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10
23 de febrero de 2008
23 de febrero de 2008
48 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando mis padres compraron su primer vídeo alquilamos los Gremnlims. Y Lo que el viento se llevó.
No debía tener más de ocho años, pero ya entonces como hoy, muchos años después, me pareció de una fuerza sublime la historia de esa chica que pierde de un plumazo su mundo ideal de fiestas y frivolidades y cuando aprende que la vida no es nada de eso se enfrenta con una furia que no solo arrastra a sí misma, sino a todos los personajes que la acompañan en el viaje.
Legendaria desde la gestación de la única novela de Margarett Mitchell, hasta los más nimios detalles de la película. Miles de candidatas al papel de Scarlett y una desconocida amante de Laurence Olivier ganando la batalla inesperadamente, aclamación popular para el papel de Rhett, cuatro directores, miles de extras, una producción sin precedentes hasta la fecha, los mejores medios técnicos puestos a disposición, una música inolvidable, un productor obsesionado, leyendas de todo tipo sobre las malas relaciones entre los integrantes del equipo y un desfile de detalles irrepetibles hicieron de ella la película más vista de la historia del cine ya en su estreno. Casi 70 años después, aún lo es.
Vivien Leigh tuvo mucho a su favor consiguiendo el mejor papel femenino de la historia del cine para que su Scarlett fuera apabullante, pero el resto del reparto estuvo a su altura, magníficos Hattie McDaniel, Olivia de Havilland y especialmente Clark Gable. Solo Leslie Howard, el supuesto adonis, está gris.
La película cuenta la historia de cómo la irrupción de la Guerra de Secesión arrolla la vida de una joven heredera de plantación sureña llena de sueños irreales y cómo se ven envueltos los personajes que la rodean.
No debía tener más de ocho años, pero ya entonces como hoy, muchos años después, me pareció de una fuerza sublime la historia de esa chica que pierde de un plumazo su mundo ideal de fiestas y frivolidades y cuando aprende que la vida no es nada de eso se enfrenta con una furia que no solo arrastra a sí misma, sino a todos los personajes que la acompañan en el viaje.
Legendaria desde la gestación de la única novela de Margarett Mitchell, hasta los más nimios detalles de la película. Miles de candidatas al papel de Scarlett y una desconocida amante de Laurence Olivier ganando la batalla inesperadamente, aclamación popular para el papel de Rhett, cuatro directores, miles de extras, una producción sin precedentes hasta la fecha, los mejores medios técnicos puestos a disposición, una música inolvidable, un productor obsesionado, leyendas de todo tipo sobre las malas relaciones entre los integrantes del equipo y un desfile de detalles irrepetibles hicieron de ella la película más vista de la historia del cine ya en su estreno. Casi 70 años después, aún lo es.
Vivien Leigh tuvo mucho a su favor consiguiendo el mejor papel femenino de la historia del cine para que su Scarlett fuera apabullante, pero el resto del reparto estuvo a su altura, magníficos Hattie McDaniel, Olivia de Havilland y especialmente Clark Gable. Solo Leslie Howard, el supuesto adonis, está gris.
La película cuenta la historia de cómo la irrupción de la Guerra de Secesión arrolla la vida de una joven heredera de plantación sureña llena de sueños irreales y cómo se ven envueltos los personajes que la rodean.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Scarlett, un personaje de fuerte personalidad es a partes iguales arrolladoramente irresistible, y egoísta y llena de defectos. La guerra y el sufrimiento que se llevan de un plumazo los débiles pilares en los que estaba construida su vida de sueños sacan de ella todo lo peor, mientras que los memorables personajes que la acompañan en el viaje se convierten en sus credenciales humanos.
