante e interesante.

A ciertos críticos, tanto profesionales como aficionados, se les ha indigestado el maridaje cómico-terrorífico que nos sirven Nick Frost, Simon Pegg & Co. Parecen olvidar, cuando no directa y desoladoramente ignorar —particularmente grave en el caso de aquellos que se ganen la vida en base a la reseña—, el componente lúdico que caracterizaba al género durante la que, posiblemente, fuera su edad dorada, los ochenta, década muy reivindicada para lo malo —esas estilizaciones nostálgicas con que instar al consumo desmedido de merchandising— y no tanto para lo bueno, como es el caso.
Tal espíritu había quedado desterrado de las producciones actuales, en formato serie o largometraje, embargadas de tan alto y severo concepto de sí mismas, que acaban por resultar ridículas. Una de las contadas excepciones la constituye el antedicho tándem Pegg-Frost, responsable de un puñado de títulos ciertamente divertidos, entre los que destacan "Bienvenidos al fin del mundo" ("The World´s End", 2013) y, sobre todo, la sublime "Zombies party" ("Shaun of the Dead", 2004). La serie que han facturado para Amazon pone el corrosivo punto de mira en la plaga de absurdas tramas paranormales que de un tiempo a esta parte viene infestando la industria audiovisual, así como el inerradicable virus de la telerrealidad en sus nuevas y novísimas variantes —youtubers, instagramers, etc.—. Que sus protagonistas sean un par de antiheroicos instaladores de fibra óptica supone, en sí mismo, una rotunda declaración de intenciones. Y les sobra vitriolo para las "Comic-Cons", los gurús de charla TED y sus acólitos, el turismo rural y esa Inglaterra profunda, dejada de la mano de Dios y de los especuladores de la City, de donde emergiera, cual regüeldo indignado, el sí al Brexit. Sumémosle la inenarrable presencia de Malcolm McDowell en batín y en plan comando, encarnación pluscuamperfecta del nihilismo nietzscheano desde su irrupción en "La naranja mecánica" ("A Clockwork Orange", 1971).
Con todo lo cual y un pellizco de la exuberancia morfosintáctica que adorna al inglés de las islas para el denuesto, el vilipendio y la blasfemia; así como una más que reseñable habilidad para, pese al tono festivo de la serie, erizarnos los pelos del cogote en el transcurso de media docena de escenas bastante logradas, "Truth Seekers" supone una gratísima sorpresa, más si cabe —insisto— en el vapuleado mundillo del terror y sus aun peor tratados espectadores.

Una nueva combinación de Nick Frost y Simon Pegg para traernos, en este caso, una serie cómica de terror, si bien lo que más predomina es la comedia, tiene sus tintes de terror que hacen a la serie un poco más entretenida. Hay también su toque de drama y suspenso, es una serie cortita que entretiene, no esperen algo que les cambie la vida.

La combinación de estos dos ingleses siempre es cómica, desde “Shaun of the Dead” y la trilogía que se despega de ese film, hasta alguna que otra serie cómica que han hecho juntos. El humor inglés es particular, no es para todos. Por momentos parece un humor muy sofisticado y después te tiran un juego de palabras que te descoloca. No es la excepción en este caso, estos dos ingleses nos traen una serie con algunos chistes de alto nivel, y otros que te reís de lo malo que es. Por eso funciona tan bien.

Es una especie de caza fantasmas casero, un trabajador de una empresa de telefonía móvil e internet tiene como trabajo secundario investigar todo lo que es paranormal. A lo largo de sus cortos 8 capítulos vamos viendo que es lo que lleva a este simpaticón muchacho a meterse de lleno en el mundo de los espíritus y cómo se va encontrando con gente que lo ayuda y empuja hacia eso.

Por momentos parece una serie de suspenso, con algunos giros interesantes y situaciones que te dejan pensando, pero reina la comedia en esta serie terrorífica. Quizás podrían haberla hecho un poco más larga, un par de capítulos más. No hay una segunda temporada, si bien quedan algunas cosas por resolver de la primera temporada, el cierre no es malo, no te deja con muchas ganas de ver más o con intriga de que pasará con nuestros personajes.

La clave para disfrutar de esta serie es entender quiénes son los creadores, saber que hacen y dejarse llevar por la ridiculez de algunas situaciones, de algunos planteos que quizás no tengan sentido o no parezcan sumar a la historia. Estos dos ingleses apuntan a un humor absurdo, y lo hacen bien, tienen experiencia.

Actoralmente no es la gran cosa, Nick Frost es uno de esos actores que hace todos los papeles medio similares, pero tiene carisma y eso es lo que hace que no sea malo. Simon Pegg está más o menos en lo mismo, al menos cuando tiene que actuar en comedias. Emma D’Arcy hace un papel creíble, me parece que no tiene mucho margen para explotar su capacidad actoral. El resto del elenco está bien, acompañan a la perfección.

No hay mucho más para decir de esta serie, cómo dije antes, hay que ver quiénes son los creadores y así dejarse llevar por lo ridículo, sin ponerle mucho pensamiento ni intentar entenderlo o compararlo con la realidad.

Mi recomendación: Interesante comedia inglesa, cortita y llevadera.

Mi puntuación: 6/10

Donde Verla: Prime Video

Tiempo invertido: 1 temporada, 8 episodios. 22-30 minutos.

La he esperado semanas...Me gusta el género...Frost y Pegg me parecen muy buenos en comedia británica...La decepción es absoluta. Casi se me descoyunta la boca del bostezo.
El elevado consumo audiovisual durante los meses de confinamiento fue muy elevado y, quizás, la saturación nos haya llevado a unos a ser más exigentes y a otros a tragarse cualquier bodrio. El poder elegir entre miles de propuestas hace que tengas menos aguante y si en 5/10 minutos no hay algo que te haya llamado la atención, te vas a otra película o serie y hasta cambias de plataforma. De Amazon a Netflix y tiro porque me toca.
Truth Seekers aburre, no comunica, carece de interés. Y mira que tenía posibilidades...
Otra decepción y van...¡Que cine y que series tan malas se estrenan últimamente!

No tiene gracia. Es bastante insulsa. Es lenta y aburrida. Los protagonistas son típicamente tontorrones. Los fantasmas parecen sacados de pelis de los ochenta. Ni siquiera la banda sonora es buena. A los guionistas habría que darles algo que los espabilara para que se les ocurra mejores guiones. Ni siquiera se puede decir que sea típico humor ingles. No le dediques tiempo y a otra cosa mariposa.