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Voto de Demetrio Rudin:
3
Ciencia ficción. Acción. Aventuras En el año 2054 los viajes en el tiempo son una realidad. La patente de la nueva tecnología la tiene una empresa al frente de la cual está Charles Hatton (Ben Kingsley), que ha organizado safaris para cazar dinosaurios prehistóricos. Travis Ryan (Edward Burns), como jefe de la expedición, es el encargado de la seguridad de los viajeros. Sin embargo, jugar con el tiempo es muy peligroso y el más mínimo error puede tener consecuencias ... [+]
7 de abril de 2006
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Año 2055, en el centro de un Chicago modernizado pero todavía reconocible. Los avances tecnológicos permiten ahora viajar en el tiempo y, para los multimillonarios contratar safaris a la Prehistoria para cazar dinosaurios. Sólo hay tres reglas fundamentales que no conviene saltarse: no dejarse nada olvidado en el pasado; no traerse nada de allí; y sobre todo, no cambiar nada del pasado.

Pobre historia basada en un relato de Ray Bradbury para una película, aún si cabe más austera y deleznable. Film que resulta ser un ejemplo clarísimo de producción fallida y realizada sin esmero en busca de beneficios rápidos y suculentos. La trama nos introduce en un mundo futurista tan descabezado como mal retratado, debido especialmente a un pésimo montaje. De la tensión de esta obra mejor ni hablar, la cinta da tumbos constantes, entrelazando partes completamente exentas de sentido. Incoherente principio… incoherente final… pésimo resultado.

La estética asusta, el fatal montaje al que ya me referí antes, nos presenta unos decorados irreales, para que engañar… nos presenta unos decorados cutres a más no poder. El director tampoco hace mucho para remediar la catástrofe, se limita a dirigir sencillo, sin alardes; movimientos de cámara un tanto forzados junto con un entresijo de efectos digitales que llegan a dar risa. Más que personajes, en este título, lo que hay son adornos de plástico. Sin brillo y con una interpretación que echa por los suelos su escaso prestigio, Edward Burns se mete en el papel de un héroe aparentemente desinteresado, hasta que una atractiva fémina (Howard Baldwin) le hace destapar su interés por las posibles consecuencias del arriesgado proyecto de viajar en el tiempo.

Largometraje con hedores a otras producciones tipo Future Sport, pero que resulta ser un completo desaguisado de secuencias alocadas y poco trabajadas. ¿De verdad que Peter Hyams sabe lo qué dirige? No vale la pena perder el dinero ni el tiempo en ver esta desdicha del género de sci-fi.
Demetrio Rudin
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