El encantador Rhett (incomprensible que Gable no ganara el Oscar), es el contrapunto perfecto para ella. Siempre con la ironía a mano, pero enamorado hasta las trancas, aparece para tirar del carro cuando las fuerzas le flaquean a Scarlett, para bajarle los humos o divertirla, para salvarla del obstracismo cuando enviuda o para salvarla de Sherman. Durante los años que abarca la historia, es su sombra, demasiado consciente de que no puede tenerla y solo se marcha cuando piensa que no puede resistir más el dolor que le produce querer a una persona que no le quiere.
La tragedia de todo esto, es que en realidad Scarlett sí quiere a Rhett, y solo se da cuenta cuando ya no puede recuperarle. Ambos personajes, cuanto más inmersos se encuentran en su apasionada relación, se ven envueltos en una vorágine de autodestrucción y de sufrimiento en la que se van hundiendo cada vez más. Durante toda la película es evidente que Scarlett también está enamorada de Rhett para todos los espectadores pero no para ninguno de los personajes, salvo Melanie, que es el otro gran personaje de la historia.
Es la Scarlett buena y virtuosa que ella odia con todo su ser porque es consciente de que no es así, pero que no puede acabar sin reconocer que en realidad adoraba al final. Sin Melanie ya solo queda la parte egoísta y cruel de Scarlett. La dulce Melanie, como el pícaro Rhett, también siempre está ahí para salvar a Scarlett. Frágil, invisible, cuando el yanqui entra en Tara, cuando Ashley quiere dejarla.
Y al igual que con el de Rhett, este apoyo para Scarlett es despreciable, no es consciente de que son ellos los que la ayudan a salir adelante y de que nada es lo que parece. Ni Melanie es la tonta débil que ella cree, ni Rhett es el ambicioso que ella piensa, ni su amor por Ashley es de verdad, ni ella misma desea lo que toda su vida ha pensado.
Scarlett pasa por un largo y tortuoso camino durante toda la película y durante todo ese tiempo está ciega. Solo despierta al final, cuando es difícil deshacer los pedazos de tantos corazones deshechos.
La película tiene escenas inolvidables, momentos divertidos, dramáticos, desgarradoramente trágicos y diálogos memorables. Nadie puede olvidar a Scarlett cruzando el depósito de la estación cuando busca al doctor Meade, ni la mirada guasona de Rhett en las escaleras de los Doce Robles, ni el beso en el camino de Tara, ni el juramento de Scarlett... Es una historia complicada pero muy bien hilada, que, desde principio a fin se sucede por un camino irremediable.
El encantador Rhett (incomprensible que Gable no ganara el Oscar), es el contrapunto perfecto para ella. Siempre con la ironía a mano, pero enamorado hasta las trancas, aparece para tirar del carro cuando las fuerzas le flaquean a Scarlett, para bajarle los humos o divertirla, para salvarla del obstracismo cuando enviuda o para salvarla de Sherman. Durante los años que abarca la historia, es su sombra, demasiado consciente de que no puede tenerla y solo se marcha cuando piensa que no puede resistir más el dolor que le produce querer a una persona que no le quiere.
La tragedia de todo esto, es que en realidad Scarlett sí quiere a Rhett, y solo se da cuenta cuando ya no puede recuperarle. Ambos personajes, cuanto más inmersos se encuentran en su apasionada relación, se ven envueltos en una vorágine de autodestrucción y de sufrimiento en la que se van hundiendo cada vez más. Durante toda la película es evidente que Scarlett también está enamorada de Rhett para todos los espectadores pero no para ninguno de los personajes, salvo Melanie, que es el otro gran personaje de la historia.
Es la Scarlett buena y virtuosa que ella odia con todo su ser porque es consciente de que no es así, pero que no puede acabar sin reconocer que en realidad adoraba al final. Sin Melanie ya solo queda la parte egoísta y cruel de Scarlett. La dulce Melanie, como el pícaro Rhett, también siempre está ahí para salvar a Scarlett. Frágil, invisible, cuando el yanqui entra en Tara, cuando Ashley quiere dejarla.
