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Críticas ordenadas por utilidad
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5,9
819
8
11 de diciembre de 2020
11 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda Armiñan es una persona muy culta y con sensibilidad, autor de “Mi querida señorita” y a quien es capaz de hacer dicho peliculón, se le puede exigir calidad en sus restantes obras.
En “La hora bruja” se reivindica con muchos aciertos: un descreído Cesar se hace pasar por Mago con sus grandes conocimientos y habilidades ancestrales, tales como quiromancia y adivinación, pero que como negocio ambulante no funciona nada bien para poder ganar dinero, la aparición de una “meiga” inclasificable por sorprendente (no creemos en ellas, pero haberlas, haylas) el entorno galaico, el saber mezclar sueños y realidad, o como pesa e influye el pasado en el presente de la pareja protagonista,...
Aquí arriesga, resultando atrevido. En cierto modo es un salto al vacío, pues para ser cine español, casi todo es novedoso y sin referencias en las que apoyarse.
La magia y la brujería son tratados en primer lugar desde el punto de vista poético. Pero no una poesía ñoña, sino consecuente y en todas las ocasiones que recurre a los versos de Cervantes, Becquer y otros grandes de la literatura española, bellísima. Un puntazo a favor
También están las relaciones personales, esta vez contadas con fuste, incluyendo las partes problemáticas como las “crisis de pareja”
El personaje de Cesar, muy bien conseguido, lo mismo que sus peroratas como mago, en las que se entremezcla de todo (lo divino, lo humano y lo demoníaco), aderezado con múltiples referencias a las tradiciones ocultistas.
Destaca con brillo propio la excelente interpretación de Concha Velasco, que da vida a una Pilar humana, creíble, y viva (valga la redundancia).
Independiente de ser actriz guapa o fotogénica, por su espontaneidad, ni parece que esté actuando.
Referencias cinematográficas muy bien usadas. Ver spoiler
En “La hora bruja” se reivindica con muchos aciertos: un descreído Cesar se hace pasar por Mago con sus grandes conocimientos y habilidades ancestrales, tales como quiromancia y adivinación, pero que como negocio ambulante no funciona nada bien para poder ganar dinero, la aparición de una “meiga” inclasificable por sorprendente (no creemos en ellas, pero haberlas, haylas) el entorno galaico, el saber mezclar sueños y realidad, o como pesa e influye el pasado en el presente de la pareja protagonista,...
Aquí arriesga, resultando atrevido. En cierto modo es un salto al vacío, pues para ser cine español, casi todo es novedoso y sin referencias en las que apoyarse.
La magia y la brujería son tratados en primer lugar desde el punto de vista poético. Pero no una poesía ñoña, sino consecuente y en todas las ocasiones que recurre a los versos de Cervantes, Becquer y otros grandes de la literatura española, bellísima. Un puntazo a favor
También están las relaciones personales, esta vez contadas con fuste, incluyendo las partes problemáticas como las “crisis de pareja”
El personaje de Cesar, muy bien conseguido, lo mismo que sus peroratas como mago, en las que se entremezcla de todo (lo divino, lo humano y lo demoníaco), aderezado con múltiples referencias a las tradiciones ocultistas.
Destaca con brillo propio la excelente interpretación de Concha Velasco, que da vida a una Pilar humana, creíble, y viva (valga la redundancia).
Independiente de ser actriz guapa o fotogénica, por su espontaneidad, ni parece que esté actuando.
Referencias cinematográficas muy bien usadas. Ver spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ejemplo: Al fallar el sonido durante la proyección en una plaza de pueblo, de “Cleopatra”, Cesar y Pilar momentaneamente ponen las voces con el micrófono, al dialogo entre Julio Cesar y Cleopatra, hasta que vuelve el sonido

5,7
3.771
7
19 de noviembre de 2020
19 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francis Ford Coppola es el director de la trilogía “El padrino”,” Apocalipsis now” y “Cotton Club”, ¡casi nada!.
Es lógico que en esta película que trata del Autor (creador o artista) y sus miedos etc. él se haya atrevido a hacer una película distinta y muy arriesgada. Aparecen sus obsesiones personales, evidente que para Coppola son importantes y por lo tanto quiera tratar sobre dichos asuntos, pero para muchos espectadores carecen de importancia o resultan irrelevantes. Y para ellos será una obra fallida.
Ahora bien, si eres de los que no necesitan que te lo den todo hecho, te va a interesar.
Leí que Maribel Verdu no salió satisfecha de su papel; pues para mí, y teniendo en cuenta que es una buena actriz, aquí se supera y acierta, está muy bien, perfectamente natural. El resto de actores, bien escogidos.
