La viajante

"La soledad me pareció más viva que la sangre" – Paul Éluard

Miguel Mejías debuta con una de esas películas que rozan el concepto de "inefable", que trascienden por la pantalla con una contundente sutileza y una remarcada distancia sobre sus personajes. Motivos, todos ellos, que no impiden que sintamos la emoción de sus imágenes.

Ángela, su protagonista, acaba de perder a su madre y emprende un viaje sin rumbo "a lomos" de su inseparable coche. El vehículo, como en casi toda road movie, sirve como elemento vertebrador de la trama, siendo un lugar para la intimidad: primero con la enfermedad de su madre y después con algunos de los hombres que siguen pasando por su vida.

El filme está constituido por tres episodios (equivalentes a la introducción, nudo y desenlace), donde el director busca una reflexión contemplativa que va creciendo dramáticamente hacia su final. Con muy pocos diálogos (y la mayoría de escaso peso), la película se inclina más por lo simbólico, meditando sobre temas tan profundos como la soledad, la ausencia, la muerte o la propia vida.

La apertura del metraje, con ese escarabajo incapaz de salir del bote en el que se encontraba encerrado, nos puede dar una pista de hacia donde va encaminada la película. Una escena que es observada por el objetivo de la Súper 8, que al mismo tiempo parece observarnos a nosotros, y que durante el filme conforma un elemento vital-memorístico que une a la protagonista con su madre ("escuchar la eternidad en el sonido de un insecto"). No obstante, la Súper 8 tiene una presencia más metacinematográfica que cinematográfica, construyendo una interesante deliberación sobre el uso de la imagen y sobre su razón de ser (la siempre impregnante idea del voyeurismo), al mismo tiempo que el filme parece autoreferenciarse (¿Acaso Ángela no es para nosotros como sus insectos? ¿No es el coche su particular bote de cristal?)

Para cerrar el filme, un anticlímax que nos confirma cierta tendencia por reflejar la rutina, como si el tiempo fuera cíclico incluso en la aventura de no saber adónde ir. Cierra un viaje y abre uno nuevo, pero, mientras tanto, nos seguimos preguntando si en algún momento los insectos podrán salir de su recipiente.

El primer largometraje dirigido por el tinerfeño Miguel Mejías es una película filmada en la isla de Fuerteventura, que tiene pocos diálogos, que es bastante intimista y que la podemos englobar en el cine independiente español. La propuesta se presentó hace un año en el Festival de Trieste y desde ese momento se ha proyectado en diferentes festivales europeos. hasta su estreno en las salas españolas.
La película está dividida en capítulos y el cuarto repite el título del primero, pero en inglés, lo que puede tener algo de importancia teniendo en cuenta que en la parte final se repiten algunas situaciones con pequeñas modificaciones, entre ellas las de un escarabajo dentro del frasco de cristal.

La gran protagonista de la historia es una mujer llamada Ángela que tiene va con una cámara de fotos a todos los lados, y que tiene un gran interés en fotografiar a los insectos, en especial a las mariposas y los escarabajos, y que va con su cámara de fotos, ya que es una experta en lepidópteros y coleópteros.
Entre los aspectos positivos podemos destacar la fotografía, y como juega con las luces y colores, y los contrastes de la isla de Fuerteventura entre la zona desértica y la boscosa, con unos planos fijos de gran belleza y muy bien filmados e iluminados, gracias al trabajo de Pablo García Gallego. La actriz Ángela Boix está magnífica en el papel de la protagonista, ya que trasmite mucho con su mirada y sus gestos. Entre los secundarios destaca Miquel Insua que interpreta a Miguel, el hombre al que la protagonista recoge en una carretera de la isla, y que cumple teniendo incluso un par de escenas de una gran intensidad dramática.