Y al igual que con el de Rhett, este apoyo para Scarlett es despreciable, no es consciente de que son ellos los que la ayudan a salir adelante y de que nada es lo que parece. Ni Melanie es la tonta débil que ella cree, ni Rhett es el ambicioso que ella piensa, ni su amor por Ashley es de verdad, ni ella misma desea lo que toda su vida ha pensado.
Scarlett pasa por un largo y tortuoso camino durante toda la película y durante todo ese tiempo está ciega. Solo despierta al final, cuando es difícil deshacer los pedazos de tantos corazones deshechos.
La película tiene escenas inolvidables, momentos divertidos, dramáticos, desgarradoramente trágicos y diálogos memorables. Nadie puede olvidar a Scarlett cruzando el depósito de la estación cuando busca al doctor Meade, ni la mirada guasona de Rhett en las escaleras de los Doce Robles, ni el beso en el camino de Tara, ni el juramento de Scarlett... Es una historia complicada pero muy bien hilada, que, desde principio a fin se sucede por un camino irremediable.
19 de agosto de 2005
19 de agosto de 2005
46 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Derroche de elegancia que nunca puede ser apreciado en todo su esplendor sin ser seguidor de la serie, y que precisamente por llevar arrastras 5 años magníficos de la posiblemente mejor serie de la historia de la televisión, puede decepcionar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En realidad solo se trata de un capítulo más. Doble, más cuidado (teniendo en cuenta que en Expediente X muchos capítulos tenían la estética de una película) y con más aspiraciones. Salen los Pistoleros y otros secundarios de lujo, Mulder dice palabrotas y orina en el cartel de Independence day y se hacen chistes sobre el Mago de Oz. Como es habitual no falta el sentido del humor y la química de Duchovny y Anderson está perfectamente extrapolada al celuloide.
Como podría integrarse en la corriente de los llamados capítulos mitológicos de la serie, y a pesar de que se trató de evitar, los que nunca han visto la serie pierden datos que de haber conocido les habrían hecho disfrutarla más, aunque bien es cierto que la concepción de la película, orientada a captar nuevos adeptos, hace que cualquier no iniciado la siga sin problemas.
El gran problema de la película, es precisamente el poder compararse con más de 100 episodios magníficos que hasta entonces llevaba la serie, y comprobar que muchos de ellos tenían guiones mejores (los guiones sobresalientes en Expediente X eran una de sus características más frecuentes) e historias que conectaban con la película, haciendo que en todo momento ésta te las recuerde.
Los grandes momentos de la película, casi todos grandes premios para los seguidores más fieles: el casi (y superesperadísimo) beso de Mulder y Scully, y el rescate a gran escala de la Antártida (boca a boca de Mulder a Scully incluido, para deleite de los fans). El resto de revelaciones, como siempre fue en esta magnífica serie, pasos adelante que posteriormente se convertirán en pasos hacia atrás. El primero: Scully, siendo testigo de una nave espacial volando y un montón de extraterrestres siguiéndoles solo tarda en olvidarlo el primer episodio de la siguiente temporada. En cualquier caso, me quedo con la última media hora de película: espectacular, en la que no te puedes levantar del asiento.
Si no hubiera sido parte de una serie tan buena, probablemente estaríamos hablando de una película cosechadora de críticas mucho mejores. Pero las comparaciones son odiosas, y cuando te comparas con un 11, es muy difícil no parecer mediocre.
Como podría integrarse en la corriente de los llamados capítulos mitológicos de la serie, y a pesar de que se trató de evitar, los que nunca han visto la serie pierden datos que de haber conocido les habrían hecho disfrutarla más, aunque bien es cierto que la concepción de la película, orientada a captar nuevos adeptos, hace que cualquier no iniciado la siga sin problemas.
El gran problema de la película, es precisamente el poder compararse con más de 100 episodios magníficos que hasta entonces llevaba la serie, y comprobar que muchos de ellos tenían guiones mejores (los guiones sobresalientes en Expediente X eran una de sus características más frecuentes) e historias que conectaban con la película, haciendo que en todo momento ésta te las recuerde.
