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Niebla en el alma

Drama. Cine negro. Intriga Queriendo ayudar a su sobrina, Nell Forbes (Marilyn Monroe), su tío Eddie la ofrece como niñera de ocasión a una pareja del hotel donde él trabaja, para que cuide de su hija mientras ellos van a la fiesta a la que han sido invitados. Pero, cuando Nell comience a flirtear con Jed (Richard Widmark), el rechazado pretendiente de la cantante del hotel, irreprimibles impulsos de su fuero interior van a querer salir a flote... y la niña va a ... [+]
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
28 de noviembre de 2009
36 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Angustia. Tormento. Un alma desolada y sumida en un abismo profundo, oscuro e inhumano. Desgracias del pasado que no han sido superadas y que condicionan un presente en el que cada segundo puede ser un infierno diferente. Qué jodida que es la vida. Te arrebata lo más querido y luego te da memoria para recordarlo. Y te hunde. Y te confunde. Y te priva de sentir cada momento como único, condenándote a una monotonía insufrible. Realidad turbulenta que acompaña tus días y que te hace buscar desesperadamente una salida. La más cobarde de las salidas, sí, pero al menos una.

Así es como se presenta Nell Forbes (Marilyn Monroe), en una cinta que ahonda en los desórdenes psicológicos y en la incapacidad de la superación emocional del ser humano. Presentada en un formato simple, con una puesta en escena sencilla y poco arriesgada, el guión desarrolla paralelamente la historia de Jed Towers (Richard Widmark), un piloto comercial que viaja a Nueva York para recuperar a su chica, Lyn Lesley (Anne Bancroft), una guapa cantante que ameniza las noches de un club de hotel. Ella recela de la personalidad vehemente y narcisista de Jed. Sin embargo, todo cambiará cuando se produce la aparición de la misteriosa chica de la habitación 809 y que dará una nueva perspectiva a los comportamientos de Jed y a su relación final con Lyn.

El reparto de la cinta tiene dos nombres destacados: Monroe y Widmark. La primera actuando, antes de que el mito devorara a la actriz. Bueno el mito y los hombres, el alcohol, las pastillas, la noche…ya saben. El segundo sumido en ese comienzo de carrera cinematográfica que no ha tenido igual en la historia del cine. Siempre se podrá hablar de G. Robinson, de Cagney, de Bogart…pero el talento de que demuestra Widmark desde su debut en “Kiss of Death” hasta esa obra maestra de Dassin “Night and the City” es sencillamente el mejor registro interpretativo jamás visto.

Con un desarrollo uniforme de un argumento que en ocasiones roza la tragedia, encontrarán pues suficientes alicientes para ver esta buena película y donde descubrirán a una Monroe en uno de sus primeros papeles dramáticos pero sin perder ni un ápice esa belleza salvaje y ese atractivo infinito que la hicieron la mujer más deseada del mundo. Déjense llevar por ella. Sueñen, imaginen. Porque para eso también se inventó el cine.
Alfie
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21 de febrero de 2008
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una Marylin como nunca había visto, fría, malévola, audaz, y temeraria. Y a pesar de todos esos términos de maldad, ella conserva su particular belleza deslumbrante y su caracter interpretativa.
Un film que enlaza a la perfección el desarrollo y la participación de cada personaje en su perfil correspondido, una fotografia en B/N magnífica, y una cantante maravillosa, tan deslumbrante es su voz como su belleza.
Transcurre de manera veloz y el director consigue transmitir todo el contenido en los breves 75 minutos del metraje, nada mas empezar ya se siente la tension en escena y el ambiente cargado de intriga en los rostros de los personajes.
No es la obra cumbre de Marylin, pero sin duda es la mas inusual de su carrera. Recomendado para tod@s l@s amantes de la señorita Monroe.
Liang Jin
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12 de noviembre de 2009
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dudo mucho que haya entre los presentes nadie que recuerde con especial cariño o admiración la mediocre teleserie ochentera “Hotel”, en la que dos olvidadas estrellas televisivas de esa década, Connie Sellecca y James Brolin, gestionaban un hotel en el que iban cruzándose las historias de los clientes que en él se hospedaban.

Lo que encontramos en esta película es algo parecido a un capítulo piloto de esa serie: personajes a cual más plano y estereotipado (la cantante atribulada, la simpática fotógrafa, el barman parlanchín y comprensivo, el amable ascensorista, la gruñona clienta de toda la vida...), que deambulan sin rumbo fijo por el hotel y mantienen entre ellos conversaciones insípidas y convencionales y carentes de toda tensión dramática, mientras tratan de demostrarle al arisco y cortante ex-novio de la cantante (Richard Widmark, ¿quién, si no?) que la vida puede ser maravillosa cuando se es más amable con la gente. Widmark, muy sensatamente, se pasa buena parte de la peli sin prestarle atención a nadie, sobre todo cuando hace acto de aparición una niñera con la cara y las piernas de Marilyn Monroe y decide concentrar toda su amabilidad en ella, sin sospechar que está totalmente pirada. Sin embargo, se han puesto todos tan plastas con lo de su falta de cordialidad que cuando a la canguro majareta se le va la olla se ve obligado a actuar, más que nada, intuyo, para que le dejen en paz de una puñetera vez.

