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Dicks: The Musical

Musical. Comedia Craig y Trevor, dos rivales en los negocios, narcisistas y fanfarrones, descubren que son gemelos idénticos separados al nacer. A partir de ese momento, deciden intercambiarse para conseguir que sus padres divorciados vuelvan a estar juntos.
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
30 de marzo de 2024
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años pasarán, el cine cambiará, pero Larry Charles nunca dejará de ser trasgresor. ''Rabos: el musical'' es un claro ejemplo de ello, donde se adentra por primera vez en el género musical (al igual que A24) y nos regala una impecable película con poca vergüenza y menos pelos en la lengua.

Dos vendedores de recambios, donjuanes y narcisistas acaban descubriendo que son gemelos separados al nacer, por lo que deciden reunirse en familia de nuevo. Lo que nadie podría imaginar es que un viaje por las diferencias familiares, las nuevas formas de amar, el vacío existencial y la reconstrucción de la masculinidad sería tan divertido y diferente.

Tiene una condición de película de culto latente -si estuviéramos en los 80/90 estaríamos hablando de historia cinematográfica-, sus canciones son divertidas y estúpidas (las letras me recordaron a ''Dr. Horrible's Sing-Along Blog''), la coreografía es simple pero muy efectiva y reviste bien una ambientación que juega entre el plató (muchas veces con estética sitcom; me recordaba a la canción 'Suits' de Neil Patrick Harris en 'Cómo conocí a vuestra madre') y las imágenes de archivo (¿alguien localiza el momento temporal de la cinta?).

Tiene numerosos gags estridentes y bien llevados (visualmente puede verse algunos chistes-parodia de las propias películas del estudio, así que, atentos), los personajes son increíbles (para Nathan Lane no pasa el tiempo y parece que ayer mismo rodó 'Una jaula de grillos', pues el papel en esta película está 100% inspirado en ella; Jackson y Sharp podrían ser los próximos 'Dos tontos muy tontos'; y cómo puede estar tan graciosa Megan Mullally, por favor) y la dirección de Larry Charles es prodigiosa. Seguramente, pocos directores sean capaces de conseguir tan buen rollo durante sus rodajes.

Excéntrica, inspirada y depravada. El musical del año con un guion de los undergrounds Aaron Jackson y Josh Sharp que, como han comentado, querían pulsar el 'botón ofensivo, pero también el del absurdo y satírico'. Para el guion, partieron de ''Tú a Bostón y yo a California'', pero buscaban un giro para no acabar haciendo una única parodia, por lo que Larry Charles arregló el guion acercándolo al teatro. Esto último lo saco de una entrevista a los dos protagonistas-guionistas muy curiosa donde apreciamos todas las referencias que manejaron y cómo se acabaron implementándolas en el film.
JBV
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10 de enero de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El musical mal loco y gamberro que te puedes echar a la cara, es sin duda este, no es de extrañar viniendo del Larry Charles, director de películas tan extravagantes y divertidas como «Borat», «El dictador» o «Bruno» las tres con el gran Sacha Baron Cohen, su humor incisivo no deja títere con cabeza. Para esta ocasión prepárate porque el viaje absurdo no tiene precio en esta nueva producción de A24.

Craig y Trevor son unos idiotas engreídos que hacen lo que les da la gana cada uno por su lado porque no se conocen, se ríen de todas las mujeres con las que tienen sexo y trabajan en ventas, en lo que destacan bastante por ser tan machacones. Cuando las dos empresas se fusionan se empiezan a enfrentar y a picarse por ser el mejor vendedor, pero pronto se dan cuenta de que en realidad son gemelos separados al nacer y criados por cada uno de sus padres. Así que les surge la loca idea de intercambiarse de padres para conocerlos…

Decorados bastante cutres hacen pensar que la producción no ha sido cara o está hecho a posta. La extravagancia e histrionismo de los dos protagonistas chirría bastante consiguiendo lo que pretenden que es incomodar con sus papeles de machos alfa absurdamente exagerados, cuya heterosexualidad queda muy divertida, proveniente de dos chicos gays. Que como dicen al principio, «Valientemente escrita por dos homosexuales». La rapera Megan Thee Stallion interpreta a la abusadora jefa de estos dos payasos, y Nathan Lane y Megan Mullally son los padres pintorescos de estos dos personajillos. Sin olvidarnos a Dios (Bowen Yang) que resulta ser asiático.