El tema conflictivo sobre la calidad de Tetro está en su parte final.
Al parecer Coppola quiso burlarse y degradar al mundo de los críticos de arte, que en los medios de comunicación escriben y pontifican. (Aquí es sobre literatura, pero la intención de FFC es referirse igualmente a los críticos de cine y los que reparten premios y bendiciones o condenas) por eso el papel de Carmen Maura y su mundo, es reflejado como de tontos y soberbios, buscando venganza para castigarles, por ese motivo son representados como gente que ni valen ellos, ni sus instituciones. Son identificados como unos cuentistas, que pueden amargar o destrozar a cualquier artista.
Eso de película de irregular, me parece una acusación con poco sentido (como construir un jardín versallesco en Brasil, siendo la botánica y clima opuestos a ello). La asimetría puede ser artística; de la misma manera, esa supuesta irregularidad y mezclas, aumentan la riqueza de los puntos de vista y la creatividad. Es una mezcla de géneros (algo que puede desorientar, aun más)
La obra de teatro que representan es una pura delicia de narración cinematográfica. Y todo lo referente a la música, tema en el que Coppola siempre ha acertado, y no por casualidad, sino por lo que sabe y trabaja.
Es lógico que en esta película que trata del Autor (creador o artista) y sus miedos etc. él se haya atrevido a hacer una película distinta y muy arriesgada. Aparecen sus obsesiones personales, evidente que para Coppola son importantes y por lo tanto quiera tratar sobre dichos asuntos, pero para muchos espectadores carecen de importancia o resultan irrelevantes. Y para ellos será una obra fallida.
Ahora bien, si eres de los que no necesitan que te lo den todo hecho, te va a interesar.
Leí que Maribel Verdu no salió satisfecha de su papel; pues para mí, y teniendo en cuenta que es una buena actriz, aquí se supera y acierta, está muy bien, perfectamente natural. El resto de actores, bien escogidos.
El tema conflictivo sobre la calidad de Tetro está en su parte final.
Al parecer Coppola quiso burlarse y degradar al mundo de los críticos de arte, que en los medios de comunicación escriben y pontifican. (Aquí es sobre literatura, pero la intención de FFC es referirse igualmente a los críticos de cine y los que reparten premios y bendiciones o condenas) por eso el papel de Carmen Maura y su mundo, es reflejado como de tontos y soberbios, buscando venganza para castigarles, por ese motivo son representados como gente que ni valen ellos, ni sus instituciones. Son identificados como unos cuentistas, que pueden amargar o destrozar a cualquier artista.
Eso de película de irregular, me parece una acusación con poco sentido (como construir un jardín versallesco en Brasil, siendo la botánica y clima opuestos a ello). La asimetría puede ser artística; de la misma manera, esa supuesta irregularidad y mezclas, aumentan la riqueza de los puntos de vista y la creatividad. Es una mezcla de géneros (algo que puede desorientar, aun más)
La obra de teatro que representan es una pura delicia de narración cinematográfica. Y todo lo referente a la música, tema en el que Coppola siempre ha acertado, y no por casualidad, sino por lo que sabe y trabaja.

6,0
1.324
7
24 de junio de 2020
24 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparece en los títulos: La peli se basa en la obra de teatro de Buero Vallejo “Un soñador para un pueblo” título que ya dice mucho de por donde va. Es de notar que en esta pieza teatral descarga mucha responsabilidad al “pueblo” y se la endosa a la nobleza y clero, algo bastante lógico.
Por otro lado, el motín fue una acción más madrileña que española en su conjunto. Luchas por el poder, quejas, conspiraciones… habría por todos los lugares, pero el motín en si mismo, fue un asunto madrileño, con su pueblo pobre pasando muchas dificultades, influido por lo que se decía en los púlpitos de cierta iglesias de la capital, sin olvidar el odio a “la guardia Valona”
A esto se junta mucho descontento por la subida de los precios de los alimentos (en gran parte por malas cosechas), el asunto de las mulas -y muleros- requisadas para el transporte de granos, los celos, envidias o animadversión contra los jesuitas; y finalmente la obligación de cambiar de modo de vestir, evitando las capas, embozos y sombreros que tapaban completamente las caras. Siendo esto último lo que encendió la mecha.
Carlos III, antes de rey de España, fue rey de Napoles y rey de Sicilia. Llegó a Madrid muy bien “entrenado” para las labores de gobierno. Con él se trajo a dos ministros y un arquitecto italianos, personas de espíritu reformador.
El marqués de Esquilace, fue una especie de superministro (incluyendo la Hacienda) que entraba en la categoría de “ilustrado” lo mismo que el propio rey Carlos III, con todo lo que eso significaba en la orientación política.
