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Voto de Felipe Critic:
7
Comedia. Acción Max y Annie quedan todas las semanas con sus amigos para celebrar una noche de juegos. Competitivos hasta el extremo, ahora están preocupados por la vuelta del hermano de Max, un presuntuoso ganador que lleva toda la vida menospreciándolo. Un día, Max, Annie y sus amigos son invitados por Brooks, el carismático hermano de Max, a lo que afirma será una noche de juegos inolvidable. Cuando llegan a su formidable casa, Brooks les informa de ... [+]
22 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo cautivador en la nueva apuesta cómica de Warner Brothers Pictures y su subdivisión New Line Cinema. La última película de John Francis Daley y Jonathan Goldstein es un enmarañado envite fértil en humor físico y excentricidades argumentales que en manos de otros hubiera significado un zafarrancho de ruidosas pretensiones.

Es cierto, es un argumento banal y fantasioso, pero esto no importa demasiado cuando el planteamiento narrativo funciona como aquí lo hace, es más, las arriesgadas curvas que el guion toma terminan siendo más aplaudibles ya que una trama que fácilmente pudo caer en la ridiculez, el tedio y la previsibilidad amplía su radar con una noche de juegos diabólicamente retorcida en donde la comedia física y emocional se complementan de forma excitante, consiguiendo una conexión fuerte entre audiencia y personajes. Nadie puede refutar que la historia de Mark Perez es sensacionalmente eficaz en su gracejo narrativo, muy pocos chistes se sienten postizos o fuera de lugar, cada push-line es fantástica y emplazada en el momento ideal. Su guion maneja un rango de humor inusual dado que erige hilarantes circunstancias sobre asuntos tan triviales como las glándulas seminíferas de un hombre estresado o la traición de una mujer con un supuesto Denzel Washington o tan inherentemente cómicas como la extracción de un proyectil o el incidente en una sala sagradamente impoluta. En tales momentos es que “Game Night” funciona y prospera, vertiendo y desarrollando una serie de folletinescos giros que se tornan deleitantes conforme avanza el relato. Retorcer la fórmula del juego de mesa en algo tan bombástico, rumboso y perturbador es un ejemplo a seguir para comedias venideras de los estudios líderes. ¡Dios!, pero sí que disfrute esta anomalía insustancial. Dentro del rango del género, las decisiones narrativas son correctas y aunque pensaba que el estiramiento de los últimos diez minutos iba a ser innecesario como es general en este tipo de obras, no fue así, ya que posterior a la montaña rusa de giros argumentales, esta última decena de minutos otorgan una conclusión más redonda para la cinta. El mismo guion acepta a modo de burla que sobresatura de giros de tuerca y en vez de considerarlo una debilidad, lo transforma en una fortaleza satirizando este recurso hasta el límite, la película parodia constantemente a diferentes blockbusters de actores que van desde Liam Neeson hasta a Vin Diesel, referencias de la cultura popular actual que bañan la historia de un aura particular y llevadera.

¿De qué depende el éxito de un largometraje? Seria espinoso entrar a analizar que justifica tal fenómeno, sin embargo, de lo que si no hay duda es que acertadas decisiones de casting juegan un rol vital, y aquí, sí que lo hicieron. Aunque muchos no estén felices con esto, a Jason Bateman no le ha ido muy mal con la comedia, puesto que siempre que este hombre participa en una, milagrosamente, no resulta en un descalabro crítico. Bien sucedió el año antepasado con “Office Christmas Party” y ahora con “Game Night”, filme en el que interpreta a un personaje más atrayente, ingenioso y sincero. Bateman hace una dupla perfecta junto a la comediante de “SNL” Rachel McAdams, otra grande del espectro cómico americano. Ambos manejan un feeling impresionante que era difícil de predecir, sus escenas como dúo son de las mejores dentro de su filme, una pareja dinámica que verdaderamente divierte al espectador a través de sus estupideces y jocosas acciones. Asimismo, las otro parejas interpretadas por Sharon Horgan, Billy Magnussen, Lamorne Morris y Kylie Bunbury liman con carisma los personajes, consiguiendo que la audiencia los considere piezas claves en el whodunnit, cada uno recurre a una categoría humorística independiente con el propósito de encajar sus sub-tramas, aun cuando sean distantes al eje central, de forma adecuada entre la diversidad del relato.

Es palpable el compromiso que los directores tenían con esta obra. Desde arrojos artísticos inhabituales hasta los nunca extenuantes giros de tuerca, se percibe una cierta superioridad con esta cinta con respecto a las demás de su especie ya que, con una premisa tan simple, entraman una loca pesadilla nocturna en la que deben dar con el paradero del desaparecido con el tiempo como principal inconveniente. Está claro que los cineastas no querían que esta fuera una cinta de estudio más del montón y pusieron todas sus fuerzas en esta producción, y evidentemente proyectaron hasta sus últimas armas creativas con este gozable trabajo.

Un apartado fundamental para la experiencia cinematográfica satisfactoria que generalmente pasa a último plano en cintas como estas es la banda sonora, sin embargo, en esta ocasión, hubo algo que captó mi atención. No se puede esconder el uso de ciertos hits— pocos a decir verdad —, sin embargo, las composiciones de Cliff Martinez combinaron las tradicionales resonancias del terror, el drama y la acción para producir un score explosivo, emocionante y peculiarmente especial, dado que, personalmente, consiguió que la hilaridad de las imágenes fuera concordante con el acompañamiento sonoro pasando desde las persecuciones en auto hasta el adrenalínica caza por toda la mansión, un hallazgo inesperado.

Hilarante, trepidante e inesperadamente sobresaliente, “Game Night” de John Francis Daley y Jonathan Goldstein es la elección perfecta para una tarde de buen cine de estudio, una obra que apela a la comicidad visual y narrativa sin respiro, proporcionando una valiente experiencia agudamente jocosa. El género de comedia americana abre 2018 con pie derecho gracias a la más reciente incursión de Warner Bros. Pictures. Ojala no se quede en solo una cacería de billetes pues es una fresca propuesta que se espera sirva como modelo a seguir, no a calcar, para sus competidoras, las cuales deben lanzar con fuerzas sus dados dado que el estudio productor de Kevin Tsujihara va ganando la partida.
Felipe Critic
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