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Críticas de Demetrio Rudin
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Críticas 100
Críticas ordenadas por utilidad
4
19 de marzo de 2006
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Londres. Una fría medianoche invernal. Sin un solo taxi libre en el West End, Kate (Franka Potente) enfila hacia el metro. Con un puntillo de alegría etílica, espera en un banco del andén, pero acaba quedándose dormida... para despertarse y darse cuenta que todo el mundo ha desaparecido. Presa del pánico, intenta salir de la estación, pero todas las salidas están cerradas. De pronto, un tren llega a la estación y ella se monta en él algo inquieta, ya que el vagón está completamente va-cío. Su alivio ante lo que parece su regreso seguro a casa se transforma en de nuevo en alarma cuando el convoy se detiene en mitad del túnel y su vagón queda a oscuras. Kate está a punto de enfrentarse a una serie de sucesos terroríficos que pondrán a prueba su resistencia y su cordura hasta el límite. Y es que Kate no está sola en aquel laberinto de húmedos corredores y recovecos oscuros. En la penumbra acecha un horror inimaginable... algo que mora en un laboratorio secreto... y que no está dispuesto a dejar escapar a Kate.

Atractiva historia para un film que deja su atractivo muy atrás. Rodada a finales de 2003 como una producción del reconvertido terror alemán, la película nos sumerge en la oscuridad de las desapacibles vías del subsuelo londinense. No podemos decir que el guión no sea sólido, el problema reside en que el peso básico de la trama recae sobre un único personaje, eje vital de tensión, el monstruo, un ser desconocido, que incluso acaba por empatizar con el público una vez conocida su verdadera identidad. Como es de suponer la primera parte de la cinta, hasta que se nos revela la forma del personajillo de turno, nos deja buenos momentos de una lograda sensación de miedo e inseguridad. Pero a partir de dicho instante la obra pierde completamente la razón, vísceras y mucha sangre es lo que se nos ofrece hasta el alabado final.

El título no luce una estética deslumbrante, Christopher Smith dirige con sencillez y simplicidad, algunos recorridos a lo largo de los extensos trenes del metro de Londres pueden resultar meritorios, pero poco más, mucho encuadre orientado al susto fácil y un uso poco efectivo de luces. Los intérpretes valen más bien poco, en este tipo de largometrajes el reparto nunca sobresale y este no iba a ser la excepción. Franka Potente es la inocente victima, mucho griterío, pero poca capacidad interpretativa. El resto de actores/actrices se limitan a caer uno tras otro… La música otro tópico del cine bizarro de esta casta, composiciones enfocadas al shock del espectador, ¿taquicardia o calidad?

Creep es un flojo film que recuerda (intenta recordar) a una magnífica versión de los 70 llamada Death Line. Recomendable para aquellos que busquen pasar un “mal” rato sin más.
Demetrio Rudin
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3
7 de abril de 2006
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Año 2055, en el centro de un Chicago modernizado pero todavía reconocible. Los avances tecnológicos permiten ahora viajar en el tiempo y, para los multimillonarios contratar safaris a la Prehistoria para cazar dinosaurios. Sólo hay tres reglas fundamentales que no conviene saltarse: no dejarse nada olvidado en el pasado; no traerse nada de allí; y sobre todo, no cambiar nada del pasado.

Pobre historia basada en un relato de Ray Bradbury para una película, aún si cabe más austera y deleznable. Film que resulta ser un ejemplo clarísimo de producción fallida y realizada sin esmero en busca de beneficios rápidos y suculentos. La trama nos introduce en un mundo futurista tan descabezado como mal retratado, debido especialmente a un pésimo montaje. De la tensión de esta obra mejor ni hablar, la cinta da tumbos constantes, entrelazando partes completamente exentas de sentido. Incoherente principio… incoherente final… pésimo resultado.