En el cuadro de Goya, "El motin de Esquilache" la figura principal es el franciscano padre Yecla. Tanto puede estar predicando como incitando.
Los excelentes diálogos y presentación de los personajes se apoyan en la obra de Buero.
La mayoría, sino todos los actores, interpretan muy bien sus papeles, con la suerte de que vocalizan a la perfección.
Hábilmente refleja el tema de la soledad del poder de los gobernantes. La tragedia de no poder confiar en tus colaboradores (estamos hablando de ministros, mayordomos, secretarios... de trato constante y cercano, con los que se convive día a día) sin ser el tema principal, da hábiles puntadas, que hacen ganar a la película en calidad narrativa.
No tergiversa hechos históricos para conseguir emociones o intrigas añadidas, ni tampoco para ahorrarse dificultades al filmar acontecimientos que necesitan decorados, extras, carruajes y caballos, ropas de la época.
Se abusa un poco de la técnica del “Flash Back”
Por otro lado, el motín fue una acción más madrileña que española en su conjunto. Luchas por el poder, quejas, conspiraciones… habría por todos los lugares, pero el motín en si mismo, fue un asunto madrileño, con su pueblo pobre pasando muchas dificultades, influido por lo que se decía en los púlpitos de cierta iglesias de la capital, sin olvidar el odio a “la guardia Valona”
A esto se junta mucho descontento por la subida de los precios de los alimentos (en gran parte por malas cosechas), el asunto de las mulas -y muleros- requisadas para el transporte de granos, los celos, envidias o animadversión contra los jesuitas; y finalmente la obligación de cambiar de modo de vestir, evitando las capas, embozos y sombreros que tapaban completamente las caras. Siendo esto último lo que encendió la mecha.
Carlos III, antes de rey de España, fue rey de Napoles y rey de Sicilia. Llegó a Madrid muy bien “entrenado” para las labores de gobierno. Con él se trajo a dos ministros y un arquitecto italianos, personas de espíritu reformador.
El marqués de Esquilace, fue una especie de superministro (incluyendo la Hacienda) que entraba en la categoría de “ilustrado” lo mismo que el propio rey Carlos III, con todo lo que eso significaba en la orientación política.
En el cuadro de Goya, "El motin de Esquilache" la figura principal es el franciscano padre Yecla. Tanto puede estar predicando como incitando.
Los excelentes diálogos y presentación de los personajes se apoyan en la obra de Buero.
La mayoría, sino todos los actores, interpretan muy bien sus papeles, con la suerte de que vocalizan a la perfección.
Hábilmente refleja el tema de la soledad del poder de los gobernantes. La tragedia de no poder confiar en tus colaboradores (estamos hablando de ministros, mayordomos, secretarios... de trato constante y cercano, con los que se convive día a día) sin ser el tema principal, da hábiles puntadas, que hacen ganar a la película en calidad narrativa.
No tergiversa hechos históricos para conseguir emociones o intrigas añadidas, ni tampoco para ahorrarse dificultades al filmar acontecimientos que necesitan decorados, extras, carruajes y caballos, ropas de la época.
Se abusa un poco de la técnica del “Flash Back”
21 de mayo de 2020
21 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi tampoco me ha gustado especialmente, pero hay que reconocer que está bien hecha.
La Dietrich y Mamoulian demuestran que eran grandes profesionales, pese a que ciertos componentes del film no están bien escogidos, lo que significa que al día de hoy no tiene gancho, salvo como rareza y en su tiempo tampoco tuvo el impacto que se esperaba.
Se hizo para el publico de 1931; transita entre lo melodramático y lo cursi, busca fuertes emociones, pero es difícil conseguir buenas dosis de interés o intriga.
Sin embargo la imagen de Marlene se reforzó bastante, como diva que llegaría ser. (Aquí también canta y viste ropas masculinas, que serían dos de sus características que le identificaban)
El cine mudo quedaba atrás, con sus técnicas para trasmitir por medio de escenificaciones lo que no podía ser explicado con palabras. Algunas de esas técnicas alcanzaron logros artísticos, como el expresionismo alemán, que continuaban muy vigentes e influenciarian formas narrativas mas modernas.
Al parecer Mamoulian no estaba nada ilusionado con filmar esta obra, como todavía no era un peso pesado en Hollywood (tres películas, pero se confiaba en él y al poco rodaría la primera en colores de la historia “la feria de las vanidades”) tuvo que obedecer a los productores. Supo aprovechar la presencia de Marlene, que como decíamos, dio otro paso adelante en el “star system” al mismo tiempo que lo consolidaba.