La película no es sencilla, y tengo que reconocer que no terminé de conectar con la historia y que no entendí algunas situaciones (la de la parte inicial de la madre o esos vídeos en Super 8), pese a que suelo conectar con este tipo de cine, en donde se cuenta poco, y tienes que ir construyendo la historia por pequeños detalles, con muchas escenas se desarrollan en el interior del coche con cámara cercana a los personajes.
Va de menos a más. Me costó entrar en la historia, y va ganando en interés con el paso de los minutos, en especial cuando entra en escena el personaje de Miguel.
Una película que no es fácil de recomendar por su ritmo pausado y no tener muchos diálogos, pero que tendrá su público, en especial los que buscan esas pequeñas películas en donde uno tiene que ir descubriendo la historia por pequeños detalles.

LO MEJOR: La fotografía. La actuación de Ángela Boix.
LO PEOR: En algunos momentos resulta demasiado pesada (en especial la parte inicial).

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net y http://habladecine.com

Para disfrutar completamente de La Viajante hay que sumergirse y dejarse llevar en una sala oscura, la poderosa fotografía y el gran trabajo sonoro te cogerán de la mano en este viaje sensorial y simbólico.

Ópera prima de un director muy personal y experimental que pone los cimientos para una carrera cinematográfica única.

Típica película que será odiada o amada a partes iguales.

El Festival de la Mostra de València acoge en su 35ª edición ‘La viajante’, ópera prima del director Miguel Mejías. En ella relata el viaje sin rumbo de una joven fotógrafa en una huida existencial que la conducirá por parajes siniestros. En su periplo se enfrentará a situaciones que documenta a través de las imágenes que capta con la antigua cámara de su madre.

El novel director se atreve a descubrir un nuevo mundo donde priman los silencios y las pausadas panorámicas. Asimismo, se aleja del cine comercial para sorprendernos con una obra independiente y reflexiva pero, sobre todo íntima, en un tiempo donde no tiene cabida. Para ello, nos ofrece este singular paralelismo que como bien dice su director en la entrevista que le hemos hecho, “es una peli que abarca muchas sensaciones y necesita la gran pantalla”. Y más para una arriesgada propuesta donde posiblemente tenga una difícil acogida por parte del espectador.

‘La viajante’ se nos presenta con míseros diálogos en un proceso de guionización donde las imágenes deben de transmitir todo lo que la protagonista no puede. El metraje manifiesta infinidad de espacios vacíos a través de acciones que poco a poco nos despojarán de nuestros sentimientos para poder observar más allá de lo que cuenta. Cabe destacar el minucioso guion con el que nos sorprende Mejías y al que le dedicó 3 años por la perplejidad de trasladar una gran sensibilidad sin apenas diálogos.

Para la complicada representación de un personaje del que sólo conoces lo que ves, el director contó con la actriz Ángela Boix por la gran complicidad que ambos tienen. Ésta se encarna en un papel que nos trasladará a su lado para enseñarnos su historia y nos hará partícipes de su elocuente travesía por Canarias. A su lado, el actor Miquel Insua recién salido de la plataforma Movistar+ con una de las series revelación del año, ‘La unidad’. Su abstraído personaje, cambiará el perdido rumbo a Ángela en su sinfín de camino.

Para este meticuloso proyecto, Pablo G. Gallego, se eleva con una notable dirección de fotografía debido a las múltiples combinaciones de colores que es capaz de mostrar. Aunque parezca imposible el color rojo tinta la pantalla en más de una ocasión y demuestra su relevante manejo con una clara distinción de los espacios que recorre el Ford Taunus. Asimismo, destacan las diferentes localizaciones de Canarias que nos absorberán tanto por su belleza como por su composición.

‘La viajante’ no es la típica película que te encuentras en cartelera, es más, rehúye de los tópicos para mostrar la verdadera riqueza de lo sencillo y de lo natural. Es un pausado viaje que nos ofrece Mejías a través de la más pura inocencia con una gran necesidad de comprenderlo en la gran pantalla. A pesar de su mísero ritmo, el coche sólo nos recoge una vez y yo si fuera vosotros me subiría para disfrutar de esta experiencia.

CARLOS ANTOLÍN
TuCineCrítico
http://tucinecritico.com/