La estética asusta, el fatal montaje al que ya me referí antes, nos presenta unos decorados irreales, para que engañar… nos presenta unos decorados cutres a más no poder. El director tampoco hace mucho para remediar la catástrofe, se limita a dirigir sencillo, sin alardes; movimientos de cámara un tanto forzados junto con un entresijo de efectos digitales que llegan a dar risa. Más que personajes, en este título, lo que hay son adornos de plástico. Sin brillo y con una interpretación que echa por los suelos su escaso prestigio, Edward Burns se mete en el papel de un héroe aparentemente desinteresado, hasta que una atractiva fémina (Howard Baldwin) le hace destapar su interés por las posibles consecuencias del arriesgado proyecto de viajar en el tiempo.

Largometraje con hedores a otras producciones tipo Future Sport, pero que resulta ser un completo desaguisado de secuencias alocadas y poco trabajadas. ¿De verdad que Peter Hyams sabe lo qué dirige? No vale la pena perder el dinero ni el tiempo en ver esta desdicha del género de sci-fi.
Demetrio Rudin
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9
12 de febrero de 2006
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios del siglo XXI, la Tyrrell Corporation creó unos robots virtualmente idénticos a los humanos, a los que bautizaron con el nombre de "replicantes". Los replicantes Nexus 6 eran más fuertes y ágiles que los humanos, y tan inteligentes como ellos, eran usados como esclavos en misiones de exploración y reconocimiento de otros planetas. Tras un motín durante una colonización, los replicantes fueron declarados ilegales en la Tierra. Para hacer cumplir la orden, se creó una brigada policial especial, las unidades de Blade Runner.

Blade Runner es sin lugar a dudas una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos. La historia adaptada a partir de una novela de Philip K. Dirk, nos sumerge en un futuro apocalíptico, en el que la tierra ha pasado a ser un reducto de personas imposibilitadas a huir a otros lugares de la galaxia, este reducto estará controlado por la expansión de la economía asiática. El film transcurre en la caótica ciudad de los Ángeles entorno al personaje de Harrison Ford, un exblade Runner que se ve obligado a volver a su antigua profesión, a pesar de no soportar los recuerdos de su turbio pasado. Por otra parte, uno de los mayores aciertos de toda la obra es que la historia deja numerosas reflexiones morales sobre el avance tecnológico, planteando la duda de hasta donde es capaz de llegar el ser humano.

Visualmente este título resulta impactante. Ridley Scot lleva a cabo un impoluto rodaje, lleno de originalidad en el manejo de la cámara. Los efectos especiales de Syd Mead unidos a la maravillosa fotografía de Jordan Cronenweth, con un sabio uso de fuertes lluvias y una iluminación escasa, consiguen generar un ambiente de sordidez e inseguridad que atrapa al espectador desde los comienzos de la cinta. Dentro del reparto destaca el conocido Harrison Ford y el siempre aplicado Rutger Hauer. La banda sonora, dirigida por Vangelis, combina temas electrónicos que se ajustan muy bien al tono de la película. En definitiva, Blade Runner es un estupendo film, recomendable para todo aquel que quiera disfrutar de un rato de cine en estado puro.

“He visto cosas que vosotros no creeríais. He atravesado, en el glaciar d'Argentiére, grietas que engullirían entero el pabellón central de La Fe. He visto arder el firmamento y a la aurora boreal brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia”
Demetrio Rudin
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5
3 de junio de 2006
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El catedrático y afamado simbologista Robert Langdon se ve obligado a acudir una noche al Museo del Louvre, cuando el asesinato de un conservador deja tras de sí un misterioso rastro de símbolos y pistas. Con su propia vida en juego, Langdon, ayudado por la criptógrafa de la policía Sophie Neveu, descubre una serie de asombrosos secretos ocultos.

En primer lugar y antes de comenzar la crítica de la película tendré que aclarar que no he leído el código DaVinci y por tanto no puedo establecer ninguna comparación entre la obra de Dan Brown y el film de Ron Howard. El argumento del filme por lo que he podido oír no guarda numerosas similitudes con la novela, hecho que puede molestar y disgustar a todo aquel fan de la novela Browniana; personalmente no me disgusta el que una adaptación cinematográfica pueda explotar o cambiar la trama de su original para hacerla más accesible al gran público. En el aspecto meramente temporal, la cinta condensa un relato de cerca del medio millar de folios en apenas dos horas y cuarto de metraje, tiempo excesivo para muchos, pero que no resulta tal teniendo en cuenta la complejidad del libro a adaptar. La trama es rápida, abusando eso si, del tan recurrido efectivismo hollywoodense y de un desarrollo tanto trampeado; es decir, la película no se desarrolla de forma fluida, a pesar de su rapidez. En algunos momentos el espectador se pierde entre la maraña de personajes y hechos acaecidos en tan corto espacio de tiempo, además los lazos entre los protagonistas resultan muy difusos y el desenlace se torna demasiado complejo y poco convincente en líneas generales.