Para ser del año 33, está filmada y montada de manera muy ágil, con grandes detalles de calidad, introduce algunas canciones de M.D., pero son breves, lo cual resulta otro acierto. Para nada es un musical, pues se trata de un melodrama, con mezclas de otros géneros, introduciendo grandes sufrimientos, amores no correspondidos (si es que se les puede llamar Amor) ironía burlona, especialmente en lo referente al personaje de la tía, critica a la hipocresía de un grupo social muy poderoso en la Alemania de su época, etc. o sea, un folletín que va de empalagoso a lo trágico.
Por las mismas razones, los personajes en general son esquemáticos, para que el público los entienda o identifique, algo que se hace en pro de la claridad. Si una pareja se enfada y acaba, no hay termino medio, se separan en el tiempo y en el espacio. Si alguien se va a vengar, nosotros los espectadores conocemos sus motivos, vemos sus acciones y entendemos las consecuencias.
Comienza presentado a la protagonista con una muestra de buen hacer: un hombre está hablando frente a una tumba, se dirige a una persona de la que no vemos sino su gran sombrero negro, por detrás; al poco, la cabeza se da la vuelta, y allí aparece el rostro super-fotogenico de Marlene. Luego la vemos dirigiéndose a la estación, caminando alegre entre arboles en flor, pues es joven, inocente y va a comenzar una nueva vida. Y así en casi todas las secuencias, eficientemente filmadas.
El papel del protagonista masculino no está bien dibujado, y me refiero el rol en el guion; sus ilusiones, transformación personal, relaciones sociales o familiares etc. Se supone que el “cantar de los cantares” biblico atribuido a Salomon, tiene una gran influencia, en su subconsciente y psicologia, pero cuando aparecen resultan bastante confusas.
Vista hoy en día, podemos encontrar una narracion forzada, pero la apuesta tenia que ser así, resultaba complicado hacerlo mas creíble. Para el tipo de historia que cuenta era necesario exagerar, al mismo tiempo que simplificar.
La Dietrich y Mamoulian demuestran que eran grandes profesionales, pese a que ciertos componentes del film no están bien escogidos, lo que significa que al día de hoy no tiene gancho, salvo como rareza y en su tiempo tampoco tuvo el impacto que se esperaba.
Se hizo para el publico de 1931; transita entre lo melodramático y lo cursi, busca fuertes emociones, pero es difícil conseguir buenas dosis de interés o intriga.
Sin embargo la imagen de Marlene se reforzó bastante, como diva que llegaría ser. (Aquí también canta y viste ropas masculinas, que serían dos de sus características que le identificaban)
El cine mudo quedaba atrás, con sus técnicas para trasmitir por medio de escenificaciones lo que no podía ser explicado con palabras. Algunas de esas técnicas alcanzaron logros artísticos, como el expresionismo alemán, que continuaban muy vigentes e influenciarian formas narrativas mas modernas.
Al parecer Mamoulian no estaba nada ilusionado con filmar esta obra, como todavía no era un peso pesado en Hollywood (tres películas, pero se confiaba en él y al poco rodaría la primera en colores de la historia “la feria de las vanidades”) tuvo que obedecer a los productores. Supo aprovechar la presencia de Marlene, que como decíamos, dio otro paso adelante en el “star system” al mismo tiempo que lo consolidaba.
Para ser del año 33, está filmada y montada de manera muy ágil, con grandes detalles de calidad, introduce algunas canciones de M.D., pero son breves, lo cual resulta otro acierto. Para nada es un musical, pues se trata de un melodrama, con mezclas de otros géneros, introduciendo grandes sufrimientos, amores no correspondidos (si es que se les puede llamar Amor) ironía burlona, especialmente en lo referente al personaje de la tía, critica a la hipocresía de un grupo social muy poderoso en la Alemania de su época, etc. o sea, un folletín que va de empalagoso a lo trágico.
Por las mismas razones, los personajes en general son esquemáticos, para que el público los entienda o identifique, algo que se hace en pro de la claridad. Si una pareja se enfada y acaba, no hay termino medio, se separan en el tiempo y en el espacio. Si alguien se va a vengar, nosotros los espectadores conocemos sus motivos, vemos sus acciones y entendemos las consecuencias.
Comienza presentado a la protagonista con una muestra de buen hacer: un hombre está hablando frente a una tumba, se dirige a una persona de la que no vemos sino su gran sombrero negro, por detrás; al poco, la cabeza se da la vuelta, y allí aparece el rostro super-fotogenico de Marlene. Luego la vemos dirigiéndose a la estación, caminando alegre entre arboles en flor, pues es joven, inocente y va a comenzar una nueva vida. Y así en casi todas las secuencias, eficientemente filmadas.