Los grandes momentos de la película, casi todos grandes premios para los seguidores más fieles: el casi (y superesperadísimo) beso de Mulder y Scully, y el rescate a gran escala de la Antártida (boca a boca de Mulder a Scully incluido, para deleite de los fans). El resto de revelaciones, como siempre fue en esta magnífica serie, pasos adelante que posteriormente se convertirán en pasos hacia atrás. El primero: Scully, siendo testigo de una nave espacial volando y un montón de extraterrestres siguiéndoles solo tarda en olvidarlo el primer episodio de la siguiente temporada. En cualquier caso, me quedo con la última media hora de película: espectacular, en la que no te puedes levantar del asiento.
Si no hubiera sido parte de una serie tan buena, probablemente estaríamos hablando de una película cosechadora de críticas mucho mejores. Pero las comparaciones son odiosas, y cuando te comparas con un 11, es muy difícil no parecer mediocre.
10
6 de septiembre de 2008
6 de septiembre de 2008
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezó como una serie de tercera, sobre extraterrestres y fenómenos paranormales, pero en poco tiempo empezó a enganchar a todo el mundo. ¿Las razones? Complejas y numerosas: era una mezcla de géneros, drama, terror, thriller, misterio, comedia..., reunió a un montón de gente llena de talento que aportaba lo mejor en su campo: una música diferente, una iluminación aterradora, una fotografía excelente, unas historias inquietantes y originales, unos guiones sensacionales, unos personajes muy carismáticos y estupendamente bien caracterizados.
Por encima de todo, la apabullante química entre sus protagonistas. El talento impresionante de una actriz desconocida y la manera insultante en que Duchovny imprimía de un carisma extraordinario a su personaje. La forma en que se miraban y se tocaban. Cómo se invadían el espacio personal. La tensión sexual no resuelta, es el mayor expediente x de toda la serie.
Por encima de todo, la apabullante química entre sus protagonistas. El talento impresionante de una actriz desconocida y la manera insultante en que Duchovny imprimía de un carisma extraordinario a su personaje. La forma en que se miraban y se tocaban. Cómo se invadían el espacio personal. La tensión sexual no resuelta, es el mayor expediente x de toda la serie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De forma independiente, un porcentaje muy alto de los más de doscientos episodios de Expediente X, rayan a un nivel sobresaliente. Su aire, desde el principio cinematográfico, contribuyó bastante.
Las primeras cuatro temporadas son sensacionales, especialmente la tercera y la cuarta. La quinta es bastante buena.
Fox Mulder es un agente del FBI que destaca por su perfil altamente brillante y su rebeldía. Marcado por la desaparición de su hermana cuando era niño, hecho que destrozó su familia, abre una sección alternativa en el FBI que trata los fenómenos paranormales, en busca de respuestas ante la convicción de que su hermana fue abducida por extraterrestres y hay una conspiración del gobierno para encubrir su existencia.
Con la intención de doblegarle y espiarle, le asignan como compañera a una doctora de intachable moral, la agente Dana Scully, con la que pronto establece una relación de complicidad y que, a lo largo del tiempo, se convierte en la única persona en quien confía y hace suya la cruzada de Mulder.
Los capítulos pronto empezaron a clasificarse en dos líneas argumentales: los mitológicos, en cuya trama se avanzaba en la conspiración, y los independientes, que trataban de todo tipo de temas y monstruos.
A lo largo del tiempo, la mitología se fue enrevesando, y las necesidades, y puede que el tedio, fueron llevando la serie por caminos inexcrutables, de tal forma que, aunque la abducción de Scully en la segunda temporada, provocada por el embarazo real de Gillian Anderson fue uno de los mayores aciertos argumentales, la de Mulder en la séptima, llevó a la serie por un camino menos afortunado, cuando ya la séptima temporada había sido floja y había estado marcada por el tedio de la excesivamente dilatada tensión sexual no resuelta entre Mulder y Scully.
