Jose Luis Cuerda y Rafael Azcona maltrataron en su guión un buen libro de la mejor persona Alberto Méndez.
Partiendo de una de las historias que se entrecruzan en el librito, Azcona hubo de desarrollar muchísimo y meter de su propia cosecha.
No sé si la enfermedad restó facultades al mejor guionista que hado el cine español pero el relleno fue un montón de topicazos, un retrato a trazos gruesos de la miseria espiritual que quedó tras la ejecución de la República Española.
Ni la espléndida Maribel Verdú fue capaz de dignificar la película con su buena actuación.
Javier Cámara hace su peor interpretación, seguramente.
Raúl Arévalo no tiene matices, es un malo maniqueo, de cartón piedra.
José Luis Cuerda me parece un verdadero genio pero aquí pinchó en hueso. Espero impaciente su próxima obra.

Es muy difícil hacer una primera película con esta calidad, con este despliegue de talento y de recursos.
Javier Cámara es un actor GENIAL y su camiseta de Leño me cautivó desde el primer momento.
Un monumento erigido a la amistad que se disfruta plano a plano porque además de contar una buena historia muy bien, la pelicula cuenta con una dirección de fotografía excelente, a cargo de Carlos Suárez.
Suárez retrata con mucha belleza los paisajes de la cuenca minera y plantea planos muy plásticos e interesantes; algo que agradecemos especialmente pues hoy parece que Von Triers hubiera impuesto la dictadura de la desnudez formal.
El Dogma para mi es eso, un dogma. No necesita ser real ni cierto, sólo precisa tener fe en que contar las cosas con descuido es ir a la esencia.
La Torre de Suso arroja una mirada inteligente y profunda sobre cosas que conforman nuestra esencia.
La vi con mis amigos y todos nos reímos mucho juntos, la saboreamos con el mismo espíritu de cariño entrañable que inunda la cinta.