El papel del protagonista masculino no está bien dibujado, y me refiero el rol en el guion; sus ilusiones, transformación personal, relaciones sociales o familiares etc. Se supone que el “cantar de los cantares” biblico atribuido a Salomon, tiene una gran influencia, en su subconsciente y psicologia, pero cuando aparecen resultan bastante confusas.
Vista hoy en día, podemos encontrar una narracion forzada, pero la apuesta tenia que ser así, resultaba complicado hacerlo mas creíble. Para el tipo de historia que cuenta era necesario exagerar, al mismo tiempo que simplificar.
29 de diciembre de 2019
29 de diciembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Retrata a una alta burguesía griega de la época en la que se hizo la película, finales de la década de los 50.
El vivir en un nivel de lujo y continua diversión, y sobre todo apariencias, no evita la existencia de dramas, vidas complicadas, relaciones personales en las que no se puede confiar e incluso, por mucho que se traten de ocultar, tragedias.
La importancia que en ciertos sectores sociales y épocas se da a las de las apariencias es el tema fundamental, asunto que otras obras de teatro y cine ya lo han tratado anteriormente, algunas veces con indudable arte escénico.
De hecho, para los protagonistas la vida no les resulta fácil, aunque se podría decir que ellos son los culpables, por lo menos en lo básico, aunque haya circunstancias agravantes que son ajenas. Al final hay que tragar con la indignidad asociada a la importancia del “que dirán” cuando se lleva a limites exagerados que obligan a vivir en la mentira.
Esas obsesiones por las apariencias, inevitablemente llevan a comportamientos con detalles ridículos, que son mostrados de manera excelente a lo largo del desarrollo del drama.
La calidad técnica y factura de la película, buenísimas.
Imágenes, fotografía, decorados etc. al servicio de contar una historia fácil de entender y poder captar los sentimientos de los personajes. Muchos encuadres y tomas son atrevidos y novedosos, aunque siempre acertados, ya que aumentan la efectividad de cómo se cuenta al espectador lo que está ocurriendo. También la banda sonora aporta valor al conjunto.
Hay algunos detalles simplones, (de hecho, pocos) que tal vez cuando se filmó, no tenían importancia, y el público de entonces los admitía de buen grado.
Resumiendo, una historia muy bien contada. Tiene mucho de denuncia social, con el mérito de que no acusa, sino que se dedica a mostrar los comportamientos, en gran parte erróneos, equivocados, egoístas, que tanto daño hacen a propios y extraños, cuando se vive en la mentira.
Aunque tiene bastantes características de melodrama (tendencia a la exageración) el argumento resulta perfectamente creíble.
El vivir en un nivel de lujo y continua diversión, y sobre todo apariencias, no evita la existencia de dramas, vidas complicadas, relaciones personales en las que no se puede confiar e incluso, por mucho que se traten de ocultar, tragedias.
La importancia que en ciertos sectores sociales y épocas se da a las de las apariencias es el tema fundamental, asunto que otras obras de teatro y cine ya lo han tratado anteriormente, algunas veces con indudable arte escénico.
De hecho, para los protagonistas la vida no les resulta fácil, aunque se podría decir que ellos son los culpables, por lo menos en lo básico, aunque haya circunstancias agravantes que son ajenas. Al final hay que tragar con la indignidad asociada a la importancia del “que dirán” cuando se lleva a limites exagerados que obligan a vivir en la mentira.
Esas obsesiones por las apariencias, inevitablemente llevan a comportamientos con detalles ridículos, que son mostrados de manera excelente a lo largo del desarrollo del drama.
La calidad técnica y factura de la película, buenísimas.
Imágenes, fotografía, decorados etc. al servicio de contar una historia fácil de entender y poder captar los sentimientos de los personajes. Muchos encuadres y tomas son atrevidos y novedosos, aunque siempre acertados, ya que aumentan la efectividad de cómo se cuenta al espectador lo que está ocurriendo. También la banda sonora aporta valor al conjunto.
Hay algunos detalles simplones, (de hecho, pocos) que tal vez cuando se filmó, no tenían importancia, y el público de entonces los admitía de buen grado.
Resumiendo, una historia muy bien contada. Tiene mucho de denuncia social, con el mérito de que no acusa, sino que se dedica a mostrar los comportamientos, en gran parte erróneos, equivocados, egoístas, que tanto daño hacen a propios y extraños, cuando se vive en la mentira.
Aunque tiene bastantes características de melodrama (tendencia a la exageración) el argumento resulta perfectamente creíble.
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