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Críticas ordenadas por utilidad
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6
15 de septiembre de 2006
15 de septiembre de 2006
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres parejas de lo mas variopintas reunidas en una casa de campo durante todo un fin de semana es un punto de partida suficientemente estimulante para que un verdadero genio del diálogo de enredo confeccione una loquísima comedia que gira sobre los problemas derivados de las relaciones de parejas, amores platónicos nunca satisfechos y la fogosidad derivada del omnipresente deseo sexual de los personajes (siempre implícito, no pensemos mal).
Allen, sabedor de su dominio y buen hacer en un terreno que conoce a las mil maravillas, se olvida un poco de dar sentido a una obra un tanto caótica que saca la sonrisa del espectador en más de una ocasión pero que deja la sensación de ser algo ya visto y vivido.
No abandona por completo su componente satírico (sobretodo en el tratamiento de la figura del pragmático y pedante catedrático de universidad (José Ferrer), protagonista de los mejores monólogos del film) pero se nota cierto acomodamiento formal y su humor tiene gracia, como siempre, pero resulta más previsible y vulgar que en otras ocasiones.
Y dicho esto, no os llevéis a engaño, pues aun así no deja de ser una comedia ligera sin demasiadas pretensiones con la que pasar un rato muy agradable.
Allen, sabedor de su dominio y buen hacer en un terreno que conoce a las mil maravillas, se olvida un poco de dar sentido a una obra un tanto caótica que saca la sonrisa del espectador en más de una ocasión pero que deja la sensación de ser algo ya visto y vivido.
No abandona por completo su componente satírico (sobretodo en el tratamiento de la figura del pragmático y pedante catedrático de universidad (José Ferrer), protagonista de los mejores monólogos del film) pero se nota cierto acomodamiento formal y su humor tiene gracia, como siempre, pero resulta más previsible y vulgar que en otras ocasiones.
Y dicho esto, no os llevéis a engaño, pues aun así no deja de ser una comedia ligera sin demasiadas pretensiones con la que pasar un rato muy agradable.

7,5
4.872
7
29 de septiembre de 2006
29 de septiembre de 2006
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enmarcada dentro de su particular homenaje fílmico a los diez mandamientos, el célebre director polaco realiza con “No matarás” una de sus películas más notables e infravaloradas.
Narrada a través de diversos puntos de vista (asesino, víctima y verdugo), el film sirve como reflexión sobre la pena capital, así como critica duramente el aparato institucional que las dicta y que muchas veces actúa en contra de sus propias convicciones.
La película presenta una Polonia en ruinas, de calles vacías, sin asfaltar, habitada por gentes que se esconden en sus abrigos y observan con miradas huidizas y gesto serio lo que acontece en un país que no encuentra su identidad y deambula a la deriva.
La representación de una sociedad deprimente, alienante, insolidaria; perfecto caldo de cultivo de mentes desequilibradas que sólo buscan la satisfacción personal, se lleva a cabo mediante un meritorio trabajo de fotografía en la que imperan tonos apagados, oscuros, tristes, principalmente grises y ocres que ambientan convincentemente la locura de Varsovia.
Dividida en dos partes claramente diferenciadas, “No matarás” supone un intenso ejercicio para los sentidos del espectador, pues huye del discursismo para dejar a éste que saque sus propias conclusiones del sinsentido que se nos revela. Es por tanto una película incomoda, donde disfrutar de la misma se hace casi imposible, pero que a la vez resulta necesaria por su mensaje. No es entretenimiento, es interacción, crítica, comprensión.
Y todo esto contando de manera soberbia, con planos que nos pondrán los pelos de punta (el gato del inicio es un ejemplo), que se sirve de un excepcional trabajo de fotografía para expresar sentimientos mediante imágenes en vez de palabras y donde los actores son lo de menos pues el dramatismo no lo aportan ellos, sino las circunstancias en las que se mueven y donde no son más que simples marionetas condenadas a encontrarse.
El único pero es que ese alejamiento voluntario con los sentimientos de los personajes puede resultar contraproducente y conseguir alejarnos a nosotros mismos de lo que se nos está contando, con la pérdida de interés que esto conlleva.
Aun así, muy recomendable.
Narrada a través de diversos puntos de vista (asesino, víctima y verdugo), el film sirve como reflexión sobre la pena capital, así como critica duramente el aparato institucional que las dicta y que muchas veces actúa en contra de sus propias convicciones.