Técnicamente, el código DaVinci no desborda originalidad ni buen hacer. Los movimientos de cámara y la disposición de los planos me recordaron incluso a los malos telefilmes rodados a granel. Únicamente la última secuencia nocturna del protagonista en el Louvre merece la pena. El reparto tampoco es gran cosa; Tom Hanks no acaba de creerse su personaje y el acento afrancesado de Audrey Tautou no favorece en absoluto a la conocida actriz francesa. La banda sonora es quizás el mayor acierto de todo el largometraje. Las fantásticas composiciones orquestales suenan con fuerza durante los momentos clave; un diez para Hans Zimmer, quizás el único salvable.

En conclusión, no hace falta extenderse en demasía para comprender que el código DaVinci, no es una gran película. Recomendable para aquellos que no exijan mucho, y que quieran disfrutar de un rato de cine sin complicaciones.
Demetrio Rudin
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3
13 de mayo de 2006
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo tierra, en una isla perdida, en un bosque, en la ciudad…; cualquier lugar parece ser apto para rodar una película de terror en el cine actual. De esta forma asistimos impotentes y decepcionados a un engrosamiento, cada vez mayor, de películas de dudosa calidad que llenan las grandes pantallas de medio planeta. Si bien, a día de hoy esta película en concreto ya no se haya en cartel, me gustaría lanzar una advertencia para aquellos que piensen adquirir la película en DVD: ¡no lo hagan!, las razones son poderosas y evidentes.

El guión del film, resultando tópico, no es malo en pautas generales hasta la primera mitad del metraje: Un año después de un trágico accidente, seis amigas se encuentran para su aventura anual en un lugar remoto de los Montes Apalaches donde van a practicar la espeleología. En lo profundo de la cueva el desastre las golpea de nuevo cuando una roca se desprende y bloquea la salida. Las chicas se dan cuenta de que Juno (Natalie Mendoza), siempre llevan-do las cosas un poco más lejos, las ha traído a una cueva inexplorada y de que nadie va a venir a rescatarlas. El grupo se divide y rezan porque haya otra salida. Pero algo más acecha bajo la tierra… Aquí se acabo lo bueno, a partir de este momento; en el que se produce el primer ataque de las aterradoras criaturas al grupo de incautas jovencitas, el film cobra una dinámica de sangre a borbotones y acción despiadada, perdiendo totalmente el norte. Así entre caudalosos ríos de color magenta, transcurre la aproximada hora más de metraje que nos espera, hasta el deseado final, el cual, si cabe, resulta todavía más apático, mezclando una última secuencia, que enmaraña un desenlace que podía haberse resuelto de una manera bastante sencilla.

El director desaprovecha incomprensiblemente la oscuridad y el emplazamiento opresivo, como elementos útiles a la hora de lograr un sentimiento de claustrofobia y angustia en el espectador. Técnicamente no se aprecian buenos contrastes lumínicos en ningún momento, los juegos de sombras y contraluces, rozan el desastre, los movimientos de cámara, llegan a desorientar al público, algo imperdonable para cualquier título moderno, los encuadres cerrados en los túneles, sin ser una maravilla, llegan a lo aceptable y la plástica fotografía de Sam MacCurdy conforma, sin duda, el mejor apartado del film. David Julián, no enmarca unas buenas composiciones, por lo que los 40.000 vatios de la sala son la única salida para un apartado sonoro tan pobre como descuidado.

Afiliado ya, a unas producciones comerciales que brotan a granel, el género de terror pierde puntos a marchas forzadas, ¿Qué fue de aquellos títulos que sin grandes medios, conseguían productos frescos y terroríficos para regusto de nuestras pupilas?
Demetrio Rudin
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