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Voto de William Munny:
7
7,1
2.512
Aventuras. Drama
Inuk (Anthony Quinn) se siente solo en su iglú, pues, no tiene a una mujer que le haga "reír"... pero la vida va a mostrarse generosa con él, y pronto llegarán dos guapas muchachas entre las que tendrá el privilegio de elegir. Las costumbres y los grandes valores de su cultura, van a quedar bellamente recreados.
2 de octubre de 2006
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Protagonizada por el camaleónico Anthony Quinn, “Los dientes del diablo” es un drama costumbrista que narra el modo de vida de una familia de esquimales así como la relación que mantienen con el temido y hasta entonces desconocido “hombre blanco”.
La película comienza con un tono casi de comedia consiguiéndonos arrancar alguna que otra sonrisa a través de la excentricidad del personaje de Quinn o mediante las para nosotros extrañas e incluso divertidas costumbres de los esquimales del Ártico.
Somos testigos de la rivalidad existente entre los hombres por conseguir mujer, la peculiar hospitalidad que muestran sus maridos con los invitados –a esto no se le podría llamar adulterio, no, no creo-, la importancia de la caza de focas, y en definitiva del modo de vida y tradiciones de este olvidado pueblo de gentes machistas e intransigentes para nuestros ojos pero de gran nobleza y tenacidad.
El film se vuelve mucho más serio a partir de la aparición del hombre blanco en la vida de nuestros protagonistas. Cazadores en busca de pieles de zorro se establecen cerca del iglú donde han decidido pasar el invierno y Quinn, deseoso de poseer un fusil con el que matar osos polares parece cosa de niños, pronto consigue las cien pieles necesarias para canjearlo y junto a su mujer y suegra parten hacia el campamento llenos de curiosidad y ambiciones. Lo que se encuentran allí choca con sus creencias y formas de entender la vida, cosa que les traerá más de un quebradero de cabezas, para ellos completamente inexplicables.
Es este un incisivo retrato de la vida del esquimal, sus costumbres y tradiciones, así como un estudio de como les afecta la irrupción del “hombre blanco” y las ideas hasta entonces desconocidos por ellos que estos traen consigo. Ideas tales como el “comercio”, “la ley” y “la religión”, descubrimientos de incalculable valor social para todos nosotros pero que parecen efímeros y casi ridículos en un paraje tan incivilizado y hostil como el Polo Norte.
Sigue en spoiler...
La película comienza con un tono casi de comedia consiguiéndonos arrancar alguna que otra sonrisa a través de la excentricidad del personaje de Quinn o mediante las para nosotros extrañas e incluso divertidas costumbres de los esquimales del Ártico.
Somos testigos de la rivalidad existente entre los hombres por conseguir mujer, la peculiar hospitalidad que muestran sus maridos con los invitados –a esto no se le podría llamar adulterio, no, no creo-, la importancia de la caza de focas, y en definitiva del modo de vida y tradiciones de este olvidado pueblo de gentes machistas e intransigentes para nuestros ojos pero de gran nobleza y tenacidad.
El film se vuelve mucho más serio a partir de la aparición del hombre blanco en la vida de nuestros protagonistas. Cazadores en busca de pieles de zorro se establecen cerca del iglú donde han decidido pasar el invierno y Quinn, deseoso de poseer un fusil con el que matar osos polares parece cosa de niños, pronto consigue las cien pieles necesarias para canjearlo y junto a su mujer y suegra parten hacia el campamento llenos de curiosidad y ambiciones. Lo que se encuentran allí choca con sus creencias y formas de entender la vida, cosa que les traerá más de un quebradero de cabezas, para ellos completamente inexplicables.
Es este un incisivo retrato de la vida del esquimal, sus costumbres y tradiciones, así como un estudio de como les afecta la irrupción del “hombre blanco” y las ideas hasta entonces desconocidos por ellos que estos traen consigo. Ideas tales como el “comercio”, “la ley” y “la religión”, descubrimientos de incalculable valor social para todos nosotros pero que parecen efímeros y casi ridículos en un paraje tan incivilizado y hostil como el Polo Norte.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aventura heredera de los tratados clásicos del genero, la dirección del célebre Nicholas Ray es un derroche de precisión y buen gusto. De estilo clasista y efectivo, se ve beneficiada por un guión que si bien no llega al grado de genialidad de otras producciones de similar índole, cumple con creces su cometido y deja caer algún que otro mensaje subliminado con sutileza e ingenio.
Quinn borda su papel, y su joven esposa nativa lo complementa perfectamente.. La suegra, en cambio, por momentos parece un personaje algo plano, antipático cuando no debería de serlo, y no del todo necesario.
Aunque no sea una película sobresaliente en ninguno de sus apartados, la imponente presencia de Quinn, lo interesante y respetuoso de su argumento y la gran labor de Ray que consigue que el film funcione igual de bien tanto como relato documental al principio y como drama sociológico al final, hacen de “Los dientes del diablo” una película recomendable, altamente evasiva y de agradable recuerdo para el espectador.
Quinn borda su papel, y su joven esposa nativa lo complementa perfectamente.. La suegra, en cambio, por momentos parece un personaje algo plano, antipático cuando no debería de serlo, y no del todo necesario.
Aunque no sea una película sobresaliente en ninguno de sus apartados, la imponente presencia de Quinn, lo interesante y respetuoso de su argumento y la gran labor de Ray que consigue que el film funcione igual de bien tanto como relato documental al principio y como drama sociológico al final, hacen de “Los dientes del diablo” una película recomendable, altamente evasiva y de agradable recuerdo para el espectador.