Estrangulado

Cuando nos disponemos a ver un film que trata sobre serial killers nuestra mente ya dibuja una historia turbia y oscura, con los aditivos conocidos de sangre, gritos y algo de gore. Estamos, para variar, ante una nueva visión de este tipo de films. Tiene la particularidad que está ambientada en la Hungría socialista de los años sesenta. La carga política está bien presente, ya que “el aparato” gubernamental no estaba para muchos romances y tan pronto estabas arriba como picando piedra. Ese terror, en el sentido más social de la palabra, hacía que la eficacia, en este caso policial, se forzara hasta límites insospechados, tanto que no se dudaba en cargar sobre las espaldas del primero que pasara por allí todo tipo de crímenes.

Tampoco hay que irse a los países del Este, en nuestro suelo patrio, en épocas no tan remotas, la pretendida y legendaria eficacia policial iba por el mismo camino y, supongo que estaréis de acuerdo conmigo, que de socialista no tenía nada.

Pero vamos a hablar de cine, que de eso se trata. Strangled es una gran película que sabe dibujar todo lo antedicho con un gran ritmo que para nada cansa al espectador. Los personajes están muy bien dibujados, mostrándonos una sociedad muy encorsetada por las circunstancias. Tampoco abusa de las escenas escabrosas, que también las hay. Nos las planta como una secuencia más, sin encarnizarse en los detalles, cosa que a los amantes de lo más sangriento los puedes tirar para atrás.

Una serie de atroces asesinatos asolan la pequeña ciudad de Martfü. El causante de todo ello es un asesino que viola y mata a mujeres jóvenes. Un detective se hace cargo del caso, teniendo que soportar la presión por parte del fiscal que quiere a toda costa que el caso se resuelva. Las prisas son malas consejeras y a pesar de las evidencias de tomar un camino equivocado, la investigación se atasca a causa de una tupida red de intrincadas conspiraciones.

Tenemos que destacar el gran guion cuya autoría recae en el mismo Árpád Sopsits. La soltura con que nos muestra una historia algo complicada, la hace muy comprensible y entretenida.

Como punto negativo, la algo floja representación de unas atrocidades que se quedan solo en lo simbólico. Por otra parte, tampoco juega a su favor la excesiva explicación de los motivos del asesino.

En las interpretaciones nos encontramos con un gran Károly Hajduk en el papel de asesino en serie. A Gábor Jászberényi le toca bailar con la más fea. Zsolt Anger es el policía bueno. Péter Bárnai es un agresivo fiscal. Zsolt Trill es el policía malo y en la parte femenina tenemos a Zsófia Szamosi.

Para finalizar decir que es una cinta altamente recomendable a todos los amantes del terror. Los que busquen algo más de tipo social también lo encontraran.

http://www.terrorweekend.com/2017/10/strangled-review.html

Notable thriller proveniente de Hungría, basado en hechos reales, con un guión de manual que mezcla la investigación con críticas al régimen comunista y que arrasó en los premios de la academia del cine húngaro con 9 galardones.

Si tuviésemos que destacar algo negativo sería únicamente el bajón que sufre la película en su segunda mitad, debido a su exceso de metraje, pero realmente cumple con creces tanto en el apartado técnico como en el artístico.

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Un regalo del cine Húngaro que te deja con sentimientos encontrados. Recrea con perversa naturalidad el modus operandi del autor de los asesinatos y es ahí donde más se detiene la película. Es por eso que el trasfondo sociopolítico parece accesorio, ya que a pesar de que la película goza de una esplendida ambientación temporal (los 60s) falta un poco más de detalle de fondo que permitar dilucidar el impacto social de la Hungria comunista por lo menos en las acciones de los habitantes de la calle. El detalle político se remite directamente a los entresijos burocráticos que limitan la acción de los detectives encargados, en plan de denuncia, ya que no hay medias tintas: según lo que nos narra el director, el sistema judicial no funcionaba.

Por otro lado la película toma elementos del slasher, se da alguna que otra licencia para generar mayor tensión y eso es identificable por cualquier espectador ya que juega en muchas bandas: tiene por momentos un tono casi documental, también del slasher comercial, del drama sociopolítico, del thriller. Esta mezcla hace que ciertas situaciones se resuelvan de forma satisfactoria y otras no tanto. (hubo unos flashbacks que realmente fueron innecesarios). El ritmo también varía, por momentos estás totalmente interesado y cerca del último tercio la película baja en intensidad, aunque eso si, sin llegar a aburrir.

Es por eso que al final quedas con la impresión de que viste una película con buena factura, linda fotografía, buena ambientación, diseño de producción, pero poco más. Las interpretaciones correctas y no más, pero no es solo culpa de los actores ya que los personajes principales empiezan a ser dibujados con matices interesantes y a la mitad de la película no se desarrollan más, como si el director cambiara de opinión y se centrara en el drama burocrático, en los asesinatos y en la investigación, dejándolos a merced de sus situaciones y de las consecuencias de sus actos sin ninguna reflexión. En conclusión, pienso que todos los aspectos de la película tienen altos y bajos, una extraña sensación que puede ser producto de enfrentarme a la filmografía de un territorio tan ajeno para mi.