El aristócrata Lord Blackwood es atrapado por Sherlock Holmes antes de que asesinara a su sexta víctima. Lo que no sabe el detective es que esto es solo el principio de un gran caso…
Nueva adaptación del personaje creado por sir Arthur Conan Doyle. El nuevo detective de Ritchie es más próximo al Sherlock del escritor inglés. El cine siempre nos mostró a Holmes como un anciano pensativo, inteligente, amistoso y “inmóvil” (nunca intervenía en escenas de acción). El original Sherlock Holmes era un ser arisco, con pocos sentimientos, superdotado en inteligencia y memoria, adicto a las drogas y un Indiana Jones del siglo XIX. Ritchie ha sabido plasmar al personaje original, pero solo ha hecho esto y nada más.
La película no aporta nada más, solamente es otro filme de acción con un guión irregular (escena de acción- escena de diálogos-escena de acción-…), la fotografía es videoclipera (como nos tiene acostumbrados Ritchie) y los efectos especiales decentes (gran reconstrucción del Londres victoriano).
En resumen, hay momentos buenos pero todo acaba en una película para pasar el rato.

Tenían los ingredientes perfectos para hacer una magnífica secuela y desgraciadamente la han jodido. El terreno estaba cosechado, un edificio en cuarentena, todos los inquilinos infectados, un monstruo, una reportera desaparecida y un misterio por desvelar. Con todo este material y con una buena imaginación se podía haber hecho algo grande. Pero no, Balagueró y Plaza nos ofrecen un film chapucero, poco imaginativo y a veces insultante. Parece que los directores quieren terminar la película lo antes posible, dando un desarrollo rápido de la trama con altas dosificaciones de información. No les negaré que alguna parte es buena y algunos sustos esporádicos animan el metraje, pero como les he dicho el resultado es bastante regular.

Seis tripulantes de una nave espacial encabezados por un machote capitán (Casper Van Dien), dos negratas (el primero un rapero fumador de hierba intergaláctica y el otro un forzudo muy, muy, muy, muy, muy, pero que muy tonto), un cerebrito con gafas y finalmente dos chicas (una de ellas una maciza rubia espectacular y la otra una morena con coletas provocativas, todo ello para mantener “tieso” al espectador masculino) encuentran una nave a la deriva. Confiados se disponen a remolcar el cacharro galáctico hacia la tierra para sacar dinero. Pero como sabe todo el mundo en el interior de la nave un ser milenario aguarda su llegada para tener una cena decente.
Que se puede decir de la película, pues simplemente que es mierda pura. Los actores parece que se han fumado algo antes de actuar (si no es así no saben nada de interpretación), la fotografía es de principiantes (yo haría más con una camera de 2.5 mega pixeles), los diálogos “pretenden” ser ingeniosos… Pocas veces he visto un producto tan malo, no sé como las productoras pueden confiar en guiones y directores tan malos.
Antes de explicar barbaridades en el spoiler, quiero decir que creo que Dracula 3000 tiene un mensaje subliminal. Alguien de la película quiere que se vote al partido comunista. A lo largo del metraje aparece repetidas veces signos y banderas comunistas y hasta retratos de Lenin (y todo ello sin sentido alguno).

Me imagino las caras de perplejidad en 1997 cuando los miles de fans del nuevo genio del cine Quentin Tarantino salían del cine después de haber visto Jackie Brown. El humor negro y bestial, los buenos diálogos estrambóticos, los personajes pintorescos y la narración desordenada habían desaparecido para dejar paso a una película más madura y cuidada. La huella de Tarantino no se ve en el film, no es otra película que se pueda emparejar con Pulp Fiction o Reservoir Dogs. El público no esperaba este cambio, el público esperaba algo nuevo pero que siguiera la misma línea.
No se puede reprochar nada del film, un buen guión, unas buenas interpretaciones, una buena fotografía y como siempre una buena música. Pero como he dicho decepciona si esperas ver una tarantiniana. Por suerte Tarantino vio el error (pues sabemos que Jackie Brown es la película menos conocida del director si no incluimos el corto inicial que realizó) y años después nos brindaría otra joyita más de su estilo, me refiero a Kill Bill.

Un estudiante de filosofía y un recién licenciado en dirección, ambos hermanos, emprendieron un proyecto arriesgado pero prometedor. Financiados por su familia con 750000 dolares y con un guión escrito por los dos rodaron Sangre Fácil.
El resultado, una perfecta película del genero negro que ganó el festival de Sundance de 1984. Un guión sencillo pero muy bien cohesionado con algún bajón en medio del film. Personajes trabajados y nada redondos. Es de visionado obligatorio para los fans de los Coen pues en su primera película ya muestran muchos de sus cliches habituales (perros obedientes a su amo, tipos gordos malos y la típica ducha con las mamparas corridas). Se podría decir que Sangre Fácil es el campo de pruebas para Fargo y No es país para viejos.
Por cierto, la música de Carter Burwell es perfecta y da a la película un ambiente mucho más oscuro.