Encuentro ésta miniserie navegando aburrida por el catálogo de HBOMAX. Ni sabía de su existencia. Miro el reparto y me sorprende, así que rauda me dispongo a visionar el primer episodio.
Me dejo seducir por unos primeros planos brillantes, demasiado calculados, unos cielos y nubes de un color y quietud inverosímiles, unos crepúsculos que hubieran cegado al mismísimo John Ford... Van apareciendo los principales personajes, un indio que de indio conserva poco y una delicada lady inglesa qué las pasa canutas nada más llegar al salvaje continente, dónde todo el que la recibe es a cuál peor. Salvo por el indio, hermético y críptico hasta decir basta, pero destinado a enamorarse de la maltratada damisela.
La línea argumental es sencilla, pero en su afán por crear tensión y ambigüedad, el creador de la serie decide oscurecer el guión hasta hacerlo casi incomprensible. Pero entiendo que si lo deja en la versión clara, sería un metraje para una película o quizás menos. En cuanto la trama queda despejada, voy asumiendo el gran pestiño que me acabo de tragar, eso sí, con una fotografía y un vestuario de revista Vogue.