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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Intriga. Thriller. Terror Verónica es una escritora de éxito que queda atrapada en una terrorífica realidad cuyo misterio debe resolver antes de que sea demasiado tarde. (FILMAFFINITY)
31 de diciembre de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recibida en su día con división de opiniones, los más acérrimos críticos de “Antebellum” censuraban el maniqueísmo y trazo grueso de su denuncia. Claro, que —espero— tampoco contaban con el asalto que hace ahora un año sufrió el Capitolio por parte de una turba encabezada por un cenutrio disfrazado de bisonte. Conque, por desgracia, el dantesco parque temático imaginado por Gerard Bush y Christopher Renz no se antojaría hoy tan descabellado.
En la línea de esa “blaxploitation” de nuevo cuño inaugurada por Jordan Peele con la estupenda “Get Out” (“Déjame salir”, 2017), pero carente de su sentido del humor —(relativo) mal común a la mayoría de sus epígonos—; “Antebellum” sustituye las enfermizas sutilezas de aquélla por una inmersión a quemarropa en los aberrantes horrores de la esclavitud, y lo hace por medio de un estremecedor plano secuencia que nos conduce desde el idílico jardín de una mansión sureña a las sórdidas cabañas de los negros. El terror psicológico, las notas buñuelianas de “Déjame salir” dejan paso aquí a una fisicidad doliente y sudorosa igual de sofocante. Hacia su primer tercio la trama presenta una quiebra que desorientará a quienes esperasen una reedición en clave femenina —o feminista— de “12 años de esclavitud” (“12 Years a Slave”, 2013). Tampoco encontraremos en ella el componente sobrenatural de la reciente —y también muy recomendable— “Them” (“Them:Covenant”, 2021). Su desenlace la acerca más bien a una desopilante versión “woke” de “El bosque” (“The Village”, 2004), con supremacistas en lugar de neo-icarianos.
En suma, “Antebellum” supone un eslabón ciertamente sugestivo en el proceso de actualización de un subgénero capaz de combinar como pocos —o ninguno— denuncia y espectáculo, llenando salas y multiplicando reproducciones online al tiempo que lanza un mensaje todo lo simple que se quiera, pero que en absoluto falta a la verdad. Lo que realmente debería inquietarnos —insisto— no es la sal gorda con que se cocinan historias de similar naturaleza, sino que situaciones así resulten cada vez menos improbables.
Carorpar
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