Sin embargo, lo bueno de toda la serie, supera con mucho a lo malo, y son grandes clásicos muchos de sus tópicos: las escenas de autopsias de Scully, las discusiones salpicadas de terminología pedante y rebuscada entre Mulder y Scully, las cintas porno de Mulder, su humor negro y sus mulderismos, sus frases maravillosas, los confidentes de Mulder, los Pistoleros Solitarios, Skinner, la cantidad de grandes secundarios, el sótano de los Expedientes x, ...
Esta serie innovó en su día y es un referente imprescindible para la televisión que se hace desde los 90. ¿Además? Siempre es altamente gratificante volver a coger un episodio al azar y verlo.
Revisar la serie entera siempre es un placer
Las primeras cuatro temporadas son sensacionales, especialmente la tercera y la cuarta. La quinta es bastante buena.
Fox Mulder es un agente del FBI que destaca por su perfil altamente brillante y su rebeldía. Marcado por la desaparición de su hermana cuando era niño, hecho que destrozó su familia, abre una sección alternativa en el FBI que trata los fenómenos paranormales, en busca de respuestas ante la convicción de que su hermana fue abducida por extraterrestres y hay una conspiración del gobierno para encubrir su existencia.
Con la intención de doblegarle y espiarle, le asignan como compañera a una doctora de intachable moral, la agente Dana Scully, con la que pronto establece una relación de complicidad y que, a lo largo del tiempo, se convierte en la única persona en quien confía y hace suya la cruzada de Mulder.
Los capítulos pronto empezaron a clasificarse en dos líneas argumentales: los mitológicos, en cuya trama se avanzaba en la conspiración, y los independientes, que trataban de todo tipo de temas y monstruos.
A lo largo del tiempo, la mitología se fue enrevesando, y las necesidades, y puede que el tedio, fueron llevando la serie por caminos inexcrutables, de tal forma que, aunque la abducción de Scully en la segunda temporada, provocada por el embarazo real de Gillian Anderson fue uno de los mayores aciertos argumentales, la de Mulder en la séptima, llevó a la serie por un camino menos afortunado, cuando ya la séptima temporada había sido floja y había estado marcada por el tedio de la excesivamente dilatada tensión sexual no resuelta entre Mulder y Scully.
Sin embargo, lo bueno de toda la serie, supera con mucho a lo malo, y son grandes clásicos muchos de sus tópicos: las escenas de autopsias de Scully, las discusiones salpicadas de terminología pedante y rebuscada entre Mulder y Scully, las cintas porno de Mulder, su humor negro y sus mulderismos, sus frases maravillosas, los confidentes de Mulder, los Pistoleros Solitarios, Skinner, la cantidad de grandes secundarios, el sótano de los Expedientes x, ...
Esta serie innovó en su día y es un referente imprescindible para la televisión que se hace desde los 90. ¿Además? Siempre es altamente gratificante volver a coger un episodio al azar y verlo.
Revisar la serie entera siempre es un placer

5,8
7.695
9
4 de abril de 2009
4 de abril de 2009
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay actores cuyas películas siempre pienso que si ellos aparecen en ellos, van a ser buenas. Y casi nunca te equivocas. Me pasa con Jodie Foster y con Liam Neesom.
La primera vez que la vi fue casi en su estreno. Ya entonces me pareció absolutamente preciosa. Visual, y emocionalmente.
Cuenta con la casi mejor interpretación de Jodie Foster, y con unos Liam Neesom (uno de mis actores preferidos) y Natasha Richardson absolutamente inolvidables.
La primera vez que la vi fue casi en su estreno. Ya entonces me pareció absolutamente preciosa. Visual, y emocionalmente.
Cuenta con la casi mejor interpretación de Jodie Foster, y con unos Liam Neesom (uno de mis actores preferidos) y Natasha Richardson absolutamente inolvidables.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Teniendo un final bastante predecible, hay que decir que el gran acierto de Nell es no quedarse en la sensiblería y convertirse en un viaje fabuloso de tres personajes que empiezan perdidos y acaban por encontrarse con la ayuda de los otros. Una película sobre la soledad y el amor, los prejuicios y la generosidad.
El doctor Jerry Lovell (LIam Neesom) descubre por casualidad a Nell (Jodie Foster). La que parece una mujer salvaje, es en realidad una persona criada en soledad en una cabaña que ha desarrollado un mundo y un lenguaje propio. Con ayuda de una psicóloga, la doctora Paula Olsen (Natasha Richardson), intentará ayudarla a integrarse en la sociedad, pero ambos acabarán encontrando en ella una fuente de inspiración, y vivirán una experiencia que acabará cambiando sus vidas.
Como curiosidad, Liam Neesom y Natasha Richardson, que acababan de enamorarse también fuera de la pantalla (no aquí, sino antes en Anna Christie, en Broadway), extrapolan maravillosamente su química en la vida real.
El doctor Jerry Lovell (LIam Neesom) descubre por casualidad a Nell (Jodie Foster). La que parece una mujer salvaje, es en realidad una persona criada en soledad en una cabaña que ha desarrollado un mundo y un lenguaje propio. Con ayuda de una psicóloga, la doctora Paula Olsen (Natasha Richardson), intentará ayudarla a integrarse en la sociedad, pero ambos acabarán encontrando en ella una fuente de inspiración, y vivirán una experiencia que acabará cambiando sus vidas.
Como curiosidad, Liam Neesom y Natasha Richardson, que acababan de enamorarse también fuera de la pantalla (no aquí, sino antes en Anna Christie, en Broadway), extrapolan maravillosamente su química en la vida real.

5,5
7.009
8
4 de abril de 2009
4 de abril de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas películas que ningún niño debería perderse y que cualquier adulto encuentra un placer volver a encontrarse en una sobremesa.
Ni tiene un gran guión (y sí estruendosos fallos de doblaje en castellano), ni una historia demasiado sostenible, ni interpretaciones de Óscar, pero rebosa encanto por los cuatro costados.
Ni tiene un gran guión (y sí estruendosos fallos de doblaje en castellano), ni una historia demasiado sostenible, ni interpretaciones de Óscar, pero rebosa encanto por los cuatro costados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El sueño de todo niño, cambiarse por su gemelo, cobra vida en esta deliciosa comedia en la que por casualidad dos gemelas que no sabían de la existencia de la otra, se conocen y urden un plan para reunir a sus padres.
Tiene escenas absolutamente clásicas, incluyendo el famoso Let's get together, o el reencuentro de los padres, aunque viendo a la guapísima Maureen O'Hara es inevitable saber que es imposible pensar que su ex marido aún sigue enamorado de ella.
Lo dicho. Absolutamente predecible, pero es una de esas películas que siempre disfrutas viendo aunque te sabes hasta los diálogos.
El remake de 1998, protagonizado por Dennis Quaid y Natasha Richardson, con Lindsay Lohan en el papel de las gemelas, quedándose lejos de la versión original, también es una película deliciosa.
Tiene escenas absolutamente clásicas, incluyendo el famoso Let's get together, o el reencuentro de los padres, aunque viendo a la guapísima Maureen O'Hara es inevitable saber que es imposible pensar que su ex marido aún sigue enamorado de ella.
Lo dicho. Absolutamente predecible, pero es una de esas películas que siempre disfrutas viendo aunque te sabes hasta los diálogos.
El remake de 1998, protagonizado por Dennis Quaid y Natasha Richardson, con Lindsay Lohan en el papel de las gemelas, quedándose lejos de la versión original, también es una película deliciosa.
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