Esta película es francamente para no tomarla en serio. Cualquier persona que tenga interés por la historia o la cultura la encontrará zafia y aburrida.

Además, cualquier persona que considere que la "historia de amor" que guía a los protagonistas es ¡Ay, que romántico! o ¡Ay, que bonito! debe revisar el concepto que tiene del romanticismo y de la amistad, porque sinceramente, es una historia que hace vomitar de pura superficialidad desde el momento en que se conocen Kate Beckinsale y Ben Affleck. Seguramente le parecerá romántico y le gustará a quien escuche a Dani Martín o a Melendi por las mañanas.

El guión hace reír de lo malo que es.

Le pongo un aprobado simplemente por la banda sonora y la espectacularidad de los efectos durante el ataque a Pearl Harbor.

Como nota final, quiero añadir que estoy convencido de que todos los actores que participaron en ella no han vuelto a ver la película, a no ser que sean personas sin amor propio.