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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
25 de abril de 2011
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En conjunto los 7 episodios ofrecen una visión global de la historia del rock, desde sus orígenes hasta la actualidad. Para quien no este iniciado en un determinado periodo o estilo, puede ser un excelente punto de partida, mientras que quien ya conozca la historia y evolución de los grupos implicados aun así disfrutará del excelente material audiovisual y las entrevistas con los músicos implicados.

La clasificación en 7 episodios es adecuada, salvando quizá el relativo al “Rock de Estadio”, el cual, pese a ser justificable, funciona un poco a modo de cajón de sastre.

El contenido varia entre la descripción de los grupos punteros, sus inicios y evolución, todo ello relacionándolo con su contexto e influencias, las entrevistas a los miembros de los grupos y a diferentes personas relacionadas con el rock (productores, periodistas…), fragmentos de videoclips y de directos. Se alterna entre lo musical y lo anecdótico de tal forma que en general su visionado resulta ameno.

Considero la serie de documentales como altamente recomendable para cualquier iniciado en el rock, no tiene precio descubrir o revisionar escenas tan míticas como:

- Bob Dylan saliendo a tocar al grito de “Judas” por parte de la audiencia folkie frustrada.
- Los fatídicos incidentes en el festival de Altamont con los Rolling Stones como anfitriones.
- La influencia decisiva incidencia en la forma del Heavy Metal de detalles como el accidente de Tommi Iommi al cortarse la punta de los dedos o el gusto de Rob Haldford por la indumentaria sadomasoquista.
- Morrisey en TV mofándose del playback.

Ha hecho que me entraran ganas de recuperar varios discos que tengo olvidados desde hace un tiempo y a la vez me ha recordado por que me gusta tanto esta música. No me puedo quejar, vaya.

Pero... el principal defecto lo encuentro principalmente en las ausencias, algunas de ellas imperdonables. Episodio por episodio:

- Episodio 1, “El nacimiento del Rock”: uno de los más interesantes, imperdonable aún así el escasísimo énfasis hacia los Beatles. Por no hablar de figuras tales como Jimy Hendrix, The Doors, Janis Joplin o Frank Zappa. Aun así, completamente adecuado al resaltar la influencia de Bob Dylan (imposible de sobrevalorar) y la de los a veces olvidados Cream.

(NO ES SPOILER LO QUE SIGUE)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Episodio 2, “Art Rock”: queda coja la parte referente al Rock Progresivo al dejarse fuera grupos como King Crimson o Yes. También se echa de menos en algún momento a Alice Cooper, con su apuesta por la teatralidad paralela a la de David Bowie. Y hablando de David Bowie, hubiese sido interesante comentar su etapa en Berlín junto a Brian Eno, la más experimental. Brian Eno por cierto, otra figura que aparece aquí infravalorada: apenas se hace mención de él al tratar de Roxy Music, obviando completamente su labor en la creación de la música ambient (cuyos influencia por ejemplo se extiende al reciente movimiento post-rock) o su decisiva labor como productor (¿hubieran sido los mejores discos de U2 como los conocemos de no ser por él?). Merecido tratamiento en cambio a The Velvet Underground, grupo de culto interesantísimo que pasó injustamente desapercibido en su época.

- Episodio 3, “Punk Rock”: correcto en cuanto a contenido (está bien oír hablar de los Sex Pistols sin que Sed Vicious sea inmerecidamente el centro de atención), aunque aquí, al contrario que en los episodios precedentes, no se consigue captar tan bien el espíritu de la época, la agresión y la rebeldía. Quizá una referencia a sus derivados, bien con el Hardcore bien con el Postpunk, la New Wave y el Goth Rock, hubiera sido adecuada, así no se habrían quedado en el tintero los Joy Division, New Order o The Cure (imperdonable en mi opinión la no inclusión de estos últimos en algún épisodio).

- Episodio 4, “Heavy Metal”: también tiene un contenido acertado. Ninguna ausencia básica importante, pese a que se echa de menos algún comentario adicional sobre la escena del Thrash Metal, sobre las diferentes escenas de metal extremo, o los guitar héroes, Thin Lizzy, etc.

- Episodio 5, “Rock de Estadio”: cajón de sastre, como he comentado, pero ok aun así se logra cohesión en el contenido. Excepto que me recuerda… ¿dónde están AC/DC?

- Episodio 6, “Rock Alternativo”: como es costumbre se sobrevalora a Nirvana y en especial a la figura de Kurt Cobain. Aun así la descripción de la escena músical alternativa americana en al que el Grunge se gestó es buena, y los apuntes sobre R.E.M. interesantísimos (ojito a las escenas con el productor de sus discos).

- Episodio 7, “Brit Rock”: buena descripción del movimiento. Se echan a faltar algunos grupos contemporáneos de corte distinto pero igualmente básicos en el rock europeo más reciente, especialmente Radiohead, pero también Placebo, The Cranberries (saltando la frontera aquí), Muse…

Soy consciente de que compensar esas ausencias requeriría algunos episodios más, así que hasta cierto punto es comprensible (salvando casos como el de los Beatles, que es sangrante, o los de The Cure y Radiohead).
20 de julio de 2010
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrictamente como documental: 6’5.
Por el documental, como fan: 7’5.
Globalmente, por el concierto extra, su ejecución y calidad de sonido/video: 8’5.

