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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Voto de mcfrazjay:
10
Drama Bad Blake (Jeff Bridges) es un cantante de música country que vive al margen de la sociedad, con varios fracasos matrimoniales a sus espaldas, miles de millas recorridas y que con frecuencia se refugia en el alcohol. Cuando parece que apenas hay salvación para él, aparece Jean (Maggie Gyllenhall), una reportera que descubrirá quién es el verdadero Bad, al hombre detrás del músico. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mil y una veces hemos visto la misma historia, el mismo canto al perdedor, al hombre vencido por las circunstancias que se resiste a ser borrado al mismo tiempo que se pregunta cuánto de culpa tiene él en su situación y si no se lo tendrá bien merecido, y que encuentra una última oportunidad de redención, de resurrección. Y la veremos mil y una veces más y todas y cada una de ellas funcionará si la cara la da un actor como Jeff Bridges y proporciona un recital interpretativo como en Crazy heart (Corazón rebelde) la película de Scott Cooper con la que se ha adjudicado el premio Oscar al mejor actor protagonista.

Bad Blake (Bridges) es un cantante de música country cuya vida transita al margen de los grandes circuitos musicales y que arrastra una existencia nómada por locales de segunda y tercera clase tras el fracaso de sus múltiples matrimonios y demasiados años de apego al alcohol. Sin embargo, en una de esas paradas en medio de ninguna parte que surcan el oeste norteamericano, conoce a Jean (Maggie Gyllenhall), una joven periodista madre de un hijo a través de la que descubrirá su verdadera naturaleza bajo la pared de rebeldía y cinismo que ha levantado para los demás.

Crazy heart (Corazón rebelde) es al mismo tiempo bella y fea, con un estilo tan agradable como ocasionalmente incómodo, el guión no logra huir del todo de ciertas tentaciones sensibleras y cae en situaciones previsibles cuya respuesta emocional es la habitual, la indiferencia del espectador ante el sabor de ‘ya visto’ o, por el contrario, la turbación más conmovedora, según gustos. Sin embargo, la interpretación de Jeff Bridges (sostenido por pequeños papeles de Colin Farrell o Robert Duvall) es tan brillante, tan ajustada como un guante al personaje, tan creíble, que bien pudiéramos pensar que se trata de una vieja gloria del country que se interpreta a sí misma. Se mimetiza tan bien con Bad Blake que, incluso en los momentos más denigrantes, está constantemente poseído de un irrefrenable magnetismo, y dota a su personaje de estilo, fuerza e incluso de encanto. Consigue despertar piedad y admiración, empatía y tristeza, compasión y afecto. Es la nota rescatable, encomiable, de un producto, el de Scott Cooper, en todos los demás aspectos, bastante mediocre, tan fácil de ver como de olvidar si no fuera por esa leyenda de la barba, el sombrero y la guitarra que quedará en los anales.
mcfrazjay
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