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Voto de Felipe Critic:
8
Ciencia ficción. Acción. Aventuras Tratando de escapar, en el año 1987, Bumblebee encuentra refugio en un depósito de chatarra en una pequeña ciudad en la costa Californiana. Charlie (Hailee Steinfeld), a punto de cumplir 18 años y tratando de encontrar su lugar en el mundo, descubre a Bumblebee, dañado durante una batalla y descompuesto. Cuando Charlie lo revive, aprende rápidamente que éste no es un VolksWagen amarillo normal. (FILMAFFINITY)
3 de marzo de 2019
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con plena seguridad les puedo decir que ha surgido, fácilmente, la mejor cinta de “Transformers” hasta la fecha.

Contemplando a los responsables de tan admirable producción, jamás podría imaginarse el deslumbrante y humano resultado final. Bay, odiado y amado en partes iguales, regresa, pero se limita a ejecutar su labor de productor, lo que denota un buen e importante primer paso. Un acto de redención el de la guionista Christina Hodson, culpable de bochornosos guiones como el de “Unforgettable” de Denise Di Novi o “Shut In” de Farren Blackburn. El director, Travis Knight, es una historia totalmente diferente; nominado hasta en dos ocasiones por La Academia a Mejor Largometraje Animado por las proezas en stop-motion “Kubo and the Two Strings” y “The Boxtrolls.” La cantante Hailee Steinfeld, la protagonista, tiene una carrera como actriz cundida de victorias, con una nominación al Oscar por su prácticamente perfecta actuación como Mattie Ross en “True Grit” de los hermanos Coen y una al Globo de Oro por su singular Nadine en el que hasta el momento es— teniendo pendiente la tan anticipada “Eighth Grade” de Bo Burnham —mi filme coming of age favorito. Así que estos son los heterogéneos ingredientes de una película que sorprende no solo por su metamorfosis tonal en relación con sus antecesoras, sino por el corazón, vigor y sencillez con que la cinta pinta su historia.

“Bumblebee” es una nostálgica mini-aventura de insospechado poder narrativo, centrándose en constantes que el cine no se cansa de analizar y, porque no, usar como la amistad, la adolescencia y la transformación con un indudable aroma a los 80, tiempo del que el filme saca el mayor provecho. Situarla en algún lugar entre el más fantástico John Carpenter, “Stripes,” The Smiths y A-ha es la época perfecta para deshacerse de cualquier perifollo dispensable, llevarlo a lo esencial y mantenerse ahí, solo Charlie y un Volkswagen Beetle amarillo de 1967 en una carrera de supervivencia; cero Bayhem.

El filme se toma su tiempo para establecer bien los lazos y presentar el arco dramático de nuestra heroína, afligida por el súbito fallecimiento de su padre, por quien vive rodeada de antiguas reliquias y abatimientos juveniles; de este modo, termina por dar con un pequeño y destartalado auto amarillo lleno de abejorros, un auto que se convierte en su confidente, en su mejor amigo. Hemos escuchado esta historia un millar de veces, pero aceptémoslo, no todos pueden resistirse a una candorosa feel-good movie, siempre, independiente del tiempo o situación, este disfrutable sub-genero contara con seguidores en parte por lo fácil que resulta sino identificarse, entenderse con los personajes. Además, debido a las pirotécnicas costumbres a los que el Sr. Bay nos tenía acostumbrados, resultaba excitante imaginar tal tipo de historia protagonizada por Bumblebee, en los 80. El resultado final no pudo ser mejor. Charlie recibe un tratamiento cuidado, desvelando sus heridas e intentado sanarlas con tanta honestidad que los momentos más dramáticos resultan dolorosamente punzantes.

Bumblebee también recibe un trasfondo narrativo digno: él y los de su especie están siendo cazados por una pareja de Decepticons, coyuntura que permite finamente destapar las enormes y mejor manejadas secuencias de acción. Dentro de los primeros cuarenta y cinco minutos de metraje se encuentran las secuencias más divertidas y emocionales, compatibles y tiernas de toda la cinta, un extenso periodo en donde Charlie encuentra, conoce y se encariña de la ingenua creatura. La segunda mitad del metraje es espectáculo puro y duro, armonizado por John Cena, Jorge Lendeborg Jr. y sus medidos pero valiosos disparos cómicos en medio de los gigantescos combates. En últimas, Knight cumple su cometido enamorando y rompiéndole el corazón a la audiencia, conociendo de antemano que, posiblemente, el coming-of-age no va a volver a tocar a la puerta de la franquicia.

Los set-pieces, en contraposición con los de sus antecesoras, al igual que el filme mismo, son mucho más contenidos e íntimos, no tan bombásticos ni ruidosos en parte por un realismo hermosamente renderizado por unos sensibles efectos digitales que, aun sin ser apreciados en pantallas IMAX, le brindan a los combates un carácter humanizante. Hay una rica falta de predictibilidad que amenaza con eliminar a los personajes centrales apenas a mitad de relato mediante imágenes crudas y un poco duras de soportar para los más pequeños, excluyendo el asesinato de un puñado de seres humanos que quedan reducidos a un gracioso plasma.

Técnica y artísticamente hablando, la película esta excelentemente realizada, la cámara se mueve con gracejo y se encomienda, como nunca se había visto en la saga, a las escenas de desarrollo, capturando el sentimiento y tono y lanzándolos de cara al espectador; es aplaudible que cada escenas por individual obtenga un tratamiento preciso que justifica su lugar en el metraje. Las referencias a los 80 son jugosas e incontables tanto física como espiritualmente, pues cada cuadro intenta desenvolver la vida de la protagonista dentro del icónico vestir de la época, la liberación femenina, la importancia de la música, convulsión política, descubrimientos cientificos y los diferentes fenómenos que de fondo componen la historia.

“Bumblebee” de Travis Knight ha dado vida y esperanza a una franquicia que tenía el agua en los hombros por medio de la destellante y siempre acertada actuación de Steinfeld, el corazón de un guion que se cimenta en la amistad y el perdón, y el control emocional y narrativo que Travis siempre imprime en sus obras. Sin esperarlo, la franquicia “Transformers” empieza a resucitar de las cenizas, y aunque la escena post-créditos insinúa un peligroso regreso formalizado por las nuevas medidas de Paramount Pictures, es mejor regocijarnos ahora en la candidez y sencillez de un filme cargado de subyacente inteligencia.
Felipe Critic
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