Intentaré centrarme en el primero de los aspectos, que sea el que probablemente tenga más interés aquí:
__________________________

En uno de los momentos climáticos lo que podría considerarse una 2ª etapa dorada de Iron Maiden, iniciada en 1999 con la reunión, dos son las ideas que más claramente se aprecian en este documental:

La primera de ellas referida al grupo; aquí los veremos extenuados, los veremos bromistas, los veremos expectantes, y por supuesto los veremos dejándose carne y hueso en el escenario, pero tras casi tres décadas siguen con esa actitud humilde, tan alejada del estereotipo del rockstar al uso, siguen disfrutando con su música y siguen encantados de poder hacer vibrar el alma de sus fans como si fuera las cuerdas de una guitarra.

No nos equivoquemos: el avión, el ambicioso tour, toda la parafernalia… no son (solo) un ejercicio de autocomplacencia. Son una expresión de madurez de un grupo que sabe hasta donde alcanza su legado y que lo respeta.

La segunda constatación, probablemente más interesante (y más objetiva por mi parte) se refiere a los fans. Sobretodo veremos la última hornada del relevo generacional, que no tiene nada que envidiar a la anterior en entusiasmo: la doncella sigue levantando pasiones.

Y lo veremos a lo largo del globo, en distintos ambientes, desde la glamourosa Los Angeles (con aparición de algunas celebridades del Metal: como un Lars Ulrich semidemacrado, o al mismisimo Ronnie James Dio [R.I.P.]), hasta el cerco policial alrededor del concierto en Bogota, desde el regreso a Chile (donde en su época dorada fueron vetados por su presunto satanismo), hasta apasionados japoneses, pasando por entusiasmo en Bogotá.

Diferentes culturas, diferentes niveles de vida, con una cosa en común: la música, de Maiden en este caso, no entiende de fronteras. No importa donde estén: los veremos ansiosos antes del concierto, los veremos entregarse al son de la música y los veremos llorar tras el final (una de las más bellas imágenes del documental).

Por lo demás, nada que no quepa esperarse: repertorio clásico de Maiden, ejecución impecable y sonido a la altura. Parece que no pasen los años.

Me quedo con dos frases:

“Hacemos musica, la disfrutamos, y si te gusta nuestra música, Dios te bendiga. Y si no te gusta, ¿sabes que? Dios te bendiga también” – Janick Gers en su vertiente mas zen.

“Todos necesitamos agarrarnos a algo autentico. En alguna parte necesitas algo en lo que puedas confiar y que sabes que no te fallará y si Maiden significa eso para la gente, es extraordinario” – Bruce Dickinson: “El” frontman.

Y que mejor despedida al final de cada concierto y en los créditos que ese "Always Look On The Bright Side Of Life".
11 de abril de 2011
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Final coherente con el resto de la serie, pero que a su vez potencia algunos de sus rasgos. Si bien las mejores escenas cómicas o las mejores situaciones surrealistas alrededor de las estrellas invitadas ya han aparecido a lo largo de la serie, esta despedida nos entrega algo, a mi entender, mucho mejor.

Todo sabe agridulce: la relación entre los dos protagonistas, su distanciamiento, su “evolución” profesional. Todo ello esta entrelazado con una cruda reflexión sobre el mundo del espectáculo, la vanidad, la egolatría, e incluso más allá, trascendiendo esa autoimpuesta frontera y dirigiendo la mirada directamente al espectador, pero ya no como mero espectador sino, llanamente, como ser humano. Véase por ejemplo ese devastador montaje en paralelo entre la casa Gran Hermano VIP y el día a día de Maggie, personaje que los guionistas han tratado con su habitual crueldad, pero magnificada y despojada esta vez de toda intencionalidad humorística.

Este dosificado contrapunto que Maggie supone al hilo principal me ha resultado atípicamente conmovedor. Tal vez no aisladamente, pero sin este el discurso perdería la mitad de su fuerza, y el argumento la mayoría de su cruda fuerza emotiva.

La trama no es una excusa para los gags y las bromas, ahora la comedia pasa a ser el pretexto.
LYNCH (one)
Documental
Estados Unidos2007
6,4
306
5
11 de agosto de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obviamente el documental resultará mínimamente interesante para todos los seguidores de David Lynch, pero…

- No busca una visión global sobre la obra de Lynch que hubiera sido infinitamente más interesante.
- No aporta nada nuevo en lo referente a su visión artística.
- Los segmentos happy-flower sobre la meditación transcendental, obviando el propagandismo que representan, amén de superfluos se quedan en superficiales.
- Las referencias biográficas (o mas bien anecdóticas) de Lynch rozan lo estúpido. En este sentido recomiendo antes “The Short Films of David Lynch”.

Por otro lado:

- Podemos ver algunas tomas sobre la concepción de Inland Empire (aunque no se toma en consideración el resto de la filmografía de Lynch). No son el acabose, y no aportan casi nada a la interpretación de la película.
- La sesión fotográfica a las fabricas abandonadas y la fascinación de Lynch en estas, como aficionado a la fotografia, me ha resultado tremendamente simpática.