La película presenta una Polonia en ruinas, de calles vacías, sin asfaltar, habitada por gentes que se esconden en sus abrigos y observan con miradas huidizas y gesto serio lo que acontece en un país que no encuentra su identidad y deambula a la deriva.
La representación de una sociedad deprimente, alienante, insolidaria; perfecto caldo de cultivo de mentes desequilibradas que sólo buscan la satisfacción personal, se lleva a cabo mediante un meritorio trabajo de fotografía en la que imperan tonos apagados, oscuros, tristes, principalmente grises y ocres que ambientan convincentemente la locura de Varsovia.
Dividida en dos partes claramente diferenciadas, “No matarás” supone un intenso ejercicio para los sentidos del espectador, pues huye del discursismo para dejar a éste que saque sus propias conclusiones del sinsentido que se nos revela. Es por tanto una película incomoda, donde disfrutar de la misma se hace casi imposible, pero que a la vez resulta necesaria por su mensaje. No es entretenimiento, es interacción, crítica, comprensión.
Y todo esto contando de manera soberbia, con planos que nos pondrán los pelos de punta (el gato del inicio es un ejemplo), que se sirve de un excepcional trabajo de fotografía para expresar sentimientos mediante imágenes en vez de palabras y donde los actores son lo de menos pues el dramatismo no lo aportan ellos, sino las circunstancias en las que se mueven y donde no son más que simples marionetas condenadas a encontrarse.
El único pero es que ese alejamiento voluntario con los sentimientos de los personajes puede resultar contraproducente y conseguir alejarnos a nosotros mismos de lo que se nos está contando, con la pérdida de interés que esto conlleva.
Aun así, muy recomendable.

7,1
2.543
7
2 de octubre de 2006
2 de octubre de 2006
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Protagonizada por el camaleónico Anthony Quinn, “Los dientes del diablo” es un drama costumbrista que narra el modo de vida de una familia de esquimales así como la relación que mantienen con el temido y hasta entonces desconocido “hombre blanco”.
La película comienza con un tono casi de comedia consiguiéndonos arrancar alguna que otra sonrisa a través de la excentricidad del personaje de Quinn o mediante las para nosotros extrañas e incluso divertidas costumbres de los esquimales del Ártico.
Somos testigos de la rivalidad existente entre los hombres por conseguir mujer, la peculiar hospitalidad que muestran sus maridos con los invitados –a esto no se le podría llamar adulterio, no, no creo-, la importancia de la caza de focas, y en definitiva del modo de vida y tradiciones de este olvidado pueblo de gentes machistas e intransigentes para nuestros ojos pero de gran nobleza y tenacidad.
El film se vuelve mucho más serio a partir de la aparición del hombre blanco en la vida de nuestros protagonistas. Cazadores en busca de pieles de zorro se establecen cerca del iglú donde han decidido pasar el invierno y Quinn, deseoso de poseer un fusil con el que matar osos polares parece cosa de niños, pronto consigue las cien pieles necesarias para canjearlo y junto a su mujer y suegra parten hacia el campamento llenos de curiosidad y ambiciones. Lo que se encuentran allí choca con sus creencias y formas de entender la vida, cosa que les traerá más de un quebradero de cabezas, para ellos completamente inexplicables.
Es este un incisivo retrato de la vida del esquimal, sus costumbres y tradiciones, así como un estudio de como les afecta la irrupción del “hombre blanco” y las ideas hasta entonces desconocidos por ellos que estos traen consigo. Ideas tales como el “comercio”, “la ley” y “la religión”, descubrimientos de incalculable valor social para todos nosotros pero que parecen efímeros y casi ridículos en un paraje tan incivilizado y hostil como el Polo Norte.
Sigue en spoiler...
La película comienza con un tono casi de comedia consiguiéndonos arrancar alguna que otra sonrisa a través de la excentricidad del personaje de Quinn o mediante las para nosotros extrañas e incluso divertidas costumbres de los esquimales del Ártico.
Somos testigos de la rivalidad existente entre los hombres por conseguir mujer, la peculiar hospitalidad que muestran sus maridos con los invitados –a esto no se le podría llamar adulterio, no, no creo-, la importancia de la caza de focas, y en definitiva del modo de vida y tradiciones de este olvidado pueblo de gentes machistas e intransigentes para nuestros ojos pero de gran nobleza y tenacidad.
