Luego de atacar Buenos Aires en "Starship Troopers" (Paul Verhoeven, 1997), los aliens se volvieron a acordar por segunda vez en la historia de sudamérica, haciendo pelota la ciudad donde Nacional y Peñarol se baten a duelo año tras año.

A mitad de los noventa, un yanqui descendiente de mexicanos sorprendió a todos con una película que con sólo U$S 7000 - un presupuesto infimo para un largometraje de acción - que rivalizaba con cualquiera de John Woo. "El Mariachi" le acercó a Robert Rodriguez la posibilidad de remakear la cinta con un mayor presupuesto y el apoyo de popes hollywoodenses, y lo llevó directo al mundo del mainstream.

Algo parecido le paso a este yorugua, Fede Álvarez, que con su corto de 300 dólares recibió propuestas para extenderlo a un largo, más el padrinazgo de Sam Raimi que lo puso al frente de la reinvención (¿destrucción?) de su clásico: "Evil Dead".

No obstante, a diferencia de la ópera prima de Rodriguez, este corto carece de ideas y, sobre todo, de argumento, resultando apenas una demostración de que cosas locas se pueden hacer con el Adobe After Effects y el Sony Vegas.

No se puede negar el laburo enorme que le puso el flaco, pero cuando no tenés que contratar actores, ni escribir un guión, y te basta con pasarte horas y horas con con la PC trabajando ad honorem porque el tiempo te sobra, pues no es sorprendente que el presupuesto se cuente en cientos y no en miles.

Apenas una curiosidad.

Un solitario hombrecito hecho de recorte de papel de diario busca la felicidad en su ciudad hecha de papeles de diario. A la mitad del corto ya me daban ganas de estar ahí para encender un fósforo y prender fuego toda la puta emotivita ciudad.

Otro cortometraje "noñanimation" pseudo intelectual buscador de emotividad como "More" (1998) o el Paperman del 2012 (copia de "Signs" del 2008).

LA FÓRMULA PARA HACER ESTAS "ÑOÑANIMATION", ES SIEMPRE LA MISMA, ANOTE:

1) Protagonista hombrecito solitario que se siente aislado en una gran urbe

2) Ni el protagonista ni ninguno de los otros personajes debe hablar en ningún momento del corto.

3) Pianito melancólico musicalizando

4) Llegando al final del corto, el hombrecito debe conocer a una mujercita y nacera el amor en esta ciudad gris y sin sentimientos.

5) FIN. A ganar premios en festivales.

P.D.: Por el sentimiento tan fuerte de repulsión que me produjo el hombrecito de papel, sospecho que estaba hecho con recortes de Página/12

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Vanishing Point ("Punto límite: Cero") es uno de los grandes clásicos de culto de los años 70, y una de las road-movies más significativas que se hayan hecho. Junto a "Dirty Mary, Crazy Larry" conformaban las dos publicidades más grandes de Dodge en fílmico. Una combinación infrecuente de cine arte y gasolina de alto octanaje. Y tenía una rubia motociclista nudista.

Unos trasnochados no pudieron con su genio y casi treinta años después se mandaron esta remake hecha para televisión, y se cagaron en todo lo que hacía aquella peli tan especial. Una de las razones que hacían a la original tan atrapante e interesante, era la ambiguedad en las motivaciones del héroe. ¿Que cornos era lo que impulsaba al solitario Kowalski en su bohemia carrera rebelde contra nadie? Nunca quedaba en claro. Una apuesta, romper las barreras, desafiar la opresión estatal, o tal vez, simplemente, la velocidad. Correr, volar, la velocidad. La mística, la incognita.

El nuevo Kowalski tiene la cara de un Viggo Mortensen ("Guido", diría el Bambino) previo a su fama Tolkeniana; increíblemente duro y madera para actuar, verlo en esta cinta da pena. Y ahora lleva a su Dodge Challenger a todo gas hasta Frisco por una razón comprensible y terrenal: su esposa está allí en grave estado tras problemas con el parto. Además de ser ahora un hombre de familia, Kowalski es amariconado poniéndole un nombre de pila: "Jimmy". ¿Jimmy? ¡Jimmy!

Con flashbacks ridículos sobre la vida personal del personaje, sobre-explicaciones aburridas y estética de telefilm pedorro, ni las persecuciones salvan a esta. Y no tiene ninguna chica motociclista nudista.

¿Qué, no era así la frase? ¿Me confundí? No importa, si al fin y al cabo, la mega-archi-super persecución automovilística del inicio es tan exagerada, ridícula y desmesurada, que parece sacada de un dibujito animado de Hanna-Barbera (cuando empieza a andar con su camioneta por los techos de veinticinco mil otros vehículos, si le ponían a Bruce al lado al Oso Miedoso, era un momento digno de Los Autos Locos).