En resumen, solo la recomendaría a aquellos apasionados de David Lynch que hayan disfrutado con Inland Empire y ya hayan visto “The Short Films of David Lynch”, "Rabbits", etc.

Y aun así lo haría a regañadientes…
7 de abril de 2010 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Platón, en el siglo IV a.C., elaboraría el famoso mito de la caverna, según el cual los hombres vivimos encadenados en una caverna, viendo únicamente sombras, siluetas proyectadas en la pared por la luz exterior. Un mundo de apariencia que nosotros tomamos como real. Si uno de estos prisioneros es liberado y obligado a salir de la caverna, a través de una difícil y escarpada subida, observara una nueva realidad exterior que le era totalmente ajena en el interior de la caverna. El anterior mundo sensible enfrentado a la luminosidad del mundo inteligible, la razón contra los sentidos… todo un “shock”.

Veintitrés siglos después Nietzsche criticará duramente algunas de las principales tesis platónicas. Frente a la concepción apolínea de la vida de Platón (Apolo era el dios de la luz, la claridad, la armonía), Nietzsche reivindicará la visión dionisiaca (lo primario, los sentimientos, la vida en sus aspectos irracionales).

En sus sombras y en sus luces, “Shutter Island” escenifica a la perfección esa extenuante salida de la caverna platónica, tanto para el protagonista como para el propio espectador (si es afortunado): argumentalmente a medida que va avanzando la trama y a la vez formalmente mediante su perfecta y magistral inmersión en un género, el cine negro detectivesco clásico sin ninguna clase de pudor hacia los clichés (o mas bien con respecto hacia ellos), genero que posteriormente Scorsese se encargará de transgredir de forma paulatina (en los flashbacks del protagonista, en la siniestra inmersión en el pabellón C, etc).

“Shutter Island” podría haber sido más tramposa, ganando así una menor previsibilidad, pero Scorsese se decanta por una solución menos artificiosa, dotando así a su film de una mayor solidez, que se confirma en posteriores revisionados (vease por ejemplo en el tratamiento que se da al doctor John Cawley, por destacar uno de los más obvios entre la infinidad de sutiles detalles).

Después vendrá la actitud del detective Teddy Daniels frente a los reclusos, el recurrente discurso sobre la violencia, la dicotomía “prisioneros” versus “pacientes”, un cielo constantemente repleto de nubes y la creciente inclemencia meteorológica, la calidez de la luz en el salón de reunión de los doctores frente a la oscuridad del pabellón prohibido, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Nos acercamos al final. Teddy se niega a leer el documento que le entrega su compañero. Todo se vuelve confuso. Las ratas emergen de entre las rocas para evitar ahogarse tras el temporal que se ha desatado (sí, son las ratas de "Infiltrados", solo que aquí hay más, Teddy está rodeado de impostores). Y por fin: ahí la tenemos, la caverna platónica, con las sombras proyectando sobre la pared una falsa imagen de realidad. Finalmente Teddy emerge de la caverna y se dirige hacia el faro, hacia la “luz” platónica, hacia la verdad… Pero su salida del mundo sensible, de todo lo que él ve, de todo lo que él cree, hacia el mundo inteligible, dominado por la razón, no resulta en absoluto luminosa.

En el universo de Lovecraft más allá de nuestra pequeña burbuja se esconden terrores que jamás desearíamos haber conocido, aquí Teddy se enfrenta a todo lo primario e irracional que hay en el ser humano. Tras la caverna el prisionero no encuentra a Apolo sino a Dionisio, sólo que en su versión más siniestra.

Pero Scorsese guarda lo mejor para el final: la última secuencia, rodada con una precisión milimétrica, o mejor aún, quirúrgica. Los gestos, las palabras, los silencios, las miradas. El cielo: despejado por primera vez. Una tenue luz ilumina el patio. Media hora antes uno de los reclusos le planteaba a Teddy un dilema: “No puedes desenmascarar la verdad y a la vez matar a Laeddis, tienes que escoger”. Esta aparente contradicción encuentra su resolución en la lapidaría frase final de la película: “Este lugar hace que me pregunte… ¿Qué sería peor vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?”. A contraluz, de nuevo el faro y la música siniestra. Amén.

Parafraseando la melancólica canción de los créditos finales (apropiadamente titulada "Este amargo mundo/De la naturaleza de la luz diurna"), que bien podría ser el epitafio del héroe de esta tragedia:

"Este amargo mundo
Y mi vida es como el polvo
Que esconde el brillo de una rosa
¿Cuánta bondad hay en mí?
Eso sólo el cielo lo sabe".

Tras ver esto uno no puede evitar preguntarse si había tanta prisa por darle un Oscar a Scorsese como para, tras tantas obras maestras, dárselo por un remake.

PD: Aunque bien podría ser una coincidencia, curiosísimo detalle si uno se para a pensar, el hecho de que Teddy comparta nombre con el, también agente de la ley, compañero de Leonard, el protagonista de la increíble “Memento”. No digo más.
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