Fallida hagiografía- todas lo son, en tanto en cuanto llevan el sonrojo inscrito en su naturaleza- del que para muchos ha sido uno de los gurús de la modernidad- lo cual indica, por cierto, cuán de capa caída anda el término últimamente, si es que hubo un tiempo pasado en el que éste tuviera algún valor.
"jOBS"- tipografía de autor para un título paupérrimo- adolece de un problema de base, y no es otro que el escaso interés de la peripecia vital de su protagonista. Me explico, la vida de Steve Jobs, por más que a muchos pijos tecnológicos pese, no tiene nada de particular, más allá del hecho de haberse forrado durante la eclosión de Silicon Valley, como tantos otros hicieron, hacen y harán. En la universidad se pelaba las clases para pillar cacho y fumar leños. Vale. Que venga Hollywood y me haga una película. Y a las decenas de millones de personas que han pasado por la misma aventura iniciática y tan hondamente determinante. Sí, cada vez que abría la boca parecía estar sentando cátedra. Yo también. Se llama pedantería.
No obstante, una vida aburridísima puede dar pie a una película interesante. Tal sucedía con "La red social". Claro que David Fincher andaba tras las cámaras de aquélla y no Joshua Michael Stern, largo nombre para el firmante de la gran nada cinematográfica que nos ocupa.
En cuanto al encargado de encarnar al carismático (?) personaje, pasado el breve impacto inicial que provocan el parecido físico y la buena caracterización, las nulas dotes interpretativas de Ashton Kutcher tardan muy poco en aflorar. Kutcher es un simpático mocetón con el que irse de fiesta y hacer gamberradas, y probablemente sea muchas más cosas- ex marido de Demi Moore, entre otras-, casi todas positivas, supongo; pero lo que no es, y de ello caben cada vez menos dudas, es actor. Camina cargado de espaldas- cuando se acuerda-, así que suponemos que el Jobs real tendría esos andares. Pero sus ostensibles esfuerzos por no soltar una estruendosa carcajada cada vez que el nefando guión le obliga a declamar otro eslogan- no hay diálogo en "jOBS", sólo citas de Paulo Coelho... digo, del propio Jobs, o de cualquier directivo con prurito espiritual- barren todo atisbo de credibilidad.