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7,0
57.836
6
19 de agosto de 2018
19 de agosto de 2018
Sé el primero en valorar esta crítica
Esta va a ser una crítica muy breve.
La película es interesante, aunque previsible por su contexto histórico y las pistas de guión sobre los protagonistas.
Está muy bien hecha, buenísima puesta en escena con momentos de acción trepidantes. Por contra cabe destacar que el film no te deja descansar, como suele ser habitual en Nolan, hay muy pocos, por no decir ningún momento de pausa.
Los personajes no están muy definidos, aunque esto es lo de menos al tratarse de una película coral, y es permisible.
Lo que es inadmisible es lo de este director con sus BSO, no sabe sabe hacer una película sin que el 90% del metraje tenga música. Está muy bien que en los momentos de tensión se acompañen de acordes que complementen la acción, pero si por el "tito Nolan" fuera, pondría música hasta al sonido de las bombas o los actores cantarían... Es demasiado pesado con este asunto y se le tilda de ser uno de los mejores directores de la actualidad, pero lo que hace es hacer películas fáciles acompañadas de una buena banda sonora.
¿Nadie más que yo se lo ha planteado alguna vez?
Aún así, hay que verla, te hace pasar un mal/buen rato, y no te deja indiferente.
La película es interesante, aunque previsible por su contexto histórico y las pistas de guión sobre los protagonistas.
Está muy bien hecha, buenísima puesta en escena con momentos de acción trepidantes. Por contra cabe destacar que el film no te deja descansar, como suele ser habitual en Nolan, hay muy pocos, por no decir ningún momento de pausa.
Los personajes no están muy definidos, aunque esto es lo de menos al tratarse de una película coral, y es permisible.
Lo que es inadmisible es lo de este director con sus BSO, no sabe sabe hacer una película sin que el 90% del metraje tenga música. Está muy bien que en los momentos de tensión se acompañen de acordes que complementen la acción, pero si por el "tito Nolan" fuera, pondría música hasta al sonido de las bombas o los actores cantarían... Es demasiado pesado con este asunto y se le tilda de ser uno de los mejores directores de la actualidad, pero lo que hace es hacer películas fáciles acompañadas de una buena banda sonora.
¿Nadie más que yo se lo ha planteado alguna vez?
Aún así, hay que verla, te hace pasar un mal/buen rato, y no te deja indiferente.
14 de abril de 2008
14 de abril de 2008
24 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lamento profundamente que esta película esté tan sobrevalorada en las anteriores críticas. Sobre todo me ha sorprendido una en la que dice que está hecha sobre un gran guión. Discrepo totalmente de este usuario y para ello me limito a estas preguntas ¿Quién es el protagonista Sbaraglia o Fernán-Gomez?Si eres capaz de discernirlo,¿cual es el objetivo del personaje? ¿Encontrar al personaje misterioso del que habla Fernán-Gomez? ¿Quién en su sano juicio cree a un anciano con Alzheimer al que no ha visto en un montón de años? Por favor señor Antonio Hernández, no ofenda a la inteligencia del espectador y no construya una película sobre semejante trama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por otra parte las subtramas no se cierran, ¿qué ocurre con la empresa? ¿Qué ocurre con la relación Sbaraglia-Ana Fernández? Si se supone que él quiere a su novia y no quiere saber nada de su cuñada ¿cómo es posible que estén todos juntos en el entierro y se vayan todos juntos? Lo mismo ocurre con el triángulo de la niñera y el matrimonio Adriana Ozores-Roberto Álvarez.
Por no hablar de la puesta en escena y tal como afirma otro usuario, la poca credibilidad de los escenarios, y esa cámara que va de una lado a otro como si estuviera flotando. Por favor señor Hernández: director al servicio del cine, no cine al servicio del director.
Por no hablar de la música, mezcla de American Beauty y Grandes Esperanzas, una banda sonora que no empatiza ni un sólo momento con la historia que se narra. Bueno a no ser que el director haya querido utilizar el recurso de la música anempática. La película tiene momentos que me provocan verdadera rabia, y al hilo de la música comentaré una en la que Ana Fernández ha de entregar un fax con información importante a Sbaraglia, y suena esa música tan maravillosa para reforzar la situación dramática, y Sbaraglia le pide que no le entregue el fax delante de su madre, para posteriormente, al segundo, enseñarle dicho fax a "la Chaplin", de vergüenza ajena.