El film se vuelve mucho más serio a partir de la aparición del hombre blanco en la vida de nuestros protagonistas. Cazadores en busca de pieles de zorro se establecen cerca del iglú donde han decidido pasar el invierno y Quinn, deseoso de poseer un fusil con el que matar osos polares parece cosa de niños, pronto consigue las cien pieles necesarias para canjearlo y junto a su mujer y suegra parten hacia el campamento llenos de curiosidad y ambiciones. Lo que se encuentran allí choca con sus creencias y formas de entender la vida, cosa que les traerá más de un quebradero de cabezas, para ellos completamente inexplicables.
Es este un incisivo retrato de la vida del esquimal, sus costumbres y tradiciones, así como un estudio de como les afecta la irrupción del “hombre blanco” y las ideas hasta entonces desconocidos por ellos que estos traen consigo. Ideas tales como el “comercio”, “la ley” y “la religión”, descubrimientos de incalculable valor social para todos nosotros pero que parecen efímeros y casi ridículos en un paraje tan incivilizado y hostil como el Polo Norte.
Sigue en spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aventura heredera de los tratados clásicos del genero, la dirección del célebre Nicholas Ray es un derroche de precisión y buen gusto. De estilo clasista y efectivo, se ve beneficiada por un guión que si bien no llega al grado de genialidad de otras producciones de similar índole, cumple con creces su cometido y deja caer algún que otro mensaje subliminado con sutileza e ingenio.
Quinn borda su papel, y su joven esposa nativa lo complementa perfectamente.. La suegra, en cambio, por momentos parece un personaje algo plano, antipático cuando no debería de serlo, y no del todo necesario.
Aunque no sea una película sobresaliente en ninguno de sus apartados, la imponente presencia de Quinn, lo interesante y respetuoso de su argumento y la gran labor de Ray que consigue que el film funcione igual de bien tanto como relato documental al principio y como drama sociológico al final, hacen de “Los dientes del diablo” una película recomendable, altamente evasiva y de agradable recuerdo para el espectador.
Quinn borda su papel, y su joven esposa nativa lo complementa perfectamente.. La suegra, en cambio, por momentos parece un personaje algo plano, antipático cuando no debería de serlo, y no del todo necesario.
Aunque no sea una película sobresaliente en ninguno de sus apartados, la imponente presencia de Quinn, lo interesante y respetuoso de su argumento y la gran labor de Ray que consigue que el film funcione igual de bien tanto como relato documental al principio y como drama sociológico al final, hacen de “Los dientes del diablo” una película recomendable, altamente evasiva y de agradable recuerdo para el espectador.
2 de octubre de 2006
2 de octubre de 2006
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intriga policíaca ambientada en un futuro cercano en el que la Tierra sufre una superpoblación insostenible y la gente muere de hambre a diario. Los recursos naturales se han agotado desde hace tiempo y el gobierno protege las granjas de alimentos como si de fortalezas se tratasen no dejando salir a nadie de las ciudades.
Charlton Heston interpreta a un policía de dudosa moralidad que investiga la muerte de un alto ejecutivo de la empresa Soylek, encargada de proporcionar prácticamente la totalidad de los alimentos a la población y que desde hace unos meses comercializa un revolucionario producto extranutritivo supuestamente elaborado a partir de algas y plancton.
Algo huele raro en este asunto, y el bueno de Charlton esta dispuesto a llegar hasta final del meollo por más barreras que le pongan sus superiores y por más peligros que tenga que correr.
El entretenimiento esta asegurado una vez más con esta película de ciencia-ficción típica del Heston de los setenta.
Mas allá de un argumento bastante trillado el film posee algunos aciertos dignos de mención tales como el intento de dotar a los personajes principales de profundidad y hacerlos menos planos a través de diálogos y situaciones en las que se dejen entrever sus respectivos pasados (de especial interés el del viejo ayudante de Heston), así como una dirección solvente que sabe mantener el ritmo del film en todo momento, que saca el máximo provecho a los decorados y centenares de extras contratados para la ocasión y que filma un clímax realmente espectacular teniendo en cuenta el presupuesto tan bajo con el que contaba el film.