--- DURANTE LA PLANIFICACIÓN DE LA TERCERA ENTREGA:

PRODUCTORES: "John McTiernan, la segunda fue una cagada ¡Te contratamos de nuevo, hacé la tercera!"

MCTIERNAN: "¡Genial! Voy a volver a poner el énfasis en el ingenio y la astucia del personaje, y en el contraste entre su padecimento y su humor. ¡Eso era la columna vertebral de mi primer éxito"

--- DURANTE LA PLANIFICACIÓN DE LA QUINTA ENTREGA:

PRODUCTORES: "La tercera estuvo buenísima, pero en la cuarta la volvimos a cagar cambiando al director, y resultó una mierda. ¿Qué hacemos? ¿Volvemos a contratar a McTiernan, o seguimos con otros? ¡John Moore, te contratamos! ¡No nos gusta aprender de nuestros errores!"

JOHN MOORE: "¡Genial! Voy a poner el énfasis en las escenas de acción y en romper la mayor cantidad de autos y vidrios posibles ¡Esa es la columna vertebral de esta saga! Lo que sí, prometo hacerlas un triquillón de veces más espectaculares y desmesuradas, y con cámara en hombro produce-vómitos, onda Soldado Ryan. ¿Algún otro requisito?

PRODUCTORES: "Uno sólo. Por cábala, estás obligado por contrato a respetar lo que nosotros llamamos: "FÓRMULA ARGUMENTAL DE LA REDENCIÓN DE LAS MALAS RELACIONES FAMILIARES".
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FÓRMULA ARGUMENTAL DE LA REDENCIÓN DEL MALAS RELACIONES FAMILIARES (TM):

DIE HARD 1: La esposa no quiere saber nada con él y se hace llamar por el apellido de soltera; al final aprende a apreciar a John y se vuelve a llamar Holly McClane.

DIE HARD 2: Simil tira y a afloja con la jermu, aunque ya están en mejores términos. Al final, otra vez, John es más querido por su esposa

DIE HARD 3: No hay familiar, pero igual hacemos algo parecido. Negro racista odia a McClane porque es blanco. Al final de la peli, aprende a apreciar a McClane, y de yapa a los blancos

DIE HARD 4: La hija no quiere saber nada con él, le dice al novio que su padre murió, y se hace llamar por el apellido de la madre. A su vez, como un espejo, es John el que no se banca al pretendiente de la nena. Al final... Sí, adivinaste: Papito, como te quiero y te adoro, y John aprende a apreciar a su yerno. Una vez más, la re-adopción del apellido actua como efecto dramático para marcarle al espectador que la nena ya lo quiere de nuevo.

DIE HARD 5: Que raro, el hijo tampoco lo puede ver al padre. No se cambia el apellido, pero ahora ese recurso es reemplazado por llamar por su primer nombre a papá. Al final... "Papá". Y el espectador piensa: "Ah, quiere decir que ahora si lo volvió a querer... ¡Entendí la película!"

PROYECCIÓN: Die Hard 6 tratará del perro de la familia McClane-Gennaro, que se cambia el nombre que le puso John, "Colita", por "Manchita". Le echará en cara durante toda la película que no lo sacaba a pasear por las mañanas porque estaba muy ocupado en su trabajo, y qué nunca le tiraba ni una mísera ramita para que fuera a recoger. Al final de la película, habiendo amo y perro sobrevivido a un millón de tiroteos y cuatrocientos automóviles destruidos, se hará llamar "Colita" otra vez y le volverá a mover la cola cuando llega a casa.

PD: Qué buena que está la que hace de rusita. Jungla no tengo, pero en mi árbol tengo una linda banana que le daría con gusto.

Estas palabras me las dijo, susurrantes, mi sobrinito de cinco años que estaba sentado en la butaca a mi lado, cuando la película todavía ni había llegado a la mitad.

Pobre ángel: si yo me estaba recontra re cagando de aburrimiento, me imagino él.

CREO QUE ES LA PELÍCULA SOBRE UN CUENTO INFANTIL MAS DENSA, SOPORÍFERA Y TEDIOSA QUE HE VISTO NUNCA.

Julia Roberts por suerte se toma con ganas su papel y con algunas de sus salidas alivia la tortura que es ver esta película en el cine.

Y ya estoy hasta las tetas de esta nueva moda de las princesas de cuentos que se transforman en espadachines guerreras, moda inventada en la adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton, donde Alicia parecía un guerrero de Tolkien.