Eleven Men Out (Fuera del vestuario)

Si bien la música ha ubicado a Islandia en el mundo, no se puede decir lo mismo de su fútbol, y según lo visto en esta película, de su cine. Si bien la cinta se deja ver a poco que el espectador ponga algo de complicidad, la cinta nunca llega a arrancar del todo, alternando detalles interesantes (pocos) con momentos totalmente prescindibles (bastantes más).

Se queda en aceptable por lo que tiene de exótico, en varios aspectos.

Y dicen que la homosexualidad no supone nada malo en los países nórdicos, pues echad un vistazo a esta película y descubriréis que España está mucho más avanzada que éstos en muchos aspectos.
La película muestra a Islandia como un país troglodita, anti-gay, muy mentecato, muy primitivo, muy prehistórico. El filme es pésimo aparte. Es muy mustio, no tiene pulso, no tiene una historia sugestiva. Es funesto.

Debe ser una obra de fin de curso del peor alumno de una escuela de cinematografía en Islandia. Y si no lo es, lo parece. ¿Cómo se puede tratar tan mal la homosexualidad de un jugador de fútbol divorciado y con un hijo de unos catorce años? No hay guión y el director no tiene ni idea de contar lo que ocurre en cada escena, limitándose a plantar la cámara y cuidando de que nadie se salga de campo. Los diálogos son absolutamente patéticos, y en especial cuando se trata de las relaciones entre los protagonistas. ¿Y saben ustedes lo que no puede faltar en una mala película sobre la homosexualidad? Un desfile del Día del Orgullo Gay. ¡Hay que ser militante! Mi exclamación al final de la película fue ¡¡¡NO!!!

Partiendo de la base que la pelicula no hará historia, esta se deja ver, y efectivamente, la se dejará ver más si tienes una cerveza cerca. Historia de como el jugador estrella de KR Reykjavik (es como el R. Madrid de Islandia), destapa de pronto su homosexualidad escondida.
Especial gracia tienen las conversaciones de la Junta Directiva del KR, que representan los sectores más recalcitrantes de la sociedad. También especial gracia tiene como el nuevo equipo del recién reconocido gay avanza de ronda en la competición.

El fantástico Róbert I. Douglas, del cual no había oído hablar nunca, nos da una lección fabulosa de como no se debe hacer una películas. En "Fuera del vestuario" tenemos desde fallos de racord a unos diálogos tan estúpidos dignos de la película de Carmen de Mairena. No se salva nada de está película, bueno si, la chica que hace de novia del protagonista, y no precisamente de sus dotes de actriz. No se si intentaban defender a los gays, hacer reír, o que la gente se tocara con su película... lo único que han conseguido es sacarme alguna que otra arcada, y jugar al buscaminas mientras oía de fondo los diálogos. En fin, una película para olvidar.