También cabe destacar la convincente recreación de una Nueva York desquiciada y al borde del colapso en donde la brutalidad de la gente en su empeño por sobrevivir y la aparente tranquilidad y falta de escrúpulos de sus dirigentes políticos, que solo buscan el beneficio propio, hacen aun más desesperante si cabe la precaria situación de la ciudad.
En su contra decir que como en muchas otras películas de similar índole, el guión deja demasiado cabos sueltos de los que el espectador más avezado –o exigente- se dará cuenta sin ningún tipo de duda y otros aspectos argumentales que precisan de una explicación más convincente que no resulte del todo inverosímil. Aparte de que la historieta con la chica esta muy cogida por los pelos y me hace pensar que sólo esta metida para justificar las escenas de cama y el lucimiento una vez más de las artes con las mujeres del machote de Heston.
En resumidas cuentas, “Cuando el destino nos alcance” es un buen policiaco de ciencia-ficción, disfrutable y entretenido en todo momento pero al que un guión algo mediocre y alguna que otra escena de más empañan el meritorio trabajo del director y lo curioso de su trama.
Charlton Heston interpreta a un policía de dudosa moralidad que investiga la muerte de un alto ejecutivo de la empresa Soylek, encargada de proporcionar prácticamente la totalidad de los alimentos a la población y que desde hace unos meses comercializa un revolucionario producto extranutritivo supuestamente elaborado a partir de algas y plancton.
Algo huele raro en este asunto, y el bueno de Charlton esta dispuesto a llegar hasta final del meollo por más barreras que le pongan sus superiores y por más peligros que tenga que correr.
El entretenimiento esta asegurado una vez más con esta película de ciencia-ficción típica del Heston de los setenta.
Mas allá de un argumento bastante trillado el film posee algunos aciertos dignos de mención tales como el intento de dotar a los personajes principales de profundidad y hacerlos menos planos a través de diálogos y situaciones en las que se dejen entrever sus respectivos pasados (de especial interés el del viejo ayudante de Heston), así como una dirección solvente que sabe mantener el ritmo del film en todo momento, que saca el máximo provecho a los decorados y centenares de extras contratados para la ocasión y que filma un clímax realmente espectacular teniendo en cuenta el presupuesto tan bajo con el que contaba el film.
También cabe destacar la convincente recreación de una Nueva York desquiciada y al borde del colapso en donde la brutalidad de la gente en su empeño por sobrevivir y la aparente tranquilidad y falta de escrúpulos de sus dirigentes políticos, que solo buscan el beneficio propio, hacen aun más desesperante si cabe la precaria situación de la ciudad.
En su contra decir que como en muchas otras películas de similar índole, el guión deja demasiado cabos sueltos de los que el espectador más avezado –o exigente- se dará cuenta sin ningún tipo de duda y otros aspectos argumentales que precisan de una explicación más convincente que no resulte del todo inverosímil. Aparte de que la historieta con la chica esta muy cogida por los pelos y me hace pensar que sólo esta metida para justificar las escenas de cama y el lucimiento una vez más de las artes con las mujeres del machote de Heston.
En resumidas cuentas, “Cuando el destino nos alcance” es un buen policiaco de ciencia-ficción, disfrutable y entretenido en todo momento pero al que un guión algo mediocre y alguna que otra escena de más empañan el meritorio trabajo del director y lo curioso de su trama.
Cortometraje

7,7
22.529
8
16 de septiembre de 2006
16 de septiembre de 2006
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Viaje a la luna”, el más sobresaliente film-experimento de Méliès, es una creación llena de inventiva que a día de hoy sigue sorprendiendo por su desbordante imaginación en el aspecto visual y por sus efectos especiales, aspecto éste de un mérito tremendo por la evidente falta de medios técnicos con los que se contaba a principios del siglo XX y que se encuentran perfectamente integrados en esta primogénita adaptación de la novela de Julio Verne.
Además de por los avances técnicos que introdujo en el prácticamente virgen panorama cinematográfico de la época, pasará a la historia por suponer el pistoletazo de salida para uno de los géneros más puros y gozosos (y paradójicamente peor considerados) del séptimo arte: la ciencia-ficción.
Además de por los avances técnicos que introdujo en el prácticamente virgen panorama cinematográfico de la época, pasará a la historia por suponer el pistoletazo de salida para uno de los géneros más puros y gozosos (y paradójicamente peor considerados) del séptimo arte: la ciencia-ficción.
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