Y para finalizar lo que mas fastidia de esta película es el inicio: copia(unos dirán que homenaje) de Ciudadano Kane. Construir su historia sobre un plagio....vergonzoso
Por no hablar de la puesta en escena y tal como afirma otro usuario, la poca credibilidad de los escenarios, y esa cámara que va de una lado a otro como si estuviera flotando. Por favor señor Hernández: director al servicio del cine, no cine al servicio del director.
Por no hablar de la música, mezcla de American Beauty y Grandes Esperanzas, una banda sonora que no empatiza ni un sólo momento con la historia que se narra. Bueno a no ser que el director haya querido utilizar el recurso de la música anempática. La película tiene momentos que me provocan verdadera rabia, y al hilo de la música comentaré una en la que Ana Fernández ha de entregar un fax con información importante a Sbaraglia, y suena esa música tan maravillosa para reforzar la situación dramática, y Sbaraglia le pide que no le entregue el fax delante de su madre, para posteriormente, al segundo, enseñarle dicho fax a "la Chaplin", de vergüenza ajena.
Y para finalizar lo que mas fastidia de esta película es el inicio: copia(unos dirán que homenaje) de Ciudadano Kane. Construir su historia sobre un plagio....vergonzoso

7,2
114.765
8
1 de marzo de 2008
1 de marzo de 2008
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica cinta que muestra la decadencia de una zona de los EE.UU. Los personajes son atrapados por el país que menciona el título y no pueden salir de él. Violencia, muerte y tristeza se entrecruzan en el film, atrapando al espectador desde el primer momento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Desde el primer fotograma, el poder visual de esta cinta atrapa al espectador y lo mantiene atado a su butaca. Grandes planos generales para mostrarnos la tierra, el país del que habla el título, que oprime a los protagonistas y no los deja huir, están ligados a esa tierra y no pueden escapar de ella.
El protagonista, Llewelyn Moss, interpretado magistralmente por Josh Brolin, está construido como la figura del cazador cazado. Se encuentra con un “tesoro” por casualidad, y demuestra pocos escrúpulos al huir con el dinero sin ayudar a un moribundo, por ello el espectador no termina nunca de empatizar con él, a pesar de su gesto de compasión al tratar de llevarle agua cuando la conciencia no le deja dormir. Este gesto lo convierte en un “bobo”, y por ello el público no muestra nunca gran empatía por el personaje; pero los magníficos guionistas Coen, crean una figura femenina, su mujer, a la que da vida Kelly McDonald, que le da una dimensión más humana y hace que en el fondo nos compadezcamos de Llewelyn y no queramos que sea atrapado.
Su cazador y antagonista, Anton Chigurh, al que da vida el oscarizado Javier Bardem, se obsesiona con él, hasta el punto de convertir el encargo de su asesinato en algo personal. Chigurh está construido como un asesino frío y sin escrúpulos, pero esta obsesión por dar caza al protagonista, le da otra dimensión y enriquece su personaje de tal forma que ha llevado al Oscar a Bardem.
Si hay que poner un pero a la película sería el papel del sheriff interpretado por Tommy Lee Jones, el cual tiene una relevancia mucho mayor en la novela de Cormac McCarthy en la que está basado el film. Trata de actuar como catalizador, pero nunca llega a estar realmente dentro de la trama, ni al espectador le importa lo que le ocurra ni lo que haga.
“No es país para viejos”, no es la historia de Llewelyn Moss, ni la de Chigurh, es la historia de una región del sur de los Estados Unidos, una tierra inhóspita en la que todo es violencia, muerte y desesperación.
Tratada visualmente de una forma magistral por los geniales hermanos Coen, que otorgan tanta importancia al espacio dentro de campo, como al fuera de campo (véase que los asesinatos más importantes no son mostrados) La película mantiene un ritmo que inquieta al espectador hasta el punto de cabrearle, ya que intercala momentos de máxima tensión, con momentos demasiado calmados y sobrios, como son los que interpreta Tommy Lee Jones.