No acabo de entender que, como reza la carátula de la peli, Marilyn se sintiera especialmente orgullosa de ella. Tal vez fuera por su inquietante parecido con el personaje que interpretaba, una desequilibrada coleccionista de despechos amorosos y hojas de afeitar. “Niebla en el alma” es, por lo demás, un discreto melodrama, dirigido de modo fláccido e impersonal, arrítmico y bastante previsible. Como siempre se agradece ver los rostros de Widmark, Monroe, Anne Bancroft o los de secundarios a los que tengo mucho cariño, como Elisha Cook, jr., la cosa tampoco se hace desagradable del todo, sobre todo si tenemos en cuenta que dura menos de una hora y cuarto y que un par de canciones aderezan la función y nos ahorran, de paso, algún que otro diálogo, pero qué queréis que os diga, sigo prefiriendo a Widmark riendo como una hiena y echando espumarajos por la boca antes que como aplicado alumno de este más bien bobo cursillo acelerado de habilidades sociales. Qué le vamos a hacer si soy así de bruto.
Normelvis Bates
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17 de julio de 2010
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es triste y hasta da repelús ver sufrir de forma tan descarnada a Marilyn, -maltratada en la infancia por sus padres, sólo acompañada por su tío ancensorista en un hotel, el "grande, como siempre, pese a su pequeña estatura" Elisha Cook Jr., el cual la busca trabajo como cuidadora de una niña en el hotel, pero al mismo tiempo harta de las locuras de ella, la cual hace poco que ha salido del psiquatrico tras morir su novio en accidente de avión-.
Richard Widmark también actúa muy bien, como acostumbra, como novio de la cantante del hotel, que tras una riña con ésta, acude a la habitación de Marilyn, para desahogar sus propias penas amorosas.
Siendo, por lo tanto, una película extraña, que lo es, ya que Marilyn no puede desplegar todos sus encantos para conquistar a Richard, -recordemos que ella está loca, ver spoiler-, y ya que Richard no hace el papel que acostumbra de chico malo, sino todo lo contrario, -se dedica a cuidarla a ella-, de todos modos la película está bien contada y bien resuelta, por lo cual se puede recomendar sin problemas. Dura unos 70 minutos.
Nota 8 sobre 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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10 de octubre de 2011
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que a todos nos pasa que, cada vez que pensamos en las grandes Obras Maestras del cine, tenemos una tendencia instintiva a mirar hacia el cine clásico y las películas que se hicieron hace ya muchas décadas, cuando la realidad es que en los poquísimos años que llevamos del siglo XXI se han hecho algunas Obras Maestras dignas de aparecer ya en la memoria de todo el colectivo cinéfilo.

Ahora bien, sí creo que hay una diferencia entre una película mala del cine clásico y una mala del cine contemporáneo: actualmente, si una película es soporífera y rematadamente mala, no la salva nada, mientras que en el cine clásico, si una película lo era (como es el caso de "Niebla en el alma") sí que la salvan el carisma de los actores que actúan en ella o, mejor dicho, el carisma y la presencia de las estrellas que actúan en ella. ¿Quiero decir que en el siglo XXI no hay estrellas carismáticas y solventes para salvar cualquier film mediocre? Pues sí, claro que las hay, pero no tienen el empuje necesario para hacer reflotar la mediocridad o cutrez de algunos de los films en los que intervienen.

Viendo "Niebla en el alma" no hacía más que repetirme: ¡Qué diálogos más malos, qué historia tan mal dirigida, qué mediocre la labor de Roy Ward Baker (aunque, claro, tampoco se le puede pedir mucho a un director como él), qué situaciones más forzadas, qué giros argumentales tan rocambolescos, etcétera! Y, sin embargo, al terminar de verla, comprendí que había disfrutado muchísimo. La explicación se debía única y exclusivamente a una cosa: el tremendo carisma como actores de Richard Widmark y Marilyn Monroe.

Yo, desde niño, siempre he sentido absoluta fascinación por Widmark porque me parece un actor espléndido y una de esas personalidades cinematográficas tan marcadas que, haga lo que haga, siempre lo hará bien, es decir, una estrella como deberían ser todas las estrellas. ¿Y qué decir de Marilyn? Pues que no hace falta que la dirija Wilder (aunque cuando la dirige Wilder ya son palabras mayores) para desplegar todo el magnetismo, poderío, carisma, personalidad y vitalidad tan característicos en ella, es decir, que brilla siempre como la estrella que fue y siempre será (aunque sea en un papel de apocada, malévola, temerosa y frágil niñera).

Por todo esto, cada vez que me enfrento a una película de cine clásico lo hago sin miedo a la decepción, pues, aunque sea un bodrio infumable, siempre podré confiar en que las estrellas que intervienen sepan contagiar a toda la película esa magia inefable que las hace ser precisamente estrellas.

www.eldespotricadorcinefilo.com
El Despotricador Cinéfilo
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