X (C)

Conclusiones

Domingo Ortega, vuelve a desplegar el tapiz referencial al que nos tiene acostumbrados, con esta nueva carta de amor al cine que ha mamado y tan bien conoce.
En esta ocasión, da un paso más hacia su propio estilo, definiéndolo, haciéndolo así más reconocible, manteniendo una base que nos resultará familiar en la construcción del relato, pero llevándoselo a un terreno inexplorado donde el género habitual en su filmografía, da paso a una mezcla de géneros, cuyo resultado, intentando esquivar los convencionalismos del terror en el que suele moverse, consigue crearnos una sensación de inquietud del que carecían sus anteriores trabajos, donde la premisa estaba más definida.
Y es que es en la ambigüedad de la historia es donde reside la grandeza del relato.
Uno no sabe si se encuentra ante una enrevesada trama de ciencia ficción, o ante una mirada íntima y tremendamente subjetiva a un retrato familiar.
El corto invita a la reflexión y a sacar conclusiones propias. Tal y como dice el título, nosotros somos los que tenemos que despejar la X como en cualquier ecuación matemática, solo que está vez, la variedad de resultados, lejos de restarle coherencia al “problema”, se convierten en su mejor virtud.
Ortega resuelve su propuesta dando un salto cualitativo muy evidente en el pulso narrativo con respecto a anteriores trabajos, pero no lo hace solo. La fotografía a cargo del realizador valenciano Sergio Gimeno, habitual en su filmografía, aprovecha el espacio y la luz, dotando de un atractivo acabado a la imagen que destaca sobre todo en las escenas menos iluminadas.
Otro habitual de las producciones del director, el músico Iván Moya, cobra protagonismo, creando una música que se convierte en un personaje más en la historia.
Por último. El dúo protagonista que cuenta la historia, se desenvuelve con solvencia, una solvencia ya demostrada en “Su media naranja”, anterior trabajo del realizador, por Ariadna González, que en esta ocasión, coprotagoniza el corto con la nueva incorporación, el actor Miquel Mateu, dando vida a Toni, personaje que será “nuestros ojos” en la mayor parte de la trama, realizando una destacable interpretación.

Lo que nos Enseña
Ortega escribe un capítulo más de su filmografía, creando sin pretenderlo, una curiosa trilogía en la que la pareja y el micro universo que se esconde detrás de cada hogar son el leitmotiv.
Su estilo está más definido y nos confirma un “siempre hacia delante” en que cada trabajo supera al anterior.
Cabe destacar, que el avance en este cortometraje ha sido claramente superior con respecto a la evolución que había entre sus anteriores trabajos, sobre todo en el ritmo, quizás, verdadera piedra angular sobre la que se sustenta el metraje, en un continuo crescendo que, salvo algún instante en el que sobrepasa, posiblemente de forma intencionada, la delgada línea de la contención narrativa, consigue un resultado redondo que será difícil de superar. Aunque ahí estaremos para comprobar si lo consigue.
Fdo: Luma Rajeh

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