Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Carorpar:
8
Terror. Thriller John (George C. Scott) es un famoso compositor que acaba de perder a su familia de manera trágica y trata de superarlo marchándose a vivir desde Nueva York a una casa apacible y solitaria en Seattle. Sin embargo, al poco de tiempo de instalarse empiezan a suceder cosas extrañas... Hasta que un día descubre una habitación secreta ubicada al final de la escalera. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegada la noche de Halloween y sin ganas ni edad ya — ¡Ay!— de hacer “truco o trato” —o sea, enharinarme (la cara) e inflarme a tequilas—, me arrellano en el sofá —sin manta todavía, estamos padeciendo un otoño por demás cálido—, presto a pasar un agradable mal rato con alguna cinta de terror. Como esto último resulta de día en día más arduo, toda vez que, salvo honrosas y contadísimas excepciones, el subgénero ha acabado reducido —degradado— a burda caricatura de sí mismo, buceo en los insondables archivos de esta valiosa página —nada más lejos de mi ánimo que la lisonja gratuita, o interesada— a la búsqueda de un film que, al menos, no me decepcione (demasiado). No tardo en encontrar, en el puesto 16 del ranking de películas de terror, esta “The Changeling” —por una vez la versión patria del título, una mucho más sugestiva “Al final de la escalera”, mejora el original. Hosanna Aleluya—. Vista ya la mayoría de cintas que la anteceden en la lista, y tomado en cuenta el 7,2 de nota media que la adorna, no me cuesta decantarme por ella. Ni que decir tiene que me alegro de la decisión tomada. Porque —no debería constituir un aditamento y sin embargo, lamentablemente, así sucede— “Al final de la escalera” sí da miedo. En ocasiones, bastantes —qué gozada—, resulta aterradora. Lo reconozco, que me detengan: he llegado a taparme la cara con las manos para no ver… lo que nunca aparece en pantalla. Ahí reside uno de los logros mayores de la película, en el talento de su desconocido director —el húngaro Peter Medak no ha vuelto a hacer nada de este nivel— para desgranar un sutil terror psicológico sin concesión alguna a la estridencia visual —y sonora— en que acostumbran a refugiarse casi todos sus colegas. La primera hora, sobre todo, es de manual. Hasta tal punto que muchos de los que hoy se quieren realizadores —los hay que incluso “autores”— de terror, bien harían en repasársela y tomar nota del admirable manejo del tempo narrativo que la preside. Porque a las casas encantadas, sesiones de espiritismo, psicofonías y fantasmas disruptivos ya les han sacado el jugo hasta la saciedad. De hecho han convertido los impagables hallazgos temáticos y formales de “Al final de la escalera” en previsibles —e insufribles— lugares comunes. Sí, James Wan, a ti me refiero. De nada.
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow