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Voto de devlin:
10
7,9
59.516
Drama. Romance. Aventuras
Georgia, 1861. En la elegante mansión sureña de Tara, vive Scarlett O'Hara (Vivien Leigh), la joven más bella, caprichosa y egoísta de la región. Ella suspira por el amor de Ashley (Leslie Howard), pero él está prometido con su prima, la dulce y bondadosa Melanie (Olivia de Havilland). En la última fiesta antes del estallido de la Guerra de Secesión (1861-1865), Scarlett conoce al cínico y apuesto Rhett Butler (Clark Gable), un vividor ... [+]
23 de febrero de 2008
44 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando mis padres compraron su primer vídeo alquilamos los Gremnlims. Y Lo que el viento se llevó.
No debía tener más de ocho años, pero ya entonces como hoy, muchos años después, me pareció de una fuerza sublime la historia de esa chica que pierde de un plumazo su mundo ideal de fiestas y frivolidades y cuando aprende que la vida no es nada de eso se enfrenta con una furia que no solo arrastra a sí misma, sino a todos los personajes que la acompañan en el viaje.
Legendaria desde la gestación de la única novela de Margarett Mitchell, hasta los más nimios detalles de la película. Miles de candidatas al papel de Scarlett y una desconocida amante de Laurence Olivier ganando la batalla inesperadamente, aclamación popular para el papel de Rhett, cuatro directores, miles de extras, una producción sin precedentes hasta la fecha, los mejores medios técnicos puestos a disposición, una música inolvidable, un productor obsesionado, leyendas de todo tipo sobre las malas relaciones entre los integrantes del equipo y un desfile de detalles irrepetibles hicieron de ella la película más vista de la historia del cine ya en su estreno. Casi 70 años después, aún lo es.
Vivien Leigh tuvo mucho a su favor consiguiendo el mejor papel femenino de la historia del cine para que su Scarlett fuera apabullante, pero el resto del reparto estuvo a su altura, magníficos Hattie McDaniel, Olivia de Havilland y especialmente Clark Gable. Solo Leslie Howard, el supuesto adonis, está gris.
La película cuenta la historia de cómo la irrupción de la Guerra de Secesión arrolla la vida de una joven heredera de plantación sureña llena de sueños irreales y cómo se ven envueltos los personajes que la rodean.
No debía tener más de ocho años, pero ya entonces como hoy, muchos años después, me pareció de una fuerza sublime la historia de esa chica que pierde de un plumazo su mundo ideal de fiestas y frivolidades y cuando aprende que la vida no es nada de eso se enfrenta con una furia que no solo arrastra a sí misma, sino a todos los personajes que la acompañan en el viaje.
Legendaria desde la gestación de la única novela de Margarett Mitchell, hasta los más nimios detalles de la película. Miles de candidatas al papel de Scarlett y una desconocida amante de Laurence Olivier ganando la batalla inesperadamente, aclamación popular para el papel de Rhett, cuatro directores, miles de extras, una producción sin precedentes hasta la fecha, los mejores medios técnicos puestos a disposición, una música inolvidable, un productor obsesionado, leyendas de todo tipo sobre las malas relaciones entre los integrantes del equipo y un desfile de detalles irrepetibles hicieron de ella la película más vista de la historia del cine ya en su estreno. Casi 70 años después, aún lo es.
Vivien Leigh tuvo mucho a su favor consiguiendo el mejor papel femenino de la historia del cine para que su Scarlett fuera apabullante, pero el resto del reparto estuvo a su altura, magníficos Hattie McDaniel, Olivia de Havilland y especialmente Clark Gable. Solo Leslie Howard, el supuesto adonis, está gris.
La película cuenta la historia de cómo la irrupción de la Guerra de Secesión arrolla la vida de una joven heredera de plantación sureña llena de sueños irreales y cómo se ven envueltos los personajes que la rodean.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Scarlett, un personaje de fuerte personalidad es a partes iguales arrolladoramente irresistible, y egoísta y llena de defectos. La guerra y el sufrimiento que se llevan de un plumazo los débiles pilares en los que estaba construida su vida de sueños sacan de ella todo lo peor, mientras que los memorables personajes que la acompañan en el viaje se convierten en sus credenciales humanos.
El encantador Rhett (incomprensible que Gable no ganara el Oscar), es el contrapunto perfecto para ella. Siempre con la ironía a mano, pero enamorado hasta las trancas, aparece para tirar del carro cuando las fuerzas le flaquean a Scarlett, para bajarle los humos o divertirla, para salvarla del obstracismo cuando enviuda o para salvarla de Sherman. Durante los años que abarca la historia, es su sombra, demasiado consciente de que no puede tenerla y solo se marcha cuando piensa que no puede resistir más el dolor que le produce querer a una persona que no le quiere.
La tragedia de todo esto, es que en realidad Scarlett sí quiere a Rhett, y solo se da cuenta cuando ya no puede recuperarle. Ambos personajes, cuanto más inmersos se encuentran en su apasionada relación, se ven envueltos en una vorágine de autodestrucción y de sufrimiento en la que se van hundiendo cada vez más. Durante toda la película es evidente que Scarlett también está enamorada de Rhett para todos los espectadores pero no para ninguno de los personajes, salvo Melanie, que es el otro gran personaje de la historia.
Es la Scarlett buena y virtuosa que ella odia con todo su ser porque es consciente de que no es así, pero que no puede acabar sin reconocer que en realidad adoraba al final. Sin Melanie ya solo queda la parte egoísta y cruel de Scarlett. La dulce Melanie, como el pícaro Rhett, también siempre está ahí para salvar a Scarlett. Frágil, invisible, cuando el yanqui entra en Tara, cuando Ashley quiere dejarla.
Y al igual que con el de Rhett, este apoyo para Scarlett es despreciable, no es consciente de que son ellos los que la ayudan a salir adelante y de que nada es lo que parece. Ni Melanie es la tonta débil que ella cree, ni Rhett es el ambicioso que ella piensa, ni su amor por Ashley es de verdad, ni ella misma desea lo que toda su vida ha pensado.
Scarlett pasa por un largo y tortuoso camino durante toda la película y durante todo ese tiempo está ciega. Solo despierta al final, cuando es difícil deshacer los pedazos de tantos corazones deshechos.
La película tiene escenas inolvidables, momentos divertidos, dramáticos, desgarradoramente trágicos y diálogos memorables. Nadie puede olvidar a Scarlett cruzando el depósito de la estación cuando busca al doctor Meade, ni la mirada guasona de Rhett en las escaleras de los Doce Robles, ni el beso en el camino de Tara, ni el juramento de Scarlett... Es una historia complicada pero muy bien hilada, que, desde principio a fin se sucede por un camino irremediable.
El encantador Rhett (incomprensible que Gable no ganara el Oscar), es el contrapunto perfecto para ella. Siempre con la ironía a mano, pero enamorado hasta las trancas, aparece para tirar del carro cuando las fuerzas le flaquean a Scarlett, para bajarle los humos o divertirla, para salvarla del obstracismo cuando enviuda o para salvarla de Sherman. Durante los años que abarca la historia, es su sombra, demasiado consciente de que no puede tenerla y solo se marcha cuando piensa que no puede resistir más el dolor que le produce querer a una persona que no le quiere.
La tragedia de todo esto, es que en realidad Scarlett sí quiere a Rhett, y solo se da cuenta cuando ya no puede recuperarle. Ambos personajes, cuanto más inmersos se encuentran en su apasionada relación, se ven envueltos en una vorágine de autodestrucción y de sufrimiento en la que se van hundiendo cada vez más. Durante toda la película es evidente que Scarlett también está enamorada de Rhett para todos los espectadores pero no para ninguno de los personajes, salvo Melanie, que es el otro gran personaje de la historia.
Es la Scarlett buena y virtuosa que ella odia con todo su ser porque es consciente de que no es así, pero que no puede acabar sin reconocer que en realidad adoraba al final. Sin Melanie ya solo queda la parte egoísta y cruel de Scarlett. La dulce Melanie, como el pícaro Rhett, también siempre está ahí para salvar a Scarlett. Frágil, invisible, cuando el yanqui entra en Tara, cuando Ashley quiere dejarla.
Y al igual que con el de Rhett, este apoyo para Scarlett es despreciable, no es consciente de que son ellos los que la ayudan a salir adelante y de que nada es lo que parece. Ni Melanie es la tonta débil que ella cree, ni Rhett es el ambicioso que ella piensa, ni su amor por Ashley es de verdad, ni ella misma desea lo que toda su vida ha pensado.
Scarlett pasa por un largo y tortuoso camino durante toda la película y durante todo ese tiempo está ciega. Solo despierta al final, cuando es difícil deshacer los pedazos de tantos corazones deshechos.
La película tiene escenas inolvidables, momentos divertidos, dramáticos, desgarradoramente trágicos y diálogos memorables. Nadie puede olvidar a Scarlett cruzando el depósito de la estación cuando busca al doctor Meade, ni la mirada guasona de Rhett en las escaleras de los Doce Robles, ni el beso en el camino de Tara, ni el juramento de Scarlett... Es una historia complicada pero muy bien hilada, que, desde principio a fin se sucede por un camino irremediable.