Sin duda una película digna de estar en la videoteca de cualquier aficionado al cine.
El protagonista, Llewelyn Moss, interpretado magistralmente por Josh Brolin, está construido como la figura del cazador cazado. Se encuentra con un “tesoro” por casualidad, y demuestra pocos escrúpulos al huir con el dinero sin ayudar a un moribundo, por ello el espectador no termina nunca de empatizar con él, a pesar de su gesto de compasión al tratar de llevarle agua cuando la conciencia no le deja dormir. Este gesto lo convierte en un “bobo”, y por ello el público no muestra nunca gran empatía por el personaje; pero los magníficos guionistas Coen, crean una figura femenina, su mujer, a la que da vida Kelly McDonald, que le da una dimensión más humana y hace que en el fondo nos compadezcamos de Llewelyn y no queramos que sea atrapado.
Su cazador y antagonista, Anton Chigurh, al que da vida el oscarizado Javier Bardem, se obsesiona con él, hasta el punto de convertir el encargo de su asesinato en algo personal. Chigurh está construido como un asesino frío y sin escrúpulos, pero esta obsesión por dar caza al protagonista, le da otra dimensión y enriquece su personaje de tal forma que ha llevado al Oscar a Bardem.
Si hay que poner un pero a la película sería el papel del sheriff interpretado por Tommy Lee Jones, el cual tiene una relevancia mucho mayor en la novela de Cormac McCarthy en la que está basado el film. Trata de actuar como catalizador, pero nunca llega a estar realmente dentro de la trama, ni al espectador le importa lo que le ocurra ni lo que haga.
“No es país para viejos”, no es la historia de Llewelyn Moss, ni la de Chigurh, es la historia de una región del sur de los Estados Unidos, una tierra inhóspita en la que todo es violencia, muerte y desesperación.
Tratada visualmente de una forma magistral por los geniales hermanos Coen, que otorgan tanta importancia al espacio dentro de campo, como al fuera de campo (véase que los asesinatos más importantes no son mostrados) La película mantiene un ritmo que inquieta al espectador hasta el punto de cabrearle, ya que intercala momentos de máxima tensión, con momentos demasiado calmados y sobrios, como son los que interpreta Tommy Lee Jones.
Sin duda una película digna de estar en la videoteca de cualquier aficionado al cine.
5
18 de abril de 2011
18 de abril de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película no está mal, y se podrían rellenar páginas y páginas de crítica bien argumentada; pero...haceos esta pregunta:
¿SI TUVIERÁIS LA PACIENCIA SUFICIENTE PARA CERRAR LOS OJOS Y ESCUCHAR LOS 90 MINUTOS DE PELÍCULA...HABRÍA MUCHA DIFERENCIA A VERLA?
Yo creo que no, por eso pienso que podría ser una radionovela de un sólo capítulo ¿eso existe o tiene otro nombre?
El cine es IMAGEN
¿SI TUVIERÁIS LA PACIENCIA SUFICIENTE PARA CERRAR LOS OJOS Y ESCUCHAR LOS 90 MINUTOS DE PELÍCULA...HABRÍA MUCHA DIFERENCIA A VERLA?
Yo creo que no, por eso pienso que podría ser una radionovela de un sólo capítulo ¿eso existe o tiene otro nombre?
El cine es IMAGEN
5
1 de diciembre de 2010
1 de diciembre de 2010
8 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El secreto de sus ojos o cómo un mal guión puede convertirse en película. Bien es cierto que tiene todos los requisitos para ser una película de éxito, actores y director consagrados, emotiva banda sonora, guión relativamente original, etc. Pero dicen que los abusos nunca son buenos, y en esta película se abusa de oficio, del oficio del cineasta curtido en mil batallas.
Campanella nos propone uno de sus melodramas, y lo envuelve de una gran técnica cinematográfica para convencer al público y a los miembros de la academia que ha hecho una buena película.
Pero siguiendo la máxima tan manida que dice que no se puede hacer una buena película sin un buen guión, esta cinta debería haber sido guardada en un cajón, sino antes de su estreno, posiblemente después.
