Pasquale (Franco Interlenghi) y Giuseppe (Rinaldo Smordoni) son dos chicos que laboran como limpiabotas y que sueñan con comprarse un caballo, mezclan su trabajo con la venta de objetos en el mercado negro, cuando son descubiertos son enviados a una cárcel de menores donde tendrán que convivir con distintos jóvenes.

Película narrada con un pulso idóneo por parte de De Sica que consigue transmitir un realismo sensorial a lo que estamos viendo muy propio del neorrealismo italiano, logra que nos comprometamos con la situación de los dos chavales y las vicisitudes que van teniendo que resquebrajan su amistad.

Por esto mismo es un film de una sensibilidad y un humanismo sobresaliente, pero a su vez envuelto en una atmósfera completamente decante, desesperante y desesperanzadora. Una labor inmejorable del grupo actoral, una gran película.