La fuga del capitán Volkonogov

*Camaradas y torturadores

De la mano de Merkulova y Chupov, nos adentramos en un mundo con dos caras muy diferenciadas. Los primeros planos de La fuga del Capitán Volkonogov nos muestran un grupo de jóvenes rusos, miembros de la NKVD (el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos); los vemos jugar al voleibol, hacerse bromas, pasárselo bien... Todo ello en una especie de palacio con una fastuosa lámpara de araña, con los cálidos rayos de sol entrando por la ventana, construyendo una escena plácida y luminosa. Tras tanto juego y cachondeo, comenzamos a ver la realidad de Rusia en aquellos tiempos, representada por las políticas de vivienda.

Acompañamos a Volkonogov (interpretado por un magnífico Yuriy Borisov) por las calles de esta ciudad en la que toques de un rojo vívido siempre se cuelan en escena: un gran caballo rojo pintado en la pared, el tranvía que coge el Capitán, y especialmente, su uniforme con un marcado toque moderno que a veces llega a desconcertar por lo anacrónico. Otro rojo, el de la sangre en la paja, en la habitación en la que realizan las torturas o, como ellos lo llaman, "métodos especiales".

*En busca de absolución

En la huida de Volkonogov entra en cuestión algo más que la pura necesidad de salvar su vida. Él conoce muy bien a sus perseguidores y sabe que son implacables y que tarde o temprano darán con él. Sin embargo, algo lo carcome por dentro y eso es la culpa y el miedo inmenso a pagar sus crímenes con una condena eterna en el infierno. No quiero ahondar demasiado, pero la escena en la que se produce esta revelación es sencillamente magistral, y aporta uno de esos elementos que convierten a la película en algo más que un mero relato histórico.

La fuga del Capitán Volkogonov funciona también como un thriller que no da respiro, con el NKVD pisando los talones al capitán a cada paso que va. Además, nos mantiene constantemente a la expectativa de cómo responderán los familiares de las víctimas, y si finalmente alguno concederá a Volkonogov el perdón que tanto ansía.

*El uso perfecto de un flashback

A menudo sucede que la inclusión de flashbacks innecesarios en películas y series alargan la trama en exceso. Otras veces, aún siendo necesarios, el montaje no es el adecuado y más que resolver dudas, acaban enrevesando más la narrativa. La fuga del Capitán Volkonogov, por otro lado, presenta una estructura y un uso de los flashbacks que me han fascinado. Comenzamos la historia sin saber prácticamente nada de Volkonogov.

Nos piden que acompañemos a un personaje con el que es prácticamente imposible empatizar y, sin embargo, a lo largo de la película estos flashbacks y las reacciones de nuestro protagonista hacen que, si bien no podemos llegar a justificarlo, sí a comprenderlo. Una de estas escenas que me gustaría resaltar es la del recuerdo del coro y el baile, excelentemente realizada.

*Conclusión

La fuga del Capitán Volkonogov es una historia apasionante, especialmente recomendada para los amantes de los thrillers políticos y los relatos de redención.

Escrito por Jenny Sánchez

Me ha resultado una película extraña, en el sentido de que no acaba de cuajar, de que le falta algo. Es casi una Serie B.
Probablemente por la forma torpe en la que nos quiere transmitir el mensaje: "La banalidad del Mal", en este caso la Rusia de Stalin y los crímenes de la policía del estado. Antes había sido el Tercer Reich con la Solución Final.
Con una producción más que correcta y una buena ambientación, se centra en la peregrinación del arrepentido capitán Volgokonov en busca del imposible perdón por sus crímenes. Un nuevo Tanhaüser.
Asistimos a una sucesión de historias, más o menos cortas e independientes, en las que se describe un crimen concreto y Volgokonov busca el perdón de los familiares de las victimas. Y además recreándose en la maldad, con absoluta naturalidad.
La persecución, que es lo que le da algo de ritmo, me parece un pegote que despita y aleja al espectador del fondo de la película. La maldad en la condición humana, que rige el funcionamiento de una Sociedad, de un Estado, y el acto individual de rebelión y de arrepentimiento.
La dirección es algo lenta y pesada, demasiado poética y contemplativa. Algo ventajista porque trata de impresionar al espectador de forma simple, directa y fácil, casi como una Serie B. Crueldad, simplemente crueldad.
Con respecto a los protagonistas, están correctos, en papeles muy repetidos, inexpresivos y siempre haciendo lo mismo, con la misma cara. Además como casi todos están uniformados y tienen la cabeza rasurada, parecen todos iguales.

Una brutal ventana que nos permite ver en primera persona la estructura estalinista en su máxima expresión.
Aleksey Chupov y Natalya Merkulova nos muestran en primera persona una brutal ficción acerca de la vida de la postguerra en la unión soviética de Stalin.
Con actuaciones superlativas, perfectamente ambientada y con una fotografía inmejorable para la época, el filme desgarra una realidad escondida detrás del telón de acero que sale a la luz 70 años después, por parte, de mentes, que se revelan ente el régimen de la URSS y cuentan la historia que vivieron sus antepasados.
Una pareja de directores que promete e ilusiona.-

Reconozco que hoy en día se me hace raro ir a ver una peli rusa, como si estuviera haciendo algo éticamente reprobable. Tenía esa sensación hace dos semanas al ir a ver la de ajedrez (The World Champion) y ayer otra vez. Quizás es un sentimiento extendido por el mundillo cinéfilo porque en la sesión había cuatro gatos. O igual era porque era muy tardía, a las 22h.

Esta peli además de ser rusa va de militares sin escrúpulos así que da bastante mal rollo, incluso teniendo en cuenta sus elevadas dosis de humor negro. Si se consigue olvidar por algún momento la guerra en Ucrania e intentando ser objetivos, puede ser una experiencia disfrutable en su dureza, una especie de película clásica de aventuras salida de madre.

El actor Yuriy Borisov está en un momento álgido de su carrera, haciendo un gran papel aquí y aún mejor en la finlandesa "Compartimento Nº6", la cual sí puedo recomendar a todo el mundo.

Gustará a: Jacob Marley, Orwell, Jefferson Airplane
No gustará a: Marnie Edgar, tísicos, Cassandra Vera