Un guión lleno de trampas, trucos, artificios o como cada uno quiera llamarlo, no es suficiente para llevar a buen puerto una película.
Unos personajes estereotipados, con relaciones mal construidas y por consiguiente poco creíbles, sin ir más lejos la historia de amor de los protagonistas. Defecto este al que contribuye la más que discutible interpretación de los actores que les dan vida. Aún así hay que alabar la correcta aportación de algunos de los secundarios, como Guillermo Francella
Cuando un guión es malo se trata de recubrir con elementos tales como la participación de grandes estrellas como Ricardo Darín. Se trata de recubrir con una música tan empática que te llega al corazón, que te hace sentir la pasión de la que se habla en la película. Se recubre con planos imposibles como el memorable “plano secuencia” del estadio. Sí, entre comillas porque aunque sea todo un prodigio de la técnica, no llega a ser una escena con un solo plano rodado en continuidad.
Y se rellena con infinidad de clichés de la jerga del país en la que está ambientado, para llegar a más público.
El “plano secuencia” y la correcta puesta en escena, así como el carisma de Darín, y la aportación de Francella hacen que la película se deje ver. Pero dista mucho de ser la gran obra maestra a la que ha sido encumbrada por muchos.
Mención aparte merece el final; si bien no es previsible en su resolución, sí lo es en su expectación, como en las malas películas de miedo donde el asesino tiene que morir dos veces (o tres) para quedarte tranquilo.
El gran maestro Alfred Hitchcock nos dejó un legado impagable, y entre sus muchas máximas destacaría una: “Todo lo que se dice y no se muestra se pierde para el espectador”
Bien, en esta película se nos muestran muchas cosas, es muy visual sí. Pero de El secreto de sus ojos, me quedo con que me han mostrado un pene innecesario y me han robado un beso absolutamente necesario. Y eso no se lo perdonaré nunca al señor
Campanella nos propone uno de sus melodramas, y lo envuelve de una gran técnica cinematográfica para convencer al público y a los miembros de la academia que ha hecho una buena película.
Pero siguiendo la máxima tan manida que dice que no se puede hacer una buena película sin un buen guión, esta cinta debería haber sido guardada en un cajón, sino antes de su estreno, posiblemente después.
Un guión lleno de trampas, trucos, artificios o como cada uno quiera llamarlo, no es suficiente para llevar a buen puerto una película.
Unos personajes estereotipados, con relaciones mal construidas y por consiguiente poco creíbles, sin ir más lejos la historia de amor de los protagonistas. Defecto este al que contribuye la más que discutible interpretación de los actores que les dan vida. Aún así hay que alabar la correcta aportación de algunos de los secundarios, como Guillermo Francella
Cuando un guión es malo se trata de recubrir con elementos tales como la participación de grandes estrellas como Ricardo Darín. Se trata de recubrir con una música tan empática que te llega al corazón, que te hace sentir la pasión de la que se habla en la película. Se recubre con planos imposibles como el memorable “plano secuencia” del estadio. Sí, entre comillas porque aunque sea todo un prodigio de la técnica, no llega a ser una escena con un solo plano rodado en continuidad.
Y se rellena con infinidad de clichés de la jerga del país en la que está ambientado, para llegar a más público.
El “plano secuencia” y la correcta puesta en escena, así como el carisma de Darín, y la aportación de Francella hacen que la película se deje ver. Pero dista mucho de ser la gran obra maestra a la que ha sido encumbrada por muchos.
Mención aparte merece el final; si bien no es previsible en su resolución, sí lo es en su expectación, como en las malas películas de miedo donde el asesino tiene que morir dos veces (o tres) para quedarte tranquilo.
El gran maestro Alfred Hitchcock nos dejó un legado impagable, y entre sus muchas máximas destacaría una: “Todo lo que se dice y no se muestra se pierde para el espectador”
Bien, en esta película se nos muestran muchas cosas, es muy visual sí. Pero de El secreto de sus ojos, me quedo con que me han mostrado un pene innecesario y me han robado un beso absolutamente necesario. Y eso no se lo perdonaré nunca al señor
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