Similitudes con el cine transgresor de John Waters o en mayor distancia con la pareja española «Los javis» con su divertida película «La Llamada»hacen de esta cinta una pura diversión grotesca con toda clase de excesos. El film está basado en el musical de Broadway de Sharp y Jackson, «Fucking Identical Twins» repleta de canciones con letras muy poco convencionales con chistes francamente estúpidos, pero que consiguen hacerte reír a carcajadas por su originalidad y lograr ser tan poco convencionales con respecto al cine que se hace ahora.

Una valiente propuesta atener en cuenta, pero no muy recomendable para los que se puedan sentir ofendidos por esta clase de historias tan absurdas.
Destino Arrakis.com
videorecord
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25 de abril de 2024
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Obscenamente cómica

Si algo se oculta tras el sello de A24, es su interés en dar voz a nuevos talentos dentro de la industria, como se ha visto al ser los impulsores de titanes como Aster, los hermanos Safdie, Eggers o los Daniels -entre tantos otros-. La distribuidora alberga esta vez a unos de los creadores más irreverentes y bizarros que se han visto, extendiendo su gran espectro de cine semi-independiente americano. En esta ocasión se apuesta por una comedia negra obscena, que con ánimo de ofender y herir sensibilidades, se postula como una bizarrada sin mucho más que mostrar que su propio estilismo e impertinencia.

Cuando dos hermanos gemelos separados al nacer se reencuentran por casualidad, descubren que lo único que les falta para alcanzar la plenitud vital es una familia funcional. Decididos a hacer que sus divorciados padres se enamoren de nuevo, estos dos hermanos harán frente a una serie de desventuras, cada una más extraña que la anterior.

Con este retorcido argumento da comienzo Rabos: El musical, que utiliza como motor el humor negro y las obscenidades, cosa que hace que se mantenga por momentos pero también que vaya perdiendo fuelle y se vuelva repetitiva más pronto que tarde.

*Iconoclasta e irreverente

Una historia que solo se sujeta por lo grotesco de sus personajes está destinada a una sobresaturación por los mismos, que aunque luche por intentar darles desarrollo, no es conseguido por la superficialidad de los mismos. Tampoco es de ayuda un guion tan pobre, que intenta unir sketch tras sketch con una historia insustancial que no consigue un buen progreso. Obviamente, los creadores no buscan una gran historia con un buen desarrollo, buscan la carcajada fácil y una provocación a los sectores más conservadores, pero no lo acaba de conseguir por lo ridícula que es. Cava su propia tumba al no darse ni siquiera importancia a ella misma, hecho que resalta desde la primera escena y pese a que no es mal recurso, se abusa tan constantemente de él que termina por fatigar a un espectador desbordado de extravagancias.

Iconoclasta hasta el extremo, Rabos: El musical se esfuerza en dar lugar a situaciones incómodamente cómicas de lo establecido y de lo que se está estableciendo de una manera demencial y caótica, creando una relación de ridiculización de todo su entorno que acaba por resultar entretenida y fresca. Todo esto es mezclado con numerosos números musicales que comienzan amenizando las absurdas situaciones, pero que acaban por resultar incluso densas por su repetición exagerada. Las canciones y las coreografías están bien implementadas en la narrativa, pero el abuso de estas es lo que las hace caer en lo burdo, sintiéndose como un recurso ya gastado.

*Conclusión

Tanto su sentido del humor, como su narrativa, como su estética y todo en general en Rabos: El musical, comienza siendo algo fresco y entretenido, pero que se cae a trozos con el paso de los minutos y comienza a ser repetitivo y poco interesante, sintiéndose como algo vacío más allá de ese excéntrico e insolente envoltorio que lleva por encima. Un declive general que aunque convence por segmentos, no convence en totalidad.

Escrito por Mario Peña Pérez